Laura Estévez: "Es importante que desde las primeras infancias hasta los adultos mayores tengan acceso al arte y la cultura"
diciembre 5, 2024
La coordinadora de Fast explica por qué esta feria de artes visuales se convirtió en un festival que cruzará a esa disciplina con la música clásica, la arquitectura, el audiovisual y el diseño, en tres jornadas gratuitas, desde el 6 al 8 de diciembre, y en más de 3.000 m2 de un galpón en barrio Matta Sur.
Con ocho mil asistentes en sus dos ediciones previas, Fast ahora ya no es una feria de artes visuales, sino que se convierte en un festival de artes contemporáneas, extendiéndose a la música, la arquitectura, el diseño y el audiovisual.
Fast 1224 -por diciembre de 2024- se efectuará en un galpón en barrio Matta Sur con 3.000 m2 de área expositiva, y reunirá a más de cien expositores. Abrirá a público desde el viernes 6 hasta el domingo 8 de diciembre, de 12 a 20 horas, con descarga gratuita de entradas en Passline.
Será en Padre Orellana 1734, metro Ñuble, en el mismo espacio abandonado donde ya se han realizado varias jornadas del ciclo Clásica No Convencional. Detrás de este festival está justamente MapaComún, el mismo colectivo que está a cargo de esos originales conciertos.
Radio Beethoven ha conversador al respecto con la coordinadora general de Fast 1224, la ceramista Laura Estévez Aguirre).
Antes, Fast esa la sigla de Feria de Arte Subterráneo Temporal. ¿Qué distingue a Fast 1224 de otras ferias y de otros festivales de arte que existen en Chile?
«La distingue que no es una feria de arte. Si bien la sigla partió con el juego de palabras de Feria de Arte Subterráneo Temporal, hoy en día nos hemos alejado del concepto de feria de arte para pasar más a la idea de festival, encuentro, celebración. Entonces, dentro de esta sigla la única palabra y la única letra que se mantienen fijas como concepto son arte y la a. Ahora es más que nada un encuentro cultural de distintas disciplinas, donde el foco principal no está en el concepto de feria, entendiéndolo como esta idea de venta como tal. Lo que distingue a Fast de otros eventos en Chile que se se están realizando en relación al arte es justamente la idea de cruzar diferentes disciplinas culturales, no sólo las artes visuales, porque en esta versión tenemos diferentes secciones curatoriales. Aparte de las de artes visuales está la sección de música clásica contemporánea a cargo de Francisco Martínez; está la de música experimental a cargo de Osvaldo Sotomayor, y están las secciones de arquitectura, audiovisual, diseño, oficios. Ése es el punto diferenciador de Fast respecto de otros encuentros».
Ésta será la tercera edición; ya han hecho dos, en enero de 2023 y en enero de 2024, con una buena convocatoria, pues sumaron ocho mil asistentes. Dado que el foco se ha ido ampliando al transformarse en un encuentro o festival, ¿cómo ha cambiado la convocatoria, es decir, el llamado que hacen ustedes a participar y la respuesta que han tenido de las comunidades artísticas nacionales?
«En esta tercera edición de Fast, la convocatoria abierta para artistas y personas interesadas en participar se hizo para estas distintas secciones curatoriales. La verdad es que fue un éxito, recibimos casi 200 postulaciones, lo cual nos dio mucha felicidad. Cada curador eligió entre cinco y 20 proyectos cada sección. En la sección de artes visuales son más artistas los que están participando y son cinco músicos para esta edición por cada una de las dos secciones musicales, en audiovisual también son cinco artistas los que fueron elegidos, de los cuales dos fueron por convocatoria abierta. En artes visuales, la sección de Leonardo Portus en particular está casi en su totalidad hecha por convocatoria abierta, o sea, la invitación directa que Leonardo hizo a artistas fue mínima y casi todos fueron los que llegaron postulando en esta convocatoria. Obviamente se amplió mucho más porque las dos versiones anteriores fueron convocatorias abiertas sólo para artes visuales y ahora ya se abrieron a todas estas secciones curatoriales».
La dirección artística de todo el proyecto es de Gianfranco Foschino, y las tres secciones de artes visuales tienen distintos curadores: Leonardo Portus, Carolina Martínez y Diego Parra, en cuyo caso es exclusivamente de estudiantes de artes visuales.
¿Cómo podemos dimensionar lo que representan juntas estas tres secciones de artes visuales? Debe ser una cantidad significativa de obras o de expositores.
«Sí, son casi 80 artistas visuales que van a estar exponiendo dentro de estas tres secciones de artes visuales. En las otras secciones son menos, en el caso de las dos secciones de música son cinco proyectos por cada uno, en el caso de audiovisual son cuatro proyectos audiovisuales que van a estar siendo proyectados en un domo, y en el caso de arquitectura ahí son casi 20 artistas que van a estar exponiendo en la sección a cargo de Anton Knyphausen, quien es el director de la galería Barco».
Hablemos sobre cómo ha sido la respuesta del público cuando el foco estaba solamente en las artes visuales, y sobre cómo piensan crecer como experiencia, hacia otros públicos también y hacia una permanencia tal vez más extendida en el tiempo en Fast.
«El público, en las dos ediciones anteriores de Fast, fueron ocho mil asistentes entre las dos versiones, lo cual es un éxito y siempre nos dio mucha felicidad. Es un público súper amplio, hay muchos jóvenes, también personas adultas, adultos mayores, niños, familias. El foco que tenemos como organización es tratar de convocar a la mayor cantidad de personas a Fast, que no sea para un público tan específico, sino todo lo contrario. Creemos firmemente que el arte y la cultura son bases en la sociedad y que es demasiado importante que desde las primeras infancias hasta los adultos mayores tengan acceso a ellos. Ahora, en esta nueva versión de Fast que ya no está enfocada sólo en las artes visuales, sino que estamos incluyendo a todas estas otras disciplinas, la idea es que las personas que puedan asistir al encuentro durante los días 6, 7 y 8 de diciembre puedan estar horas en Fast. O sea, no es sólo recorrer la muestra de artes visuales, que ya en sí misma es bastante grande pues son casi 80 artistas visuales que van a estar exponiendo, sino que además también estén en la sección de arquitectura entendiendo cómo el arte y la arquitectura se cruzan y cómo puede haber ahí un montón de discusiones, de reflexiones respecto de cómo vivimos la ciudad, cómo entendemos los espacios arquitectónicos urbanos. De la misma forma, con la música. Por supuesto va a haber una programación con horarios porque son presentaciones en vivo. Entonces, alguien que vaya a Fast el sábado 7 de diciembre puede llegar al mediodía con toda su familia, porque los niños van a tener actividades para realizar ahí durante el encuentro, van a poder presenciar un concierto de música clásica contemporánea, después van a poder almorzar, comer algo en el lugar, luego recorrer las muestras de artes visuales y después ser parte de la experiencia audiovisual en el domo. Estamos apostando también a entregar un contenido durante estos días en que le permita al público asistente estar todo el día incluso en Fast».
Entiendo que hay un concepto, que es Palimpsesto, para esta edición, ¿no?
«Exacto. Ése es el concepto curatorial. Fast funciona con este concepto al que vemos como un paraguas muy general; también damos libertad a cada curador de desarrollar conceptos curatoriales un poco más específicos en sus secciones. Palimpsesto es el concepto general de esta versión de Fast; en el fondo nos basamos también en el lugar específico donde va a ocurrir este encuentro, que es un galpón ubicado en el Barrio Matta, que está en desuso, está ya en sus últimos días como galpón. Va a ser demolido porque las inmobiliarias les compraron el terreno y se va a levantar ahí una torre habitacional. Entonces nos interesaba este concepto de palimpsesto entendiéndolo como todas estas capas que no sólo están en la escritura, sino también en la ciudad. Se puede ver en la arquitectura cómo los barrios también van recogiendo estas capas y estos rastros que igual se dejan ver, más allá de que llegue la inmobiliaria y ponga la torre gigante en el lugar, siempre van quedando ciertos vestigios de lo que fue, de lo que hubo y de lo que ocurrió en ese espacio. Entonces ésa es un poco la idea del concepto curatorial de esta versión de Fast».
¿Qué les diría a los auditores de Radio Beethoven como invitación para que asistan a Fast 1224?
«Queremos invitarlos a disfrutar junto a nosotros de Fast, un encuentro único que se realizará en un galpón próximo a ser demolido en el barrio Matta Sur. En esta versión, bajo la temática de Palimpsesto, podrán disfrutar de exposiciones de artes visuales con más de cien artistas invitados, incluidos galerías y talleres, además de exposiciones de diseño, arquitectura, oficios, moda y, por supuesto, conciertos en vivo de música experimental y música clásica contemporánea. Fast es un festival abierto a todo público, familias y mascotas incluidas, así que esperamos verlos para disfrutar esta experiencia en torno al arte y la cultura».
Antes de que este evento abra a público, se programaron dos actividades para reunir a artistas y coleccionistas, en la etapa de montaje. El miércoles 4, la performance Hambre de crear, con los músicos Mika Martini y Sebastián Herrera, y el jueves 5, un encuentro con todos los expositores.
Secciones | curadores y expositores
Artes visuales: Leonardo Portus | Diego Parra | Carolina Martínez
Música docta contemporánea: Francisco Martínez | Iván-Manuel Tapia Bruno – Ramiro Molina
Entre otras, participarán las galerías Instituto Telearte, NAC, Metropolitana, Hifas, Local, Espacio 218 y Animita, y los talleres Dardo, Meteoro, Angamos, Casona Lagos Lira y León.
Se suma una selección de vinilos a cargo de Needle, libros con Inquieta Librería, café de especialidad de Unclub, hamburguesas de PapaBel, una instalación floral de Monarca Flores y la iluminación de Lux Dynamics.
Laura Estévez Aguirre (1985) es artista visual, ceramista y co-fundadora de la plataforma interdisciplinaria Grieta y Diógenes Cerámicas, y también de los espacios de discusión y cruce disciplinar Estrategias Oblicuas, Coloquio de Perros y Grieta Mag. Directora artística del sello y editorial Grieta Label, forma parte del Colectivo Tres Tristes Tigres.
Sé que usted ha trabajado en proyectos tan interesantes como el Colectivo Tres Tristes Tigres y los Coloquios de Perros. ¿Qué la convoca a trabajar en proyectos colectivos e integradores, que involucran a varias disciplinas, siendo una artista?
«Lo que me convoca y me mueve para participar en este tipo de proyectos es básicamente tratar de aportar con un granito de arena a la sociedad. Creo firmemente que el arte y la cultura son bases en la educación de una sociedad, y hoy en día están muy debilitadas. Entonces, en la medida en que pueda aportar con algo, por muy pequeñito que sea, para que niños y niñas, desde la primera infancia, puedan tener acceso a este tipo de encuentros, pensamientos y reflexiones en torno a la sociedad desde el arte y desde la cultura, ése es para mí el catalizador. Eso es lo que te mueve, finalmente, a buscar esos espacios. Por otro lado, también está el llevar el arte y la cultura a lugares donde no están. Estos son campos y disciplinas que están por completo destinadas a una parte muy específica de al sociedad, de manera que también se trata de democratizar un poco el arte; entenderlo como algo que es un derecho de todas y de todos y como algo que sólo nos hace crecer, nos permite encontrarnos desde otros lugares como ciudadanos, como seres humanos. Eso es finalmente lo que me motiva: tratar de generar esos espacios y que acceda la mayor cantidad posible de personas, sin discriminación social ni económica ni de género, para que todas y todos podamos disfrutar, entendernos y compartirnos a nosotros mismos a través del arte».
Coloquio de perros me impresionó muchísimo. Encuentro que fue un proyecto tremendamente impactante; fue multitudinario y al mismo tiempo muy interesante como experiencia. Asistí a varias ediciones, afuera del Museo de Arte Contemporáneo, en Parque Forestal, justo después del estallido y siempre hubo miles de personas, bajo el sol, escuchando el debate de los expositores. Había mucha gente dispuesta a participar en un momento tan particular de nuestra historia reciente. ¿Fue la forma que ustedes hallaron para hacer que la gente se reencontrara en un momento complejo? ¿Que hayan sacado adelante Coloquio de Perros tuvo mucho que ver con el momento?
«Los Coloquios de perros nacieron estando Fernando Guzzoni, Sebastián Herrera y yo en la mitad de una marcha, al inicio del estallido social. Yo tengo 39 años, por ende, había escuchado todo el tema de la dictadura desde mis papás y nunca pensé que ver militares en la calle era algo que me iba a tocar vivir. No entendíamos nada, y pensamos que estábamos con los carteles y luchando por un montón de derechos sociales, algo en lo que sigo creyendo y por lo cual sido luchando, pero nos preguntamos ‘¿dónde está el diálogo?’. Porque se entiende que hay momentos cuando la olla a presión no aguanta más y explota, pero nos hacía falta el diálogo un momento en el cual sentarse y enfrentarse con el que piensa diferente, y saber que está todo bien con quienes piensan distinto. Esa efervescencia de los primeros días del estallido nos llevó finalmente a buscar un espacio de reflexión y, sobre todo, de diálogo, que era lo que sentíamos que no estábamos encontrando y que nos hacía mucha falta a los tres. Como estaba todo cerrado, no había espacios disponibles, y nos pareció que la calle era el lugar perfecto porque queríamos hacer algo abierto, que literalmente que no hubiese una entrada».
Ninguna barrera.
«Claro. No me refiero a una entrada pagada, sino a que no hubiera que pasar por una puerta ni un portal. Al ser en la calle, estaba de verdad abierto, y no había ningún tipo de jerarquía tampoco, ni siquiera un escenario: la mesa estaba a nivel de la calle. A todas las personas que invitamos a dialogar y reflexionar sobre lo que estaba pasando les dijimos que había un micrófono para ellos, pero que siempre había un micrófono para el público y que todos teníamos derecho a hablar. Entonces, Coloquio de Perros fue eso, fue la búsqueda de diálogo y de tratar de encontrarnos a través de la escucha, básicamente».
Imagino que casi todas las personas a quienes ustedes invitaron les dijeron que sí, ¿no?
«Sí. Literalmente todas las personas que invitamos nos dijeron que sí. En su momento los coloquios eran presenciales, por ende, hubo personas que no podían viajar a Santiago en ese momento. Pero nunca alguna de las personas que invitamos nos dijo que no querían participar. Todos dijeron ‘obvio, sí’. Fueron muy generosos. Creo también que fue un espacio que las personas que estuvieron ahí hablando en las mesas lo agradecieron mucho, para ellos fue también muy lindo tener ese espacio de encuentro».
Recuerdo que fuero varios, y con todo tipo de expositores.
«Sí. Los hicimos en octubre, noviembre y diciembre de 2019. En enero paramos un rato porque todo eso lo financiábamos desde nuestros bolsillos de artistas, que no digamos que son los bolsillos más amplios (ríe). Después llegó la pandemia y ahí estuvimos un rato haciendo los coloquios de manera online, pero los proyectos tienen sus tiempos. Nos pareció que Coloquio de Perros había cumplido su etapa, su función, había aportado lo que tenía que aportar y es un proyecto que guardamos los tres muy profundo en nuestros corazones, con mucho cariño, pero que fue lo que fue. Espero que no se necesite nuevamente, pero creo que es un proyecto que va a renacer en el caso de que volvamos a tener algún momento de necesidad extrema como fue en octubre de 2019».
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