Ismael Correa, Tabita Martínez y Rodrigo del Pozo: hablan los cantantes que abordarán obra clave de Monteverdi
septiembre 6, 2024
Como sumamente expresiva, dramática y sencillamente genial califican la escena Il Combattimento de Tancredi e Clorinda, que abordarán con un ensamble de profesores del Instituto de Música UC, estudiantes e invitados. Será el 10 de septiembre, en la 60a Temporada de Cámara UC.
Figura central en el paso del Renacimiento al Barroco, la mayor parte de la vasta producción artística de Claudio Monteverdi (1567-1643)se perdió en el tiempo. Sin embargo, las obras que sobrevivieron hasta nuestros días ocupan un lugar central en el repertorio universal.
Este compositor cremonés tuvo un rol fundamental en el nacimiento de la ópera y fue además un innovador que supo combinar las tradiciones homofónicas y contrapuntísticas. Él mismo denominó su propio trabajo como seconda prattica, para diferenciarlo del stile moderno previo.
Con él irrumpe el drama en la música. Con él aparecen las figuras retóricas que, más adelante, cimentarán la teoría de los afectos. Busca recuperar el espíritu de la tragedia griega y para ello había que resucitar la práctica de recitar cantando
Hasta el siglo XX, cuando hubo un renovado interés en su música, de Claudio Monteverdi sobrevivieron nueve libros de madrigales y gran parte de su producción era sacra. Este virtuoso violagambista y director coral era, además, sacerdote.
La 60a Temporada de Cámara UC programó una obra de Monteverdi que es prácticamente una ópera: Il Combatimento di Tancredi e Clorinda. La escena es parte del Libro VIII de madrigales, titulado Madrigali Guerrieri et Amorosi. Se trata de una pieza clave y especialmente innovadora.
El programa incluirá, además, otras cinco piezas el compositor cremonés, algunas de ellas religiosas, y dos sonatas en stile moderno de su contemporáneo Dario Castello, maestro de capilla de San Marcos de Venecia cuyas obras tuvieron gran éxito en su época; se seguían publicando varias décadas después de su muerte.
Será un solo concierto, a las 19:30 horas del martes 10 de septiembre en el Auditorio del Centro de Extensión Oriente (Jaime Guzmán 3.300), con inscripción gratuita.
«Monteverdi fue un compositor extraordinario que tomó elementos que se habían desarrollado en la época y los llevó a un nivel superior» – Rodrigo del Pozo
«Es un programa maravilloso, con música de Monteverdi y Castello, instrumental lo de Castello, y en el caso de Monteverdi son algunas obras religiosas de Selva Morale e Spirituale y la obra principal es el Combattimento di Tancredi e Clorinda, una obra maravillosa en la cual se enfrenta Tancredi con Clorinda y el narrador va relatando todos los acontecimientos de esta lucha», adelanta Rodrigo del Pozo, profesor del Instituto de Música UC que diseñó el programa.
Este tenor tiene una extensa y connotada trayectoria, a nivel internacional, en la música antigua y el Barroco. Su tesitura exacta es de haute–contre o tenor altino. Hace 32 años debutó en la ópera L’Orfeo de Monteverdi en Oslo y al año siguiente repitió el rol en el Festival de Música Antigua de Boston. Ha colaborado con agrupaciones como Concerto Palatino, Gabrieli Consort, Orchestra of the Age of Enlightenment y The King’s Consort y con directores como Christophe Coin, Trevor Pinnock y René Jacobs. En agosto del 2024, fue convocado por Eric Milnes y L’Harmonie des saisons, para Las Vísperas de la Beata Virgen de Monteverdi.
Junto con Rodrigo del Pozo actuarán su alumno Ismael Correa, premiado barítono, y la soprano Tabita Martínez como invitada. El elenco se completa con un ensamble instrumental integrado por el profesor Gonzalo Beltrán y su alumno Alejandro Domínguez en violines, los académicos UC Carlos Arenas en contrabajo, Verónica Sierralta en órgano y clavecín y Eduardo Figueroa en tiorba, además del el exestudiante Sebastián Mercado en violonchelo y Pablo Salinas en viola.
«Il Combattimento es una pieza semi-operística, muy expresiva; un madrigal dramático con contrastes expresivos que reflejan el estado emocional del momento» – Rodrigo del Pozo
¿Cuál es la primera motivación para diseñar y proponer este programa: tiene que ver con Monteverdi mismo, el autor, o con esta obra en particular, Il Combattimento di Tancredi e Clorinda?
«Primero tiene que ver con el autor, porque Monteverdi fue un compositor extraordinario que tomó elementos que se habían desarrollado en la época y los llevó a un nivel superior. Eso fue justamente el comienzo de la ópera, en el Barroco temprano, cuando todo este movimiento estaba surgiendo. Ya que teníamos a un barítono como Ismael Correa, que es la voz ideal para el relator, Testo, en el Combattimento, diseñé el programa pensando en él», y por eso fue».
Il Combattimento di Tancredi e Clorinda tiene muchas particularidades. Primero, este libro de madrigales tiene tantas piezas que son tan diversas, algunas muy pequeñitas y ésta, en cambio, que es una obra en sí misma, que es prácticamente una ópera, sin representación, pero sí con muchísimas indicaciones del propio Monteverdi, y no sólo musicales, sino también sobre el despliegue escénico. Además, en lo musical, tiene mucho contraste y el uso de una gran cantidad de recursos que describen algo que está sucediendo en la acción, como la pelea de las espadas y los caballos. ¿Qué nos puede decir de esta obra y de cuán singular es?
«Esta obra que es de 1624, aparece en una colección que es el último libro de madrigales, el Libro VIII, y es una obra muy especial que se relata como un madrigal dramático. Es una pieza semi-operística, hay que pensar que ya en el año 1607 Monteverdi había escrito El Orfeo, que fue su primera ópera, entonces, sí, él se manejaba mucho en el asunto del drama, y ésta, como bien tú dices, es una obra muy expresiva. Es un madrigal dramático que mezcla una estructura de madrigal con elementos narrativos y dramáticos, y así crea una situación teatral. También usa el recitativo, que es el gran recurso que justamente se creó en esa época, por el cual transcurre el drama. Y todo eso mezclado con contrastes expresivos para poder reflejar el estado emocional del momento, como dices tú, la guerra, el combate que se produce entre estos dos personajes, Tancredi y Clorinda, que no se reconocen, y que termina muy trágicamente. Todo esto hace que sea una obra muy especial, muy expresiva y yo creo que muy mágica también».
«La gran novedad de Monteverdi en su colección de Madrigales Guerreros y Amorosos, es que utiliza el concepto de guerra en los madrigales, y eso produce un contraste con la parte amorosa» – Rodrigo del Pozo
Tiene muchísimos recursos de lo que será la ópera. ¿Cree que es eso destacable?
«Si, de todas maneras. La textura que utiliza Monteverdi es muy rica y variada. Combina las voces con acompañamiento instrumental, cosa que es bastante adelantada para la época, y define específicamente cuáles instrumentos quiere. Es lo que ocurre también con El Orfeo de Monteverdi, donde él también especifica claramente cuáles son los instrumentos».
Además de las innovaciones netamente musicales y sonoras que hace el compositor en Il Combattimento, abre un camino también temático, que tendrá grandes repercusiones en la propia música que se escriba después de él. Lo explica Rodrigo del Pozo.
«La gran novedad de Monteverdi en su colección de Madrigales Guerreros y Amorosos, es que utiliza el concepto de guerra en los madrigales, y eso produce un contraste con la parte amorosa, pues generalmente los textos siempre se refieren al amor o al desamor: Entonces él emplea estos dos elementos con formas contrastantes, y desarrolla bastante fuerte el estilo concitato, o sea, de un grupo adverso al otro grupo, el que tiende a ser muy expresivo», dice.
Expresa, con herramientas de la música y con el propio material de la música, el conflicto. Y eso es lo novedoso.
«Sí, claro. Él se propone mostrar, en estos madrigales, el estilo agitato, guerrero, que es el que está presente justamente en el Combattimento. Y el Combattimento, como sabemos, relata un trozo de La Gerusalemme liberata de Torcuato Tasso. Utiliza un extracto de ahí para relatar estos dos personajes que eran amantes, pero no se reconocen en la pelea».
Se trata de un cristiano y una musulmana, en un momento en que ambas religiones desencadenaron una cruenta y extensa guerra..
Hablemos de los cantantes con los cuales actuará este martes. ¿Podría profundizar en por qué Ismael Correa es la persona justa para hacer este personaje de narrador? Y en el caso de la soprano Tabita Martínez, ¿ha trabajado antes con ella?
«A Tabita yo la he escuchado en la ópera, nunca había trabajado con ella, y creo que es un repertorio que ella habitualmente no ha hecho, pero le pareció interesante y es una buena cantante, por eso la llamé. A Ismael lo conozco mucho, porque es mi alumno, y ya está terminando sus estudios. ¿Por qué es la voz adecuada? Porque el relator, que en la partitura se llama Testo, es un tenor grave o central, o un barítono con agudos, un barítono lírico, que es la voz de Ismael. Ése es un rol que tiempo atrás lo canté en Brasil, pero, si bien lo puedo hacer, encuentro que es más interesante en una voz de barítono».
Además de esta escena del Libro VIII Madrigales Guerrieri et Amorosi, el programa incluye otras cuatro piezas de Monteverdi. Lo detalla el profesor Rodrigo del Pozo.
«Vamos a interpretar tres piezas vocales más, que son el Salmo 138 Confitebor tibi, que es para soprano, tenor y dos violines; luego hacemos un himno de la liturgia católica que se llama Deus tuorum militum, que es para soprano, tenor, bajo dos violines y continuo, y hacemos otro Confitebor tibi Domine, que es en otra disposición: soprano, tenor y bajo. Y esa primera parte terminamos con una obra que es para tenor, violín y continuo, que es de otra colección de Monteverdi, de los Scherzi Musicali de 1632″, señala.
Deus tuorum militum y Confitebor tibi Domine son madrigales del Libro Selva Morale e Spirituale, que es una colección sacra, y el Salmo 138 Confitebor tibi es de la colección Misa a cuatro voces y Salmos.
Entonces hay un contraste, pero al mismo tiempo un hermanamiento, porque me imagino que hay muchas cosas en común, pero también hay muchas cosas distintas cuando existe un tratamiento religioso o no.
«Claro, el lenguaje es diferente al del Combattimento, sin duda. Al ser obras sacras, son muy diferentes en cuanto a los recursos que utiliza, por el drama que tiene el Combattimento«.
El orgánico, los instrumentistas que actuarán en este concierto, ¿será similar al de la época de Monteverdi?
«Claro, se usará el mismo tipo de instrumentos. Probablemente Monteverdi pudo haber utilizado arpa, pero no tenemos arpa barroca en Chile. Sin embargo, en la época de Monteverdi si uno tenía que hacer un continuo y tenía un continuo de diferentes instrumentos era mucho más rico, en colores pues tenía más posibilidades. Pero tiorba, clave y órgano es un buen grupo».
«Cantar a Monteverdi es un desafío, sobre todo, estilístico. Por ejemplo, hay que sacar el vibrato, porque son armonías muy delicadas y tiene que estar todo preciso» – Tabita Martínez
Además de haber participado en dos de los conciertos con los cuales el recordado profesor Víctor Alarcón dio inicio a su proyecto Bach Santiago, en 2018, ese mismo año la soprano Tabita Martínez (1989) fue una los solistas que abordaron la Novena Sinfonía de Beethoven en el Concierto de Aniversario UC que celebró los 130 años de la institución.
Más recientemente, integró el octeto vocal que actuó en el concierto Bach Santiago 24, con la dirección de Alejandro Reyes van Eweyck, en enero de 2022.
«Es primera vez que tengo la oportunidad de cantar junto al maestro Rodrigo del Pozo, y él es una de las personas que más hace música antigua en Chile, una persona que sabe mucho», reconoce Tabita Martínez. También será su primera vez con Monteverdi.
«Todo el repertorio de este concierto implica un estudio nuevo para mí porque yo no había cantado nunca Monteverdi. Estilísticamente, es muy distinto de lo que yo suelo hacer», señala.
¿Cómo ha sido su estudio para este programa? ¿Qué es lo que le ha gustado más del desafío que representa cantar Monteverdi?
«Es un desafío, sobre todo, estilístico. Por ejemplo, hay que sacar el vibrato, porque son armonías muy delicadas y tiene que estar todo preciso. Y hay cosas a las que una está acostumbrada en la escritura clásico romántica, pero aquí, en cambio, hay cosas que si no te las dicen no las comprendes, como el pulso, el tactus que hay que llevar. Eso ha sido súper interesante. A mí me encanta la música antigua, me siento muy cómoda con esta música. No es algo vocalmente complejo y no siento que esté haciendo algo distinto, pero estilísticamente hay que ser mucho más cuidadoso con la música y saber ensamblar, porque no vamos a tener director. Entonces, es un trabajo también de cámara muy importante».
Tabita Martínez obtuvo el segundo lugar en el concurso Mujeres en la Música 2019, y el año anterior conquistó el primer premio en el concurso Laguna Mágica, en San Pedro de la Paz, fue finalista en el Concurso Trujillo de Perú y obtuvo el segundo lugar en el concurso Josep Palet en España.
Con estudios en la UMCE, la Universidad de Chile y el Conservatori Liceu de Barcelona y en el Opera Studio Belcanto Academy de Trento, ha cantado Elvira en Italiana en Argel (Rossini), Zerlina en Don Giovanni (Mozart), la Primera Dama en La Flauta Mágica (Mozart), Frasquita en Carmen (Bizet) y Gilda en Rigoletto (Verdi).
También ha abordado música chilena actual, las dos veces con la Orquesta Usach y Nicolas Rauss. En plena pandemia, interpretó el aria Papillon inconstant de la ópera Las Indias galantes (Rameau), pero en una versión intervenida con herramientas y lenguajes contemporáneos de Jorge Pepi-Alos (ver), y a fines de 2022, fue una de las solistas en el estreno del oratorio de René Silva La Rebelión del Nazareno, junto con el Coro Usach.
«Ojalá este concierto sea un primer paso para poder, más adelante, seguir cantando música antigua. Me encantaría seguir explorándola porque me siento muy cómoda vocalmente» – Tabita Martínez
Tabita Martínez ya ha incursionado en el Barroco: en abril pasado, fue una de las solistas en la Pasión según San Mateo de Bach que dirigió Pedro-Pablo Prudencio en el Teatro Municipal. La crítica destacó sus «cotas expresivas» (ver).
¿Qué significa para usted participar en este concierto, considerando que implica abordar a Monteverdi, que es algo distinto de lo que le ha tocado hacer hasta ahora, que se da en el marco de la sexagésima edición aniversario de la Temporada de Cámara UC y que va a actuar con Rodrigo del Pozo y con Ismael Correa? ¿Qué representa para usted este debut?
«Ojalá sea un primer paso para poder, más adelante, seguir cantando música antigua. Me encantaría seguir explorándola porque me siento muy cómoda vocalmente. Siento que tengo que empaparme aun mucho más, como uno lo hace con toda la música que estudia, pero ojalá pueda seguir indagando. Me encantaría que significara eso: un puntapié para seguir haciendo este mismo tipo de música, Monteverdi o ya Barroco».
El profesor del Pozo comentó que a usted la había escuchado en ópera. Hasta ahora, ¿Cómo ha sido ese camino, esa experiencia?
«Cantar en ópera es lo que más me gusta. Lo que estoy estudiando, y en lo que quizás me gustaría especializarme, es el repertorio belcantista. Siento que es súper compatible con un montón de otra música, por el tipo de voz que tengo. No soy una voz verdiana, por lo tanto puedo cantar Monteverdi, como también canté la Pasión según san Mateo en el Municipal, o Carmina. El repertorio belcantista tiene muchas sutilezas, muchas cosas que trabajar, para mí es pura relojería fina y es lo que más me gusta hacer aparte del teatro».
En noviembre de 2022, cuando aún tenía 20 años de edad, en un mismo mes debutó en el Teatro Municipal de Santiago en el rol de guardia /jugador en Manon (Massenet) y obtuvo el primer premio del 2º Concurso de Canto Lírico para Jóvenes Artistas del Chile Opera Festival.
Desde entonces, el barítono Ismael Correa Ulriksen (2000) se ha presentado en formato de dúo y piano con su profesor de correpetición en Música UC David Inzunza en diversos escenarios. Debutó en el Teatro Municipal de Santiago como el Sargento Morales en Carmen (Bizet), en julio de 2023, y retornó al Municipal hace menos de un mes, como Sciarrone en Tosca (Puccini), en agosto pasado. Además, acaba de cantar arias en el ciclo «Ópera para todos» de Teatro Zoco.
«He tenido la suerte de estar ya empezando lo que quizás se podría llamar una incipiente carrera, yo no sé si lo llamaría así. Pero este año he tenido la suerte de cantar en diversas temporadas del país, por ejemplo, en el Teatro Municipal de Santiago hice el rol de Sciarrone y estuve también en el Teatro Zoco. En marzo, para Semana Santa, actué con la Orquesta de Cámara de Valdivia, y después viajé con la Orquesta Sinfónica de Copiapó a hacer un Réquiem de Duruflé, y he tenido la oportunidad en Santiago también de tener otras presentaciones», detalla Ismael Correa.
«La verdad es que todo esto es un aporte inmenso a la formación universitaria. Me ha permitido poner en la práctica todo lo que se enseña y sólo puedo decir que estoy muy agradecido de todas estas oportunidades que se dan y siempre trato de hacerlo lo mejor posible, de prepararme lo mejor posible, con los profesores de la universidad, pidiendo consejos. Hasta ahora, espero y creo que vamos bien», agrega.
«Estar en escena junto a tu profesor guía es lo máximo a lo que uno podría llegar en términos formativos, ya que se da la práctica perfecta que uno podría desear como alumno de música» – Ismael Correa
Asimismo, Ismael Correa ha participado varias veces en la programación artística del Instituto de Música UC, desde que ingresó a la carrera de canto lírico, en 2019.
«La última vez que participé fue en el Encuentro de Música Sacra UC del año pasado, junto con el profesor Rodrigo del Pozo, Camilo Brandi, Luciano Taullis y Gonzalo Beltrán y un alumno suyo, Rodrigo Aros. Tuvimos la oportunidad de interpretar Barroco alemán. Estar en la programación del Instituto de Música UC siempre es un honor, probablemente sea la temporada de música de cámara más importante de todo Chile, es una de las más longevas y ha mantenido su programación constante, incluso durante la pandemia, durante los peores momentos culturales, por decirlo así, de los últimos tiempos. Es un honor ser parte de esto», comenta el barítono.
¿Qué representa para usted compartir escenario con su profesor, Rodrigo del Pozo?
«Estar en escena junto a un profesor y, más aun, junto a tu profesor guía, creo que es lo máximo a lo que uno podría llegar en términos formativos ya que se da la práctica perfecta que uno podría desear como alumno de música. En ese sentido lo encuentro fabuloso, es una experiencia única porque poder vivir de verdad, con todos los elementos que contiene el hacer un concierto, o sea, las cosas musicales, la preparación, los nervios del momento y, el ambiente que se genera. Vivirlo con tu profesor es increíble porque puedes ver, de verdad, todo lo que te hablan en el aula. Además, cuando canto con Rodrigo siempre hay un ambiente muy pacífico, de mucha calma y de mucha seguridad. Es un honor cantar con el profesor Del Pozo en su ámbito donde es especialista. Siempre significa siempre un baño de cultura y un aprendizaje por todos lados».
¿Qué le gustaría destacar de las exigencias del rol que interpretará en Il Combattimento de Tancredi e Clorinda? ¿Cómo expresa Monteverdi, a través de la música, la energía, el sentido y el carácter del texto?
«Me toca interpretar el rol de Testo, que es el narrador de toda esta historia de Torcuato Tasso, de la obra La Gerusalemme liberata, que narra las primeras cruzadas. Tancredi no sabe que Clorinda es mujer y finalmente pelean y la mata, pero antes le saca el casco y se da cuenta de que era Clorinda. Además, ellos estaban enamorados, por eso es guerrera y amorosa. Testo es quien narra y va ligando todo. Monteverdi es genial lo que hace porque en esta obra se atreve a usar nuevos recursos musicales que tratan de imitar caracteres. Monteverdi usa, por ejemplo, la semi corchea que en ese momento no se llamaba así, pero que hoy día lo traduciríamos a eso, o las fusas incluso, para demostrar pasajes bélicos: son momentos en los que hay un movimiento musical enorme, todos los instrumentos juntos al mismo tiempo haciendo notas muy cortas, repetidas, muy rápidas, como para generar esta tensión. Además, usa técnicas específicas en el arco de los violines. Y para los pasajes amorosos hace mucho uso de disonancias. Aquí el texto y la música están extremadamente unidos, pero lo importante es que la música está al servicio del texto, todo está pensado para que el texto se entienda perfectamente: quiero decir, que se entienda en el sentido literal, que se entienda cada palabra, como que se entienda también el sentimiento específico que lleva cada palabra. Es decir, está todo perfectamente preparado para que uno, al escuchar lo que se está diciendo, entienda el carácter a través de la música. En ese sentido, creo que el Combattimento es una genialidad».
«En lo que me ha tocado cantar de Monteverdi, siempre he podido notar que la música está claramente al servicio de la palabra. Él es quien mejor logró poner la música al servicio de la palabra y del sentimiento» – Ismael Correa
Respecto de las dos piezas en las cuales actuará del libro Madrigales Guerreros y Amorosos, señala que «podemos ver un gran cambio del carácter en la manera en que están escritos, en cuanto a los sentimientos que se expresan, e incluso en el idioma mismo». Ello, porque algunas son en latín.
«El oyente va a poder escuchar al mismo compositor tratando de interpretar a veces los mismos sentimientos, pero con técnicas musicales diferentes y de maneras distintas porque lo que se está diciendo es diferente o está en otro ámbito», agrega Ismael Correa.
¿Le gustaría comentar alguna característica de la música de Claudio Monteverdi, de cómo escribe para la voz? ¿O de las razones que lo hacen ocupar el lugar que ocupa en la historia de la música?
«La verdad, yo no me atrevería, no tengo la experiencia como cantante que tiene el profesor Rodrigo del Pozo o los demás profesores de la universidad como para poder referirme así, a cabalidad, de cómo Monteverdi escribe para los cantantes. Pero en lo que me ha tocado cantar de Monteverdi, siempre he podido notar que la música está claramente al servicio de la palabra. Monteverdi, en ese sentido, es el que mejor logró poner la música al servicio de la palabra y del sentimiento, entonces cantar Monteverdi siempre es un desafío enorme, porque no sólo hay que cantar. Cantar las notas representa un porcentaje casi mínimo del trabajo; cuando uno canta a Monteverdi hay un trabajo por detrás del texto, de la pronunciación, de la praxis, del estudio, del trabajo, de tantas cosas intrínsecas a lo meramente expresivo del texto sin música. En Monteverdi hay que estudiar los textos por separado, dichos como si fuesen un discurso de sólo texto y después de eso sumarle la música, para poder encontrarle el sentido natural que logró darle, mediante la música y con una genialidad absoluta, Monteverdi. Logró que el transcurso natural hablado del texto se entienda perfectamente acompañado de música, y no sólo eso, sino que él lo exacerba con la música, logrando añadirle esto de los sentimientos. Cantar Monteverdi siempre es genial y también siempre es un desafío enorme. En el Combattimento, por ejemplo, tiene momentos en que prácticamente hay trabalenguas: hay que cantar unos textos en unas velocidades extremadamente rápidas, y después también hay momentos súper largos donde hay que expresar sentimientos, por ejemplo de pena o de dolor, y hay que adornar esos momentos y colocar la voz de cierta manera. Hay que trabajar, como cantante, a favor del texto. Todo lo que nosotros hagamos va a ser a favor de que todo se entienda perfectamente».
Por Romina de la Sotta Donoso | 06-09-2024 | Originalmente publicado en musica.uc.cl.
El estudiante de piano de la Universidad Austral y su colega Alejandra Veloso grabaron diez obras del compositor alemán en el disco Valdivianische Musik. Algunas son para piano solo y otras para piano a cuatro manos. Lo lanzarán el 21 de noviembre en Valdivia y el 29 en Concepción.
"Ellos superaron los límites de lo que se consideraba posible en el piano", indica Boris Giltburg y añade que en las sonatas que interpretará el 26 de noviembre "hay un cuento que la música quiere transmitir al público". El célebre pianista también entrega detales de sus grandes proyectos: la integral de Beethoven y El clave bien temperado.
El director chileno destaca la flexibilidad de la orquesta penquista, que lo eligió como su titular a sólo mese de su debut con la agrupación. Luis Toro Araya adelanta que planea hacer ópera y que es primordial darle espacio a los compositores nacionales jóvenes. Este mes está en Chile: el 7 y 8 de noviembre, vuelve a dirigir a la Sinfónica Universidad de La Serena, en los Wesendonck Lieder de Wagner, Beethoven y Schubert. Y después conduce a la Sinfónica UdeC.
El director y fundador de esta agrupación que tiene 20 años de existencia, hace un positivo balance de las recientes alianzas que han hecho y los nuevos públicos que están acerándose a una temporada que continúa e 23 de octubre con tres solistas nacionales. "Hemos tenido muchos solistas de muy buen nivel, con el apoyo de varias embajadas", comenta.
La obra fundamental del siglo XX será presentada en la 60a Temporada de Cámara UC el 22 y 23 de octubre, celebrando así los 150 años del natalicio de Arnold Schoenberg. El director chileno residente en Suiza, además, dirige a la Sinfónica Nacional Juvenil en la Séptima de Beethoven.
El director sueco debuta el 20 de octubre en el Ciclo Bach Santiago, con dos cantatas y un motete del genio barroco. Además, dirige en tres conciertos a la Orquesta de Cámara de Chile. ""Estoy tan contento por estar de vuelta y reencontrarme con todos mis amigos en Chile, tanto de la Orquesta de Cámara de Chile como de la Universidad Católica. Siempre han sido colaboraciones artísticas muy buenas", dice.
La excepcional intérprete e investigadora que ha sido premiada con el Diapaon dÓr y dirige el Museo San Colombano en Bologna, dará un recital de clavecín el 3 de octubre en la Temporada de la Fundación Guitarra Viva.
Una de las partituras más espirituales del célebre compositor estadounidense será interpretada junto al Ensamble Vocal Taktus que dirige Javiera Lara Salvador. Será el 4 de octubre en la Catedral de Santiago.
El domingo 29 de septiembre, la intérprete chilena dará un recital en Leipzig como cierre de una beca que le permitió tener en casa un clavicordio que perteneció a Herbert Collum. Abordará repertorio iberoamericano, con obras encontradas en Chile.