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Artes visuales

Milena Rojas: "La UC se va a encargar de proyectar a la gente el legado de Violeta Parra"

marzo 13, 2022

La curadora profundiza en la riqueza de las obras en papel maché que se exhibirán en el Centro de Extensión de Alameda y en los alcances de la alianza con la Universidad Católica.

Milena Rojas: "La UC se va a encargar de proyectar a la gente el legado de Violeta Parra"

MIlena Rojas, curadora de la Colección Violeta Parra.

Ella es quien le dio a la música popular chilena resonancia internacional. Hurgó en las profundidades del Canto a lo Poeta, su riqueza poético musical inigualable y también en las tradiciones campesinas y mapuches. Recorrió el país para aprender de los poetas populares y de las cantoras campesinas y fue una recopiladora fundamental. Divulgó, por cierto, estos tesoros, pero no se limitó a eso.

Violeta Parra Sandoval (1917-1967) también creó una obra propia, que bebía de la tradición y, a la vez, la ampliaba significativamente. Incorporó sonoridades, ritmos e instrumentos, generando una canción universal de raíces indiscutiblemente latinoamericanas. Autora de himnos como Gracias a la vida y Volver a los diecisiete, sus exploraciones tímbricas produjeron también obras tan vanguardistas como sus Anticuecas y el ballet El Gavilán.

La música, sin embargo, fue sólo una de las expresiones artísticas de Violeta Parra, quien legó además una obra plástica contundente y original, también simbiosis de la tradición popular y su propio genio creativo. Fue la primera artista latinoamericana que expuso en el Museo de Artes Decorativas del Museo del Louvre en París, en 1964. Tal como sus canciones, sus óleos, arpilleras, esculturas en alambre y piezas en papel maché hablan de la identidad de un pueblo y de sus dolores, del amor y del desamor, de la injusticia social y de la esperanza.

Al año siguiente de su muerte, la primera institución que le dedicó una exposición en Chile a Violeta Parra fue la Universidad Católica. Y ahora, 54 años después, la UC vuelve a dedicarle una exhibición en Alameda. Esta vez se mostrarán obras en papel maché nunca antes expuestas, como fruto de una nueva alianza entre la Fundación Violeta Parra y la Universidad Católica, que incorporará el legado de la artista chilena a su Colección Patrimonial.

Ascensión (1963-1965). Papel maché sobre madera prensada, 62,5 x 91 cm. Colección Fundación Violeta Parra

«Violeta Inédita. Un encuentro de papel y nostalgia» se inaugurará el miércoles 16 de marzo en el Centro de Extensión UC (Alameda 390) hasta el 27 de abril. Se expondrán obras que fueron conservadas por el fotógrafo Daniel Vittet. Radio Beethoven conservó con Milena Rojas, nieta de la artista chilena. Curadora de la Colección Violeta Parra, estudió Literatura y Estética en la UC, y profundiza sobre la materialidad de las piezas que se exhibirán, obras en papel maché con soporte de madera, respecto del simbolismo de Violeta Parra y de la importancia del nuevo lazo con la UC.

¿Cómo vive este proceso de la exposición, a 54 años de la primera exhibición dedicada a Violeta Parra en la Universidad Católica?

«Para nosotros, como Fundación Violeta Parra, y para mí, como nieta de Violeta Parra, después de tres años de incendio del museo es muy reconfortante retomar la obra a través de la Universidad Católica, porque esta universidad se va a encargar de proyectar a la gente el legado artístico y cultural de Violeta Parra».

Son importantes, entonces, el compromiso que tiene la UC y las conversaciones que han tenido para poder proyectar en el tiempo esta alianza, ¿no?

«Por supuesto. Por supuesto que han sido muy importantes todas las conversaciones, así que la Fundación Violeta Parra y su familia están realmente muy agradecidas con el rector de la Universidad Católica. Estamos muy, muy contentos porque creo que vamos a poder realizar un largo trabajo en conjunto».

Hablemos de la exposición que se inaugura el 16 de marzo ¿Cómo es el contexto en el cual Violeta Parra desarrolla estas obras que se exhibirán?

«Estos papel maché son la última creación, después de todo lo que creó para el Museo de Artes Decorativas del Museo del Louvre. Estos papel maché se realizan entre mediados de 1964 y 1965, cuando ella vuelve a Chile. Entonces hace una parte en Ginebra, y la segunda parte los realiza en Santiago. Es una exposición inédita porque estos papel maché han estado guardados desde 1965; no fueron expuestos en el Louvre y no se hizo ninguna exposición con estos papel maché porque estaban en Ginebra. Te voy a contar una pequeña historia, porque es súper importante saber de dónde salieron. Entre 1964 y 1965, Violeta Parra vivió entre París y Ginebra; en Ginebra se instaló con su taller y en ese taller ella realizó todo la mayoría de los papel maché. Luego, en el año 1965 regresa a Chile, cierra su casa taller en Ginebra, y se viene a Chile, dejando estas obras en su taller. En el año 1974, cuando mi madre y yo partimos al exilio, mi mamá realizó un concierto en Ginebra, interpreta por supuesto canciones de Violeta Parra, y cuando está en los camarines recibe una pequeña carta de visita donde dice ‘Isabel tengo los cuadros de Violeta’, firmada por Daniel Vittet, que es un fotógrafo suizo muy importante, amigo de Violeta. Entonces en ese momento, Isabel y yo recatamos estas obras que habían quedado en Ginebra y que habían sido rescatadas y guardadas por este amigo, Daniel Vittet. De ahí estas obras vuelven a París, donde vivimos 15 años y quedan bajo el resguardo de Isabel».

Sin título (1963). Sobrerrelieve de papel maché en madera prensada, 63 X 67 cm. Colección Museo Violeta Parra.

Es bien importante el rol que juega Daniel Vittet, porque se hace cargo de resguardar las obras que estaban en el taller y, cuando puede, dice ‘acá están’.

«Claro, absolutamente. Él era una persona muy cercana a Violeta, era una persona muy sensible, muy afectuosa con Violeta y le tiene que haber parecido tremendo que Violeta haya dejado todas sus obras ahí en su taller de Ginebra. Violeta era muy desprendida; iba a un lugar, regalaba sus pinturas, sus arpilleras, hacía trueques, y después se desplazaba a otro lugar, siempre iba dejando obras en el camino».

Eso es muy interesante, porque en las entrevistas que se le hacen a Violeta Parra llama, ella tiene la firme convicción, tiene una certeza absoluta de que lo que su trabajo es muy importante y, sin embargo, se puede desprender fácilmente de sus obras individuales. No es que ella tenga una obsesión con su obra y su legado, sino que lo que considera importante es su trabajo, no cada una de sus obras como bienes materiales. Entonces hay una doble naturaleza bien interesante ahí.

«Exactamente, exactamente».

Hablemos de estas obras que quedaron en la casa taller de Ginebra. ¿Por qué trabaja con esta materialidad y con esta técnica en  particular Violeta Parra?

«Al revés de lo que siempre se usa en papel maché, Violeta trabaja con agua caliente y harina cruda. Va armando estas figuras con diarios europeos y estos trabajos están hechos sobre madera y láminas prensadas. Las figuras de cada papel maché fueron pintadas con témpera y con pintura al óleo. Algunas son de color natural, no están pintadas. Y lo más lindo es que estas figuras están en relieve y por ende naturalmente sobresalen del fondo. Son como esculturas en relieve».

Genocidio (1963-1965). Sobrerelieve de papel maché en madera aglomerada, 47 X 89.5 cm. Colección Fundación Violeta Parra

«La colección de toda la obra visual, en total, son 25 pinturas, 15 arpilleras y 10 papel maché. Lamentablemente las máscaras que hizo Violeta y las esculturas en alambre se perdieron».

Qué lástima. ¿Se perdieron de la casa taller en Ginebra?

«Lo que pasa es que como Violeta era tan movediza no sabemos bien qué pasó. La Violeta se fue a Chile en 1965, después en 1967 fallece. Vivía en la carpa de La Reina y ahí había algunas cosas. Nicanor se quedó con algunas máscaras y con algunos instrumentos que ella tenía en su carpa de La Reina,  pero también se fueron como desarmando y rompiendo por el paso del tiempo y por la fragilidad.

Nunca se puede perder la esperanza de que aparezca alguien que diga acá tengo algo, tal como sucedió con Daniel Vittet. Finalmente es una obra abierta la de Violeta Parra en muchos sentidos.

«Absolutamente, es una obra abierta. Siempre van apareciendo obras nuevas».

¿Cuál es el imaginario de las obras que se seleccionaron para la exposición en el Centro de Extensión UC? Entiendo que hay bastantes escenas cotidianas, e imagino que tiene muchos componentes simbólicos. ¿Qué le gustaría a usted destacar de lo que allí se representa?

«Son diferentes temáticas; personajes de la vida cotidiana, como por ejemplo una niña bailando cueca, una niña tocando el arpa, niños jugando también. Hay una obra que es un funcionario público, un vigilante, un hombre de negocios, algunos personajes celestiales y siempre personajes de la cultura popular, como el manicero, el chinchinero, etcétera. Son personajes de la vida cotidiana».

Niños en fiesta (1963-1965). Detalle de la obra de 58,5 x 99 cm, en papel maché sobre madera prensada. Colección Fundación Violeta Parra

Algunas son bastante coloridas, con mucho contraste. La que se está utilizando para difusión de la muestra, Niños en fiesta, si uno la lee de izquierda a derecha, uno ve un árbol del cual se van desprendiendo personajes hasta ser completamente autónomos, rematando con una pareja que está bailando. Todos se ven muy animados.

«Hay algunas que son coloridas, están pintadas con témpera y con óleo, pero también hay algunas del color natural de los diarios. Son bellísimos los papel maché».

La cueca (1963-1965). Sobrerelieve de papel maché sobre cartón, 100 X 66 cm. Colección Fundación Violeta Parra

¿Considera simbólico que se vuelva a exponer trabajos de Violeta Parra en la Universidad Católica después de 54 años?

«Sí, es muy importante. Como tú y yo sabemos en el año 1968, un año posterior a su muerte, la Universidad Católica, con su rector Fernando Castillo Velasco, organiza el primer homenaje póstumo a Violeta Parra. Entonces es muy simbólico, es mágico que 54 años después Violeta Parra vuelva a la Universidad Católica, a la Casa Central, para poder realizar esta exposición».

Es una alianza bonita, además, después del incendio de febrero de 2020 que destruyó la estructura física del museo, que vuelva a tener una casa la obra de Violeta Parra.

«Absolutamente. Después de los incendios nos quedamos sin la infraestructura. Yo fui jefa de colecciones del Museo Violeta Parra, y con la directora y con Isabel Parra, que es la presidenta de la Fundación Violeta Parra y que es mi madre, tomamos la decisión de resguardar la obra en otro lugar porque en cualquier momento iban a incendiar el museo. Lo iban a saquear, iban a romper todo, iban a quemar todo. Afortunadamente tuvimos esa idea y pudimos resguardar y proteger las obras de este caos que había en ese momento».

Me impresiona que hayan tenido esta visión. Yo, en cambio, pensaba en ese momento que los museos eran intocables, que no iba a pasarles nada. Pero no fue así.

«No, no fue así. Fueron cuatro incendios durante el mes de febrero y ahí nos quedamos, como dices tú sin casa. Nos quedamos solas».

Pensando en este conjunto de obras en papel maché que se van a exhibir, ¿cuán vigentes son? Pensando en que no sólo son obras de una gran creadora nacional; estas piezas nos hablan de lo que seguimos siendo hoy en día. Aunque tengan más de 50 años, siguen siendo vigentes. 

«Creo que si el legado de Violeta Parra ha subsistido todo este tiempo yo creo es porque Violeta Parra fue una artista visionaria. Siempre dijo que sus trabajos eran para el pueblo y para la gente que los iba a a apreciar a lo lago del tiempo».

¿Le gustaría invitar a los auditores de Radio Beethoven para que se acerquen a esta exposición?

«Sí, me gustaría mucho invitarlos. Esta exposición se va a inaugurar el día 16 de marzo a las 18:30 horas en el Centro de Extensión de la Universidad Católica, así que están total cordialmente invitados para para poder apreciar y disfrutar de estas obras inéditas de Violeta Parra».

La niña y el arpa (1963-1965). Papel maché sobre madera prensada, 45 x 80 cm. Colección Fundación Violeta Parra.

Considerando que todos tenemos en oído la música de Violeta Parra, conocer su obra visual, en particular en papel maché, nos da otra aproximación de su genio creativo. Admirar lo que ella logra hacer con un material tan sencillo, con una técnica que uno aprende en el colegio, y sin embargo el resultado es interesante, es profundo, es rico. Hablemos de cómo ella convierte el material más humilde y la técnica más conocida en algo único.

«Creo que es cierto. Hay que tener presente que Violeta Parra siempre trabajó con lo que tenía. Nunca ella tuvo dinero para comprar telas, para comprar arpilleras, sino que básicamente ella trabajaba con lo que tenía accesible en ese momento, porque no tenía los recursos como para ir a un lugar y comprar bastidores, comprar arpilleras. Estas obras de papel maché están hechas en cholguán. O sea, ella siempre trabajó con materiales muy simples y sencillos, pero toda su creatividad la tenía en su cabeza y pudo plasmarla en estos materiales tan sencillos. Piensa tú que las arpilleras son lanas naturales de los años 60 que todavía están, en este momento, en excelente estado, es increíble eso. Las arpilleras son naturales, y los papel maché están hechos sobre láminas prensadas, las pinturas también, en bastidores muy sencillos. Siempre ella trabajó con materiales simples, sencillos, que están ahí, al alcance de la mano. No sé si leíste el Libro Mayor, pero hay un recuerdo que señala Isabel Parra, que un día ella llegó a la casa de Segovia 7366 donde vivía Isabel, Ángel, Carmen Luisa y Violeta, llegaron un día y las cortinas de la casa no existían porque Violeta había bordado arpilleras».

Recuerdo ese testimonio en El libro mayor de Violeta Parra, de Isabel Parra. Me parece que se trata de una energía creativa que va para adelante.

«Exactamente, es una energía creativa desbordante. Lo que tenía a mano lo agarraba, lo reservaba y se ponía a trabajar con esa materialidad, con esos objetos. Eso es muy particular y muy lindo también»

Y es característico de la cultura popular chilena también. Los cultores del Canto a lo Poeta que no saben leer ni escribir, y se lo aprenden todo de memoria; cuando aprenden a leer y escribir, escriben sus versos en cuadernos corrientes. Trabajan con lo que tienen.

«Absolutamente, claro que sí. Ésa es la idea, trabajar con lo que se tiene».

Coordenadas
Centro de Extensión UC (Alameda 390). Hasta el 27 de abril, de 10:00 a 18:00 horas, de lunes a viernes, con acceso liberado y pase de movilidad.

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