La Premio Nacional de Música 2020 y directora de Artes y Cultura UC ya tiene una nueva misión: fomentar el acceso al arte de los niños, y no sólo como espectadores, sino como protagonistas. Su objetivo ya tiene nombre: Crecer Cantando la Ópera. En el cierre del ciclo Artifica tu Casa, revelará el impacto profundo de las experiencias que ya ha realizado en colegios y que ahora busca expandir.
Con una larga y aplaudida carrera como soprano, tanto en la ópera como en grandes producciones sinfónico corales, Miryam Singer también es una influyente formadora de cantantes y ha desarrollado desde mediados de los años 90 una prolífica carrera como directora escénica, con decenas de producciones en diversos escenarios.
Uno de sus focos ha estado en proyectos que buscan masificar la ópera, con itinerancias y espectáculos al aire libre. De hecho, su trabajo ha permitido que más de 50 mil personas hayan visto gratis una ópera, a lo largo de todo Chile. Todos estos méritos fueron reconocidos con el Premio Nacional de Artes Musicales 2020.
Miryam Singer, además, tiene doble militancia en la Universidad Católica: como académica del Instituto de Música UC, dicta el Taller de Ópera, y desde 2010 es, además, directora de Artes y Cultura de la Vicerrectoría de Investigación UC. En este cargo, una de sus líneas de trabajo ha consistido en desarrollar una serie de experiencias inmersivas para que la comunidad universitaria viva una experiencia inmersiva en las distintas artes.
Este programa, Artifica la UC, es esencialmente presencial; funcionarios, alumnos y profesores suelen encontrarse con las acciones artísticas en vivo en diversos espacios de los campus de la UC. Pero con la pandemia, esta programación debió migrar al formato virtual, convirtiéndose en el ciclo de conversatorios Artifica tu Casa.
La segunda temporada de este ciclo fue protagonizada por profesores de otras universidades distintas de la UC, quienes abordaron temas relevantes de diversos ámbitos: desde la arqueología y el patrimonio pictórico hasta la arquitectura, el cine y la literatura, además de la música y el cine.
El cierre de Artifica tu Casa 2021 estará a cargo de Miryam Singer, quien dictará el miércoles 25 de agosto la conferencia “La ópera para niños o niños en la ópera ¿por qué tan infrecuente?”. La transmisión se realizará a las 18:30 horas, en el canal de YouTube de la Dirección de Artes y Cultura UC, con acceso gratuito. Ver las coordenadas en Agenda.
Radio Beethoven conversó con la destacada directora chilena de ópera al respecto. Aquí, ofrecemos un balance del ciclo 2021, y también reveladores adelantos de su conferencia.
«Hemos tenido un audiencia fiel, que va creciendo semana a semana. He tenido conversaciones con gente de países muy lejanos, diciéndome ‘Me has hecho tanto bien en la vida, porque llegué a este programa googleando Chile, y me enganché y no me importa que me queda a la una de la mañana el programa, yo me quedo escuchándolo porque es maravilloso’. Hemos tenido reacciones muy positivas de gente que nunca imaginamos, entonces el balance es bueno. La gente está contenta con pasar este rato junto a las artes, y vamos a tratar de seguir adelante el próximo año, con o sin pandemia. Estoy muy contenta; creo que estamos haciendo, entregando un servicio muy positivo en la sociedad».
Con la decisión de consagrar el ciclo Artifica tu Casa 2021 a académicos de otras universidades, ¿se busca conscientemente construir comunidad a nivel país?
«Creo que colaborar con otras universidades, hoy en día es la única forma de que el conocimiento se convierta en una materia viva que unifica, que acerca a las comunidades que conforman las casas de estudio. Para mí es motivo de gran orgullo sentir el contento de estos invitados, por la integración y porque hay mucho cariño detrás. Nosotros los recibimos también muy afectuosamente, estamos permanentemente en contacto con ellos, les escribimos, tratamos de que para los académicos la experiencia sea también una experiencia amorosa de parte de nuestra universidad porque lo sentimos así, y porque además, el rector Ignacio Sánchez lo ha dicho siempre, urbi et orbi. Queremos juntarnos, queremos estar en comunidad con otras comunidades universitarias, porque de lo contrario nos morimos solos. Lo hacemos con mucho afecto, mucho cariño, y agradecimiento. Lo hacemos contentos de estar con otras universidades».
Su conferencia de cierre de Artifica tu Casa 2021 se centrará en la escasa presencia de óperas para niños. ¿Qué la motivó a elegir este tema?
«La razón principal es que yo creo que mi misión en la vida, en este momento, es fomentar entre los niños y los jóvenes la adquisición de nuevos conocimientos; aumentar el ámbito del acceso de los niños a todos los aspectos de la cultura. Yo creo que ampliando el abanico de la oferta para los niños tendremos personas más enriquecidas, y creo que eso es lo que me toca hacer a mí ahora, y me gusta mucho porque estoy comprometida con la formación de niños. Estoy emocionalmente comprometida, porque cuando uno se convierte en abuela los niños empiezan a tener un significado muy profundo que tal vez olvidaste un poco durante muchos años porque ya tus hijos habían crecido. Básicamente, me preocupan los niños futuros y ampliar su abanico».
¿Existen pocas óperas escritas para público infantil? O más bien ha habido épocas en que se han hecho más, y épocas en que estas producciones han sido más escasas?
«Las óperas para niños están siempre presentes, lo que sucede es que no hay mucho que decir respeto de óperas creadas para ser interpretadas por niños y en el ámbito escolar, que es lo que a mí más me interesa en este momento en la vida. De hecho, tengo muchísimas ganas de empezar a liderar un movimiento en ese sentido, es decir, encargar óperas escritas para niños. Ahora, no es que yo esté inventando esto, en el siglo XVIII hubo muchísimas óperas escritas para niños, tanto en Inglaterra como en Francia, y hay algunos ejemplos notables en el siglo XX, como la ópera Brundibar que se representó 50 veces en un campo de concentración nazi, con niños».
El autor de esta ópera, el compositor checo Hans Krása, murió en la cámara de gas de Auschwitz-Birkenau en 1944. Había compuesto Brundibar (El abejorro) en 1938, a partir de un texto de Adolf Hoffmeister. Cuando se estrenó en 1941, clandestinamente, en Praga, Krása ya había sido deportado al campo de concentración de Theresienstadt, donde reescribió la partitura y donde fue interpretada por niños entre 1942 y 1944.
«Tenemos que buscar la fórmula para no hacer óperas pensando que los niños son adultos más pequeños, sino que haya ópera escrita para los niños y para ser interpretada por los niños ante un público infantil. Se requiere una institucionalidad pública que apoye esa iniciativa, y espero que esta sea mi próxima misión», indica Miryam Singer.
Somos muy abiertos cuando niños, todo nos parece interesante; con la socialización nos vamos poniendo más cobardes, más temerosos frente a lo nuevo. Sabemos cómo cambia la vida de un ser humano cuando puede vivir en primera persona la experiencia de las artes. Pero, ¿cuán profunda puede ser esta vivencia cuando los niños no son sólo espectadores, sino que pueden participar en la ejecución de los proyectos?
«Yo tuve una experiencia maravillosa de la que quiero hablar en esta charla. Hace muchos años, saqué un Fondart y llevé La Flauta Mágica a los colegios; los niños subían al escenario vestidos, maquillados y peinados, para cantar los coros de la ópera. Yo creo que la experiencia era transformadora y tú podías percibirla en el acto mismo de la ejecución. No tuve en ese momento la visión de conservar los contactos de los niños para poder hacerles el seguimiento año a año o cada quinquenio, pero vi situaciones en el tiempo real en las cuales yo me pude percatar cómo la posibilidad de participar en una experiencia de esta naturaleza modificaba la relación de los niños consigo mismos. La sensación que daban de ser personas que se iban empoderando. Como yo lo fui ensayando, visitaba al coro del colegio cada tanto tiempo, y me iba dando cuenta de cómo esos niños iban sufriendo una transformación muy positiva hasta llegar al escenario, y de la experiencia misma salían eufóricos. Igual que sus padres. Entonces yo estoy convencida de que tú tienes razón, la experiencia es inolvidable, es transformadora en lo positivo, tiene elementos que le permiten a uno visionar un mundo en el cual el niño pueda participar en una experiencia de esas. Yo realmente creo que esto es posible y así como hace muchos años Víctor Alarcón lideró el proyecto Crecer Cantando, si es que la suerte y la institucionalidad me lo permiten, me gustaría mucho empezar un movimiento así, Crecer Cantando la Ópera. Porque la ópera reúne teatro y música, entonces es una experiencia muy radical, muy profunda».
Por Romina de la Sotta Donoso | 20-08-2021.