Luis Toro Araya: "Es un gusto que el volver a Chile sea con la Orquesta de Cámara"
mayo 9, 2022
El recién nombrado director asistente de la Orquesta Nacional de España está en Chile para este nuevo debut, con tres conciertos, y a sólo un par de semanas de la final del Concurso de Rotterdam.
photo_cameraFoto: Felipe Pérez Ramírez.
Luis Toro Araya (1995) está en nuestro país. Vino invitado por la Orquesta de Cámara de Chile y debutará con esta agrupación que depende del Ministerio de las Culturas, las Artes y el Patrimonio.
Juntos darán tres conciertos gratuitos entre el miércoles 11 y el viernes 13 de mayo, con un programa particularmente atractivo, pues ofrece un arco temporal que va desde el corazón del Clasicismo, con Haydn, hacia el primer Romanticismo que firmó Beethoven, para llegar al Siglo XX con una de las obras más insignes de Bartók.
En conversación con Radio Beethoven el director de orquesta se refiere a este nuevo debut en Chile y al programa, pero también adelanta sus próximos desafíos como director asistente de la Orquesta Nacional de España y en la final del prestigioso Concurso de Rotterdam (ver nota previa sobre la primera etapa del certamen, aquí).
Recordemos que Luis Toro Araya está radicado hace cinco años en Europa, y que es discípulo de Helmuth Reichel. Su instrumento de origen es el violín y, de hecho, integró la Orquesta Sinfónica Nacional de Chile antes de decidirse por la dirección. Por ello, sabe exactamente cómo funciona una orquesta, desde adentro, factor clave en el diálogo con toda agrupación.
Nacido en San Vicente de Tagua Tagua, inició sus estudios de violín con su propio padre, quien fundó una orquesta infantil en esa localidad, y luego se formó en la Escuela Moderna de Música. A inicios de marzo, se anunció oficialmente que había sido elegido como director asistente de la Orquesta Nacional de España, en un proceso que tuvo 108 postulantes (ver nota aquí).
¿Cómo es su relación con la Orquesta de Cámara de Chile? ¿Qué es lo más lo motiva de este elenco?
«Conozco a la Orquesta de Cámara hace muchos años, cuando vivía acá, y ya en sus tiempos de relación con la Fundación Beethoven la escuché en bastantes conciertos. Después, cuando me mudé a Santiago, obviamente los iba a ver bien seguido, sobre todo en los tiempos que estuvo el maestro Juan Pablo Izquierdo , a quien yo admiro mucho. Es una orquesta que me gusta mucho, con muy buena calidad humana también. La verdad es que es un gusto que al volver a Chile, después de tanto tiempo, sea con ellos».
El programa incluye la Obertura Coriolano de Ludwig van Beethoven; Divertimento para cuerdas de Béla Bartók y la Sinfonía n°59, El Fuego, de Joseph Haydn. ¿Cómo se articulan estas tres obras?
«Si bien los tres compositores son muy distintos en su lenguaje, me parece que funcionan bastante bien juntos, porque trabajan mucho con diferentes caracteres en la música. Trabajan mucho con el ritmo y con las articulaciones, es música bastante ‘movida’, en cierta manera. La de Beethoven es una pieza que sigue bastante bien el drama de la historia de de Coriolano, está basada en el drama de Tito Livio que lleva el mismo nombre y que cuenta la historia de este personaje en los tiempos antiguos de Roma. Por otro lado, Bartók toma muchos elementos de la música folclórica en ésta, que es una de las últimas obras que hizo, pero se asimila a Beethoven, ya que su lenguaje es muy claro y muy rítmico; tiene un carácter muy marcado siempre, demanda mucha precisión, pero al mismo tiempo mucha energía. Y por último, Haydn es un compositor lleno de humor, sobre todo esta sinfonía que es bastante breve, pero que tiene también mucho juego en cuanto a la dinámica y la articulación. Se llama Sinfonía del Fuego, Feuer Sinfonie, y creo que casi se puede sentir una cualidad que quema, casi como chispas, en la textura de la obra. Me parece que funcionan bastante bien juntas las tres obras».
Es interesante porque tenemos a Haydn, en el centro de lo clásico, después con Beethoven, el asomo hacia lo romántico en lo conceptual y en lo musical, y ya en Bartók aparece un rol completamente nuevo de los timbres, ¿no?
«Exactamente».
¿Cómo han sido los ensayos con la Orquesta de Cámara de Chile?
«Ha sido bastante interesante. Es repertorio que los músicos manejan bastante bien, sobre todo Beethoven y Haydn, que son compositores a los que interpretan mucho. Me parece que el Bartók hace algo más de tiempo que no se hacía, sin embargo los he notado muy colaborativos, muy abiertos a las ideas que que tengo para proponerles, así que es bastante fácil la verdad, ensayar con ellos. Siento que hay una una buena colaboración, hay un buen balance entre lo que lo que ellos están acostumbrados a hacer y el aceptar ideas nuevas».
Si tuviera que invitar a los auditores de Radio Beethoven, ¿qué les diría sobre el tipo de experiencia que van a vivir, sobre por qué es atractivo este concierto?
«Creo que la gente debería ir a nuestros conciertos porque tenemos una combinación bastante interesante; por un lado, con obras bastante conocidas, de Beethoven y de Bartók, y por otro lado, una obra bastante desconocida de Haydn. Se van a dar cuenta también de que si bien los tres compositores tienen lenguajes muy diferentes, tienen muchas similitudes también cuando se escucha con atención, en el tema del ritmo, en el tema del carácter, la intensidad de la que demandan. Creo que va a ser una buena experiencia, bastante corta también porque es un concierto planeado de una hora, sin pausa, así que creo que sería un buen panorama para para todo el público»-
¿Tiene más compromisos planificados en Chile?
«Sí. Hay varias ideas. Lo confirmado hasta ahora es con la Sinfónica Universidad de La Serena, la primera semana de octubre; vamos a retomar un programa que se suspendió justo cuando empezó la pandemia, que era con la Sinfonía Eroica de Beethoven. Hay invitaciones de más orquestas, pero yo sé que la situación ha estado un poco difícil con la pandemia, así que lamentablemente no todas las orquestas tienen la misma estabilidad en este momento, por temas de recinto sobre todo, así que hay que ver más adelante si se concretan o no esas posibilidades. Pero las fechas están conversadas y espero que resulten».
Luis Toro Araya llegó a Chile el 1 de mayo, y se quedará por un total de dos semanas. Después volverá a Suiza.
Usted fue nombrado director asistente de la Orquesta Nacional de España a inicios de este mes. ¿Ya ha tenido un encuentro presencial con esa agrupación?
«Aparte de la audición, la verdad, no hasta ahora. Obviamente hay mucho contacto porque tenemos que organizar la temporada con los programas que yo voy a hacer. Ya tenemos un programa que voy a dirigir la primera semana de diciembre, que es un concierto con Romeo y Julieta de Prokofiev, y ya están también distribuidas las semanas que tengo que asistir, de hecho empezamos la temporada en septiembre con la Sinfonía Alpina de Richard Strauss, tremenda obra, y por otro lado, en esta temporada, en la última semana de junio, vamos a cerrar el año para ellos con el Réquiem Alemán de Brahms».
En estos días en Chile, ¿ha podido reencontrarse con distintas figuras de la escena musical chilena?
«Sí, bastante. Obviamente he visto algunos amigos, colegas de la Sinfónica. Con Alberto Dourthé que es el concertino de la Sinfónica y fue mi profesor de violín por muchos años, y somos muy amigos hasta el día de hoy. Ha sido un agrado juntarse con él después de un tiempo tan largo. Y con mi profesor de armonía, también de la Escuela Moderna, que es un tremendo profesor de armonía, Jorge Pérez, y que también tenemos mucha amistad hasta el día de hoy. También me reuniré con el maestro Juan Pablo Izquierdo; si bien hemos estado en contacto, hace mucho tiempo que no lo veo, así que también muy contento con eso».
Tras haber sido violinista de la Sinfónica entre 2014 y 2017, Luis Toro Araya decidió emigrar a Europa y dedicarse a la dirección. El año pasado fue seleccionado como finalista de dos de los concursos más relevantes del planeta. En el Herbert von Karajan Young Conductors Award, que se celebró en junio de 2021, dirigió a la Camerata Salzburgo en el Festival de Salzburgo. También fue seleccionado como uno de los seis finalistas del Concurso Internacional de Dirección de Rotterdam, ICCR, por sus siglas en inglés, cuya final se realizará ahora en junio.
La estructura de este certamen es muy novedosa y les permitirá a los participantes un ejercicio mucho más profundo de la música, pues cuenta con cinco rondas y cinco orquestas distintas, y sin eliminación por ronda. En cada ronda deben trabajar un estilo de repertorio específico.
Y si en la final del Von Karajan Luis Toror Araya integró Canción de Cuna para Fuegia Basket, de Tomás Brantmayer, estrenando así en el Festival de Salzburgo una obra chilena, también llevará repertorio nacional ahora a la final de Rotterdam: una de las obras que interpretará será la Sinfonía Romántica de Enrique Soro.
«Eso empieza la última semana de mayo. Ahora, al volver a Zurich, tengo una semana libre, y después ya viene Rotterdam, que va a ser intenso, son doce días de corrido, con ensayos y conciertos», comenta el director.
Me imagino que ya está impregnado de la Sinfonía Romántica de Enrique Soro. Es primera vez que la dirige, ¿no?
«Primera vez que la dirijo, exactamente. Quizás va a sonar un poco cliché pero es una sinfonía que siempre la he sentido casi como parte de mi lenguaje, porque Soro es un compositor que de verdad me encanta. Descubrí su música hace bastantes años, ya. No sé si sea por el hecho de ser chileno, o simplemente por el hecho de que a mí me fascina su música, pero siempre pero me he sentido muy conectado con sus obras, así que obviamente va a ser un agrado hacer la Sinfonía Romántica ahora en Rotterdam».
Coordenadas Luis Toro Araya y la Orquesta de Cámara de Chile. Acceso liberado. Miércoles 11 de mayo, 19:30 horas. Parroquia San Vicente de Ferrer (Apoquindo 8600, en Las Condes) Jueves 12 mayo, 19:00 horas. Casona Dubois (Ayuntamiento 1650, Quinta Normal) Viernes 13 mayo, 19:00 horas. Parroquia Nuestra Señora del Carmen (Plaza Ñuñoa).
Invitado por el Instituto Italiano di Cultura, el pianista piamontés abordará un repertorio que él mismo está rescatando en dos conciertos gratuitos que dará en Los Andes y Viña del Mar, el 29 y 30 de noviembre. "Estos compositores desarrollaron una importantísima operación de aggiornamento cultural porque tradujeron y trajeron a Italia a los grandes románticos alemanes", apunta.
El lunes 25 y martes 26 de noviembre, estrenará con Luis Orlandini y Gonzalo Cuadra obras comisionadas a Eleonora Coloma y a Rolando Cori. Y, el viernes 29, Alejandro Reyes ofrecerá una lectura nueva de la 2a Partita BWV 1004 de Bach, incluyendo corales y bajo continuo, junto a Vanessa Rojas, Javier Weibel y Oriana Silva, ahondando en el desgarrador luto que vivía el compositor. Dos nuevas propuestas artísticas paralelas a su rol en el Municipal de Santiago.
El estudiante de piano de la Universidad Austral y su colega Alejandra Veloso grabaron diez obras del compositor alemán en el disco Valdivianische Musik. Algunas son para piano solo y otras para piano a cuatro manos. Lo lanzarán el 21 de noviembre en Valdivia y el 29 en Concepción.
"Ellos superaron los límites de lo que se consideraba posible en el piano", indica Boris Giltburg y añade que en las sonatas que interpretará el 26 de noviembre "hay un cuento que la música quiere transmitir al público". El célebre pianista también entrega detales de sus grandes proyectos: la integral de Beethoven y El clave bien temperado.
El director chileno destaca la flexibilidad de la orquesta penquista, que lo eligió como su titular a sólo mese de su debut con la agrupación. Luis Toro Araya adelanta que planea hacer ópera y que es primordial darle espacio a los compositores nacionales jóvenes. Este mes está en Chile: el 7 y 8 de noviembre, vuelve a dirigir a la Sinfónica Universidad de La Serena, en los Wesendonck Lieder de Wagner, Beethoven y Schubert. Y después conduce a la Sinfónica UdeC.
El director y fundador de esta agrupación que tiene 20 años de existencia, hace un positivo balance de las recientes alianzas que han hecho y los nuevos públicos que están acerándose a una temporada que continúa e 23 de octubre con tres solistas nacionales. "Hemos tenido muchos solistas de muy buen nivel, con el apoyo de varias embajadas", comenta.
La obra fundamental del siglo XX será presentada en la 60a Temporada de Cámara UC el 22 y 23 de octubre, celebrando así los 150 años del natalicio de Arnold Schoenberg. El director chileno residente en Suiza, además, dirige a la Sinfónica Nacional Juvenil en la Séptima de Beethoven.
El director sueco debuta el 20 de octubre en el Ciclo Bach Santiago, con dos cantatas y un motete del genio barroco. Además, dirige en tres conciertos a la Orquesta de Cámara de Chile. ""Estoy tan contento por estar de vuelta y reencontrarme con todos mis amigos en Chile, tanto de la Orquesta de Cámara de Chile como de la Universidad Católica. Siempre han sido colaboraciones artísticas muy buenas", dice.
La excepcional intérprete e investigadora que ha sido premiada con el Diapaon dÓr y dirige el Museo San Colombano en Bologna, dará un recital de clavecín el 3 de octubre en la Temporada de la Fundación Guitarra Viva.