1. Inicio
  2. Recomendados
  3. Luis Toro Araya: «Lo peor que le puede pasar a uno es apurarse, sobre todo en esta profesión, que es una profesión tan larga»
Música

Luis Toro Araya: "Lo peor que le puede pasar a uno es apurarse, sobre todo en esta profesión, que es una profesión tan larga"

julio 16, 2024

Hace diez años, era parte de los violines de la Sinfónica de Chile, cuando Juan Pablo Izquierdo dirigió Así habló Zarathustra. Ahora, el 19 y 20 de julio, Luis Toro conducirá esa misma obra, en su debut con la orquesta. "Es una linda coincidencia, que me hace mucha ilusión", dice. Serán los primeros de once conciertos que tendrá en Chile este segundo semestre.

Luis Toro Araya: "Lo peor que le puede pasar a uno es apurarse, sobre todo en esta profesión, que es una profesión tan larga"

Luis Toro Araya. Foto: Sara Pastor.

Hace diez años, cuando recién había sido convocado como extra en la fila de los violines de la Orquesta Sinfónica de Chile, les tocó interpretar Así habló Zarathustra con la dirección del maestro invitado Juan Pablo Izquierdo. Y ahora él será la batuta invitada para conducir al mismo elenco en el poema sinfónico de Richard Strauss.

Será un reencuentro y también un debut, porque será la primera vez que Luis Toro Araya (1995) dirija a la Sinfónica.

El músico chileno está en su segundo período como director asistente de la Orquesta Nacional de España y su macizo calendario 2023-2024 tiene abundantes conciertos en Europa. Sin embargo, este segundo semestre se destaca igualmente una fuerte presencia en nuestro país.

Debutará con la Sinfónica Nacional de Chile y con la Sinfónica Universidad de Concepción durante el mes de julio, y en agosto lo hará con la Orquesta Sinfónica Nacional Juvenil. Después de una serie de compromisos como asistente de la Sinfónica Nacional de España y de dirigir a la Sinfónica de Bilbao, retornará a Chile para reencontrarse con la Sinfónica Universidad de La Serena, en dos programas, y nuevamente con la Sinfónica UdeC.

Luis Toro Araya. Foto: Patrick Marek.

Así, el director nacido en San Vicente de Tagua Tagua fortalece sus lazos con nuestro país, después de un 2023 en el cual debutó con la Orquesta de Cámara de Valdivia y con la Filarmónica de Santiago. Antes ya había dirigido a la Orquesta de Cámara de Chile y la Orquesta Usach.

Todo ello, en paralelo a sendas hazañas en el ámbito de los certámenes de conducción. Fue finalista del Herbert von Karajan Young Conductors Award, y en 2021 dirigió a la Camerata Salzburgo en el Festival de Salzburgo, y fue finalista del Concurso Internacional de Dirección de Rotterdam (ICCR, por sus siglas en inglés) y obtuvo dos distinciones: el premio en la categoría de ópera y el premio del público, en 2022.

Ese mismo año fue elegido como director asistente de la Orquesta Nacional de España y también Dudamel Fellow de la Orquesta Filarmónica de Los Angeles.

Sobre sus nuevos conciertos en nuestro país y sobre su agenda internacional, que incluye haber programado en Bilbao una obra de Alfonso Leng. La promoción de la música clásica chilena es una constante para este artista: en la centésima edición del Festival de Salzburgo dirigió Canción de cuna para Fuegia Basket de Tomás Brantmayer y en la final en Rotterdam incluyó un movimiento de la Sinfonía Romántica de Enrique Soro.

Luis Toro Araya.

«Va a ser un mes muy intenso en Chile», ríe, antes de emprender el viaje a Santiago. Sus primeros conciertos serán el 19 y 20 de julio, a las 19:30 horas, en el Teatro Universidad de Chile (19:30 horas, Providencia 043, entradas desde $8.000 a $17.000, aquí). Allí se reencontrará con la Orquesta Sinfónica Nacional de Chile, de la cual fue violinista entre 2014 y 2017, justo antes de radicarse en Alemania y formarse como director orquestal en la Hochschule der Künste de Zúrich.

«Ésta va a ser mi primera vez como director con la orquesta. En mis años de juventud toqué ahí tres años, entre los 18 y los 21, como violinista y creo que ha sido la mejor escuela que he tenido. Creo que es donde más pude aprender de la vida orquestal, del repertorio y, algo que es muy importante, de la perspectiva del músico de una orquesta, que es lo que yo creo que un director necesita esencialmente entender», comenta Luis Toro Araya.

«Tengo mucha ilusión, lo habíamos estado intentado ya por algunos cuantos años y por diversos motivos no se había concretado. Es un programa muy difícil, pero muy lindo. Para mí, además, es como estar en casa», agrega.

Ésta es una temporada especial de la Orquesta Sinfónica de Chile. Debido al cambio de administración, es decir, del director ejecutivo de Ceac, hubo un período en que los propios músicos fueron quienes diseñaron la programación y cuando llegó la directora nueva se la presentaron y siguieron adelante. Entonces es un año programado por los  músicos.

«Eso es bonito. Obviamente le estoy muy agradecido a Dominique Thomann, que es la nueva directora del Ceac, y al maestro Rodolfo Saglimbeni, quienes desde el momento en el que conversamos para esta ocasión tuvieron toda la mejor actitud del mundo y lo pudimos organizar sin ningún problema». 

El programa con la Sinfónica es bastante interesante porque se incluye Así habló Zarathustra y también el Concierto para violín de Tchaikovsky con una solista de la República Checa, Pavla Tesařová. ¿Qué nos puede decir de este programa?

«Son dos grandes hits, por decirlo así. Uno más tocado que el otro, porque el Concierto para violín de Tchaikovsky se toca siempre y quizás sea el concierto más icónico que hay para este instrumento. Yo lo toqué cuando era joven y alucinaba con ese concierto, entonces es muy bonito para mí poder dirigirlo ahora. De hecho, es la primera vez que lo hago. Por otra lado, Zarathustra es una obra de Strauss que, en mi opinión, es el poema sinfónico más difícil que escribió. Es corto si lo comparas con la Sinfonía Alpina, por ejemplo, que dura una hora, o con el Vida de héroe, que son 40 o 50 minutos. En cambio, Zarathustra dura media hora, pero en esa media hora tiene todos los elementos del resto de los poemas y es muy, pero muy difícil. Es una partitura realmente compleja, pero desde el punto de vista emocional y filosófico, es muy interesante lo que propone la música. Por otro lado, hay una coincidencia bastante bonita: la última vez que la orquesta interpretó esta obra fue en 2014, y 2014 fue el año en que yo empecé a tocar con la orquesta como extra. La dirigió el maestro Juan Pablo Izquierdo y fue la primera vez que yo pude tocar con él, que es una figura que me ha marcado mucho y ha sido siempre una gran inspiración. Entonces, poder ser yo quien repita esta obra diez años más tarde con la misma orquesta es una linda coincidencia, que me hace mucha ilusión también».

Luis Toro Araya destaca también el lenguaje muy moderno y las interesantes alusiones a la obra de Nietzsche del poema sinfónico de Richard Strauss, y que el Concierto para violín de Tchaikovsky quizás sea no sólo el más famoso, sino también el más lindo para este instrumento. Ambas obras, juntas, adelanta, representarán «un viaje emocional muy interesante para el público».

Luis Toro Araya. Foto: Alicia Olmos Ochoa.

Su siguiente compromiso será el 26 y 27 de julio, esta vez en el Teatro Universidad de Concepción (19 horas, O’Higgins 660, entradas desde $2.500 a $10.000, aquí). Será el primero de dos programas que ofrecerá este segundo semestre con la Orquesta Sinfónica Universidad de Concepción, y marcará su debut con el elenco. Este primer programa incluye el Concierto para chelo de Pedro Humberto Allende y la Quinta Sinfonía de Tchaikovsky.

«La Quinta de Tchaikovsky tiene un significado muy lindo para mí porque me marcó mucho. La primera vez que toqué en una orquesta sinfónica grande fue a los 15 años, en un festival en Uruguay que dirigió la directora brasileña Ligia Amadio. Tocamos la Quinta de Tchaikovsky, y habiendo sido mi primera vez en orquesta me causó una gran impresión la dirección. Recuerdo que después de ese concierto estaba tan mareado, con tantas emociones juntas, y que fue la primera vez que pensé ‘Quizás podría probar algún día con la dirección’. Entonces, es una obra que significa mucho. Es una obra famosísima, de los grandes hits de la música clásica, y creo que es un gran desafío cuando uno se enfrenta a estas obras que están tan tocadas. Hace poco, por ejemplo, hicimos la Séptima de Beethoven con la Nacional de España, y siempre es llamativo el respeto con el que uno se enfrenta a estas obras que ya están tan grabadas, tan tocadas, porque ¿qué tiene uno que decir? Y eso es un desafío muy lindo», explica Luis Toro Araya.

Igualmente destaca que en el Concierto para violonchelo de Pedro Humberto Allende el solista será el violonchelista penquista Karl Figueroa. «Obviamente, para mí es un placer hacer esta música; yo soy un gran admirador de la música chilena, desde luego, de compositores contemporáneos como mi querido amigo Tomás Brantmayer o Manuel Bustamante, que están en la generación más joven, pero también soy un gran admirador de la generación más antigua, desde Enrique Soro hasta Allende, Cotapos y Leng. Entonces para mí es una alegría poder hacer esta música que yo creo que debería tener el mismo valor que cualquier música de tradición europea», asegura. 

El Concierto para violonchelo de Pedro Humberto Allende, indica, «es una de las obras icónicas de la música clásica chilena. Fue alabada por Debussy en su momento y creo que representa muy bien el lenguaje de este compositor». Asimismo, explicita que la Quinta Sinfonía de Tchaikovsky «es una obra para no perderse, de las más famosas del repertorio universal, que ofrece una paleta de colores y de emociones bastante interesante, desde melancolía hasta la alegría y efusividad».

Luis Toro Araya. Foto: Alicia Olmos Ochoa.

Desde Concepción, Toro Araya volará luego a Santiago, para trabajar con la Orquesta Sinfónica Nacional Juvenil por primera vez. Juntos presentarán dos conciertos, el 8 de agosto en el Teatro de Fundación CorpArtes (20 horas, Rosario Norte 660, entradas gratuitas aquí) y el 10 de agosto en el Teatro Aula Magna Universidad Técnica Federico Santa María (19 horas, España 1680, entradas acá).

¿Qué representa para usted trabajar con la Orquesta Sinfónica Nacional Juvenil, que de alguna manera es una selección nacional de talentos jóvenes y un elenco que en su conformación 2024 tiene un enorme potencial que ya en mayo, recién constituida, fue advertido por su titular, Paolo Bortolameolli, quien declaró que «ya estaba sonando súper bien» en ese momento (ver entrevista). ¿Cuán importante es para usted poder trabajar también con los jóvenes?

«Siempre he dicho que para mí es muy importante tener una relación con las orquestas de mi país y a fin de este año podré decir que he dirigido a casi todas las orquestas chilenas. Yo creo que siempre va a haber un cariño especial por el poder trabajar con la Nacional Juvenil, por lo que tú dices, porque ha sido y es el semillero musical más importante en Chile. Y también por lo que significa la labor que tenemos que realizar no sólo como directores, sino como músicos en general, de poder trabajar con las generaciones más jóvenes, poder compartir no sólo lo que sabemos, sino también las experiencias. Poder guiar, poder dar perspectivas. Yo tampoco soy mucho mayor que ellos, pero quiero pensar que puedo aportar algo a su formación. Creo que es una labor muy bonita».

¿Nos podría comentar cuál será el programa de esos dos conciertos con la Sinfónica Nacional Juvenil?

«Claro. Vamos a tener la obertura para la ópera Rienzi de Wagner, vamos a tener el Concierto para violín n°5 de Mozart, con el solista Alberto Dourthé, lo que también es emotivo para mí porque fue mi profesor y es un gran amigo hasta el día de hoy, y vamos a terminar con la Cuarta sinfonía de Brahms, quizás la obra cúlmine de este compositor romántico, y la más profunda, la que requiere más madurez».

Luis Toro Araya dirigió a la Sinfónica Universidad de La Serena en el estreno, con el solista José Luis Urquieta, del Concierto para Oboe n° 2’ de Manuel Bustamante.

En el caso de sus conciertos con la Sinfónica Universidad de La Serena se trata de un retorno, pero además con un programa sumamente interesante a inicios de noviembre y luego, a fin de ese mes, en la final del Concurso Luis Advis, ¿no?

«Exacto. Con La Serena ya son varios años de colaboración que nos unen y ha sido siempre muy agradable, fue de las primeras orquestas en Chile que me invitaron a dirigir cuando yo era muy joven, todavía estaba estudiando. El que hayan confiado en mí desde el inicio para mí fue un honor, entonces nos une también una relación de mucho cariño. Y sí, ya habíamos planeado anteriormente que yo pudiera dirigir el Concurso Luis Advis, pero por cosas de fechas no se dio, así que estamos contentos de que ahora se haya dado. Me parece una iniciativa muy importante y a la que hay que darle un realce como se merece, porque pone a la composición contemporánea nacional en un puesto muy importante, que es el que debiera tener. Y además de eso vamos a hacer otro programa también que es más romántico, un poco más clásico».

Luis Toro Araya. Foto: Sara Pastor.

Esos conciertos con la Sinfónica Universidad de La Serena serán el 7 de noviembre en el Centro Cultural Palace de Coquimbo (José Santiago Aldunate 599) y el 8 de noviembre en el Aula Magna de la Universidad de La Serena (Benavente 980). Ambos serán gratuitos, con inscripción aquí.

El programa abrirá con la Obertura Egmont de Beethoven, seguirá con los Wessendonck Lieder de Richard Wagner, con la soprano Luca Maria Caelers como solista y cerrará con la Sinfonía n°4 de Schubert.

¿Es interesante ese programa con la Sinfónica Universidad de La Serena, porque uno ve una línea de desarrollo de la tradición musical, ¿no?

«Exacto. Está todo en la tradición alemana y podemos ver perfectamente la evolución desde Beethoven a Schubert y lo que termina siendo en Wagner, que es una obra que está muy cerca del Tristán, entonces tenemos ya un extremo total de la tonalidad en la paleta de colores del concierto. Será un programa romántico en toda su expresión. La obertura Egmont de Beethoven es una obra icono que representa la libertad, los Wesendonck Lieder son una obra fantástica que se escribió al mismo tiempo que la ópera Tristán e Isolda, y contiene, de hecho, muchos motivos que vienen de la ópera y que representa el exceso y la pasión que sentía Wagner en ese momento. Y la Cuarta Sinfonía de Schubert, la Trágica, es una obra realmente oscura que nos deja ver un poco lo que ocurría en la cabeza de Schubert en sus momentos más dramáticos».

De La Serena, Luis Toro Araya se irá a Concepción, para trabajar un nuevo programa con la Sinfónica UdeC que presentarán en dos programas, el 15 y 16 de noviembre, en el Teatro Universidad de Concepción (19 horas, O’Higgins 660, entradas acá).

¿De qué se trata el proyecto de noviembre con la Sinfónica UdeC?

«La gracia de este programa es que vamos a celebrar el aniversario del mural Presencia de América Latina. Si bien el programa no está todavía ciento por ciento definido, la idea es que sean obras latinoamericanas. Tenemos que ver, obviamente, temas de escenario, de cuántos instrumentos podemos meter porque siempre hay un tema con la música latinoamericana con una percusión bastante presente, entonces tenemos que adecuarnos a lo que nos permita el espacio, pero la idea es tener un programa netamente de nuestra música».

La presentación coincidirá con el aniversario del inicio de la creación de esa icónica obra de Jorge González Camarena: el impresionante mural de más de 250 metros cuadrados comenzó a realizarse en noviembre de 1964 y se terminó en abril de 1965. Este monumento nacional fue donado por México a nuestro país tras el devastador terremoto de 1960 y su recuperación, tras los graves daños que sufrió en el terremoto de 2010, se realizó también con apoyo técnico y financiamiento de ese país norteamericano.

Ya cerrando el año en Chile, Toro Araya retornará a La Serena para dirigir la final del género clásico del Concurso de Composición Luis Advis 2024. Será a las 20 horas del 23 de noviembre, con acceso liberado y en un lugar que definirá el Ministerio de las Culturas (más información).

La última vez que hablamos, fue en octubre de 2023, justo antes de su debut en el Teatro Municipal de Santiago, cuando dirigió la Obertura Genoveva de Schumann, Preludio y muerte de amor de Tristán e Isolda de Wagner y la Sinfonía Patética, de Tchaikovsky. «El programa es bastante pesado desde lo emocional, porque son obras bien melodramáticas, pero es un programa muy lindo», declaróm entonces Luis Toro Araya (ver entrevista).

Sus conciertos con la Filarmónica calaron hondo en el público y en los críticos. Fue calificado como «apoteósico» (ver), se destacó su «talento y musicalidad natural» (ver) y se consignó que logró redescubrir un hit de Wagner, el «que sonó nuevo» (ver).

Luis Toro Araya con la Filarmónica de Santiago, en octubre de 2023. Foto: Patricio Melo.

Poco antes, en agosto del año pasado, había debutado con la Orquesta de Cámara de Valdivia y dirigido a la Sinfónica Universidad de La Serena. Fueron cuatro conciertos en un mes, y con programas bien demandantes: hizo la Primera y la Segunda Sinfonías de Cámara de Schoenberg en Valdivia y La Serena, respectivamente. Y contrastó esas obras con Schubert.

Hablemos de esos conciertos que tuvo antes de debutar en el Municipal de Santiago.

«Agosto fue intenso porque fue un proyecto en Valdivia, después tuve un concierto en La Serena, y entre medio tuve una pasada por San Vicente, mi tierra, donde dirigí un mini festival infantil que organiza mi padre, pensé que era bonito también poder participar. Fue fantástico. Como ya lo habíamos hablado anteriormente, esa ida a Chile estuvo un poco enfocada en Schoenberg y Schubert, que son dos compositores que me encantan. De hecho, hice sus dos sinfonías de cámara en dos semanas, la Primera en Valdivia y después la Segunda en La Serena. Hicimos Schubert en Valdivia; L’Arpeggione con Paulina Riquelme que es una violista fantástica, y de Schubert hicimos un entreacto de Rosemunde en La Serena. Y creo que se conecta muy bien con la historia vienesa. Pero fueron dos programas fantásticos. Con la Orquesta de Cámara de Valdivia era la primera vez que trabajaba y la verdad es que se puede trabajar muy bien, hay muy buen nivel y lo que hacen también en cuanto a programación, lo que ha estado haciendo Rodolfo Fischer en su trabajo en los últimos años es muy, pero muy bonito. Hay conversaciones también para volver. Tengo mucha ilusión porque, como dije, se puede hacer música muy linda en regiones en Chile. Y con La Serena siempre es un gusto trabajar y fue un programa muy desafiante, porque la Segunda Sinfonía de Cámara de Schoenberg es muy difícil, pero salió muy bien. Fueron conciertos muy exitosos».

¿Y cómo fue para usted su debut con la Filarmónica de Santiago, en octubre del año pasado?

«El debut en el Teatro Municipal de Santiago con la Filarmónica creo que fue uno de los conciertos que voy a atesorar siempre, porque debutar en esa casa tan importante para la historia no sólo musical, sino que cultural artística chilena, es un honor. De verdad que es un honor. Yo a esa orquesta la escuchaba cuando la dirigía Juan Pablo Izquierdo, cuando retornó, creo que fue en 2016 o en 2015, y siempre es una orquesta que admiré mucho. Es una orquesta técnicamente muy dotada, pero también son capaces de dar un discurso emocional muy profundo, y eso fue fantástico para el programa que teníamos, que también era muy exigente en esa parte, y fue un éxito. Yo me sentí muy bien, creo que hubo mucha química con la orquesta, el público creo que también lo supo apreciar así. Nos dieron el premio del Círculo de Críticos de Arte en Chile, así que contentísimo, de verdad que ha sido un honor estar con ellos».

Luis Toro Araya y la Filarmónica de Santiago. Foto: Patricio Melo.

Usted fue renovado como director asistente en la Orquesta Nacional de España, ¿ese período se extiende hasta este año?

«Exacto, hasta este año. Nosotros terminamos nuestra colaboración en septiembre de este año».

Vi en su calendario que tiene una cantidad de ópera muy significativa.

«Sí. La ópera siempre ha sido para mí una prioridad. Si bien no he tenido la oportunidad de hacer mucha ópera por distintas cosas y los primeros años de carrera se dieron mucho más con lo sinfónico, esta temporada sí quise tomarme el tiempo y poder darle más prioridad a la ópera. Este año va a ser de mucha asistencia de ópera, lo que para empezar y para poder conocer el repertorio, trabajar, está súper bien. De hecho, mi último proyecto con la Orquesta Sinfónica Nacional de España va a ser una ópera semi concertante; vamos a hacer Fidelio. De ahí me voy directamente a Tenerife donde voy a estar asistiendo una Ariadna en Naxos en la Ópera de Tenerife y más tarde esta temporada, en Bélgica, un Tristán e Isolda, que es mi ópera favorita, que la conozco muy bien, así que va a ser un agrado poder hacer ese repertorio. Y más adelante, en esta temporada, en el Liceu de Barcelona voy a estar asistiendo una Rusalka, con el director musical que tienen, que es Josep Pons, gran director de ópera».

La vida del músico es siempre estar en aprendizaje, ¿no?

«Sí, siempre. Y si bien me siento muy cómodo trabajando con cantantes y sobre todo con cierto tipo de repertorio, por ejemplo, con Wagner, creo que mientras más uno haga más aprende. Poder trabajar con distintos cantantes e incluso ver a distintos directores cómo hacen ópera, creo es desde eso desde donde uno saca más experiencia, de ver distintas cosas, distintas vivencias».

Luis Toro Araya en la ronda final de ópera, en Rotterdam

Aparte de las asistencias, en octubre tiene dos conciertos ya como director invitado con la Orquesta Sinfónica de Bilbao, e integró una obra de Alfonso Leng.

«Exactamente. Tengo un cariño especial por, no sé si decir grandes próceres, pero por la generación un poco más antigua de compositores chilenos, a la que pertenece Leng. Y La Muerte de Alsino es una obra de una profundidad y de un discurso bastante especial; para mí está al nivel de lo que podría ser Strauss, con algunos colores medio impresionistas entre medio, pero es un poema sinfónico que para mí no tiene nada que envidiarle a música como la que escribió Strauss. Y me da mucha alegría también que ellos hayan confiado en esta obra y que hayan decidido programarla, aparte de que es un programa que en sí funciona muy bien; tenemos un Primer Concierto para violín de Shostakovich, con Sergei Dogadin y cerramos con la suite del Rosenkavalier, que es lo más famoso del programa podríamos decir».

Aparte de que cuando este año termine habrá debutado con prácticamente todas las orquestas chilenas, su calendario está llenito, hay muchas cosas agendadas para el próximo año a nivel internacional. ¿En qué momento se siente de su carrera?

«Muchas veces la gente me menciona todos estos logros o hitos en relación a la edad. La gente me dice ‘Ah, pero eres muy joven y no tienes ni siquiera 30 años’. Honestamente, yo lo último que pienso en cuanto a mi profesión es en la edad. De hecho, odio el término ‘director joven’, porque me da la impresión de que cuando tú dices ‘director joven’ es casi como ponerle una traba a la profesión, porque cambia un poco el juicio. Y yo creo que nosotros, a la edad que tengamos, hacemos música en las mejores condiciones que podamos con las herramientas que tenemos en el momento, ya sean herramientas emocionales o técnicas, experiencia, etcétera. Yo me siento igual que siempre, me siento muy calmado, sí disfruto lo que estoy haciendo, pero también siempre estoy pensando qué voy a hacer más adelante. Siempre estoy pensando qué proyectos vienen, por ejemplo, los conciertos en Chile que estamos planeando para el próximo año. Estoy en una etapa donde estoy haciendo el repertorio que me gusta. Mahler, que es mi compositor favorito, yo no tengo ningún apuro en dirigir Mahler, si bien voy a hacer mi primer Mahler en la próxima temporada; vamos a hacer la Décima con la Orquesta Nacional de España, y va a ser mi primer Mahler. Como te digo, estoy haciendo mucho Wagner en este momento, que es un compositor que me interesa, hay planes para hacer Bruckner, que también es un compositor que me interesa, y me lo tomo con mucha calma. Yo creo que las cosas se van desarrollando a la velocidad que tenga que ser. Yo creo que lo peor que le puede pasar a uno es apurarse, sobre todo en esta profesión, que es una profesión tan larga».

Entonces cuando dirija la Décima de Mahler será una invitación, ya como director, en la próxima temporada de la Orquesta Nacional de España.

«Exactamente».

Por Romina de la Sotta Donoso | 16-07-2024.

Compartir:

Contenido relacionado

Música

Massimiliano Génot: “Después de la unidad de Italia, las escuelas de Milán y Nápoles se mezclan y crean las bases para una escuela verdaderamente nacional"

Invitado por el Instituto Italiano di Cultura, el pianista piamontés abordará un repertorio que él mismo está rescatando en dos conciertos gratuitos que dará en Los Andes y Viña del Mar, el 29 y 30 de noviembre. "Estos compositores desarrollaron una importantísima operación de aggiornamento cultural porque tradujeron y trajeron a Italia a los grandes románticos alemanes", apunta.

Alejandro Reyes van Eweyk. Foto: Gonzalo Beltrán. Música

Estrenos absolutos, originales formatos y una renovada interpretación de Bach: la incesante actividad de Alejandro Reyes

El lunes 25 y martes 26 de noviembre, estrenará con Luis Orlandini y Gonzalo Cuadra obras comisionadas a Eleonora Coloma y a Rolando Cori. Y, el viernes 29, Alejandro Reyes ofrecerá una lectura nueva de la 2a Partita BWV 1004 de Bach, incluyendo corales y bajo continuo, junto a Vanessa Rojas, Javier Weibel y Oriana Silva, ahondando en el desgarrador luto que vivía el compositor. Dos nuevas propuestas artísticas paralelas a su rol en el Municipal de Santiago.

Música

Luciano Saavedra y el rescate de Guillermo Frick: "Nuestra principal motivación fue dar a conocer la faceta como músico de una persona que en algún momento fue un vecino importante de Valdivia"

El estudiante de piano de la Universidad Austral y su colega Alejandra Veloso grabaron diez obras del compositor alemán en el disco Valdivianische Musik. Algunas son para piano solo y otras para piano a cuatro manos. Lo lanzarán el 21 de noviembre en Valdivia y el 29 en Concepción.

Música

Boris Giltburg vuelve a Chile con Liszt, Beethoven y Rachmaninov: "Es un programa muy dramático y con un conocimiento muy grande de las emociones humanas"

"Ellos superaron los límites de lo que se consideraba posible en el piano", indica Boris Giltburg y añade que en las sonatas que interpretará el 26 de noviembre "hay un cuento que la música quiere transmitir al público". El célebre pianista también entrega detales de sus grandes proyectos: la integral de Beethoven y El clave bien temperado.

Música

Luis Toro Araya, nuevo titular de la Sinfónica UdeC: "Es un honor, me da mucha alegría que confíen en mí"

El director chileno destaca la flexibilidad de la orquesta penquista, que lo eligió como su titular a sólo mese de su debut con la agrupación. Luis Toro Araya adelanta que planea hacer ópera y que es primordial darle espacio a los compositores nacionales jóvenes. Este mes está en Chile: el 7 y 8 de noviembre, vuelve a dirigir a la Sinfónica Universidad de La Serena, en los Wesendonck Lieder de Wagner, Beethoven y Schubert. Y después conduce a la Sinfónica UdeC.

Música

Santiago Meza y la Camerata Unab: "El nivel de este año ha sido, para mí, muy satisfactorio. Estoy muy contento"

El director y fundador de esta agrupación que tiene 20 años de existencia, hace un positivo balance de las recientes alianzas que han hecho y los nuevos públicos que están acerándose a una temporada que continúa e 23 de octubre con tres solistas nacionales. "Hemos tenido muchos solistas de muy buen nivel, con el apoyo de varias embajadas", comenta.

Música

Mika Eichenholz: "El repertorio de Bach es como un bálsamo purificador para el alma"

El director sueco debuta el 20 de octubre en el Ciclo Bach Santiago, con dos cantatas y un motete del genio barroco. Además, dirige en tres conciertos a la Orquesta de Cámara de Chile. ""Estoy tan contento por estar de vuelta y reencontrarme con todos mis amigos en Chile, tanto de la Orquesta de Cámara de Chile como de la Universidad Católica. Siempre han sido colaboraciones artísticas muy buenas", dice.