Lírica Disidente estrena su cuarto montaje operático. El colectivo presentará cuatro funciones de El barbero de Sevilla, de Gioachino Rossini, con un elenco que cuenta con una serie de cantantes que fueron seleccionados a través de una convocatoria abierta y que participaron en talleres de perfeccionamiento.

La dirección escénica es de Ignacio Ramírez, y la musical, de Miguel Ángel Castro. Las dos primeras funciones se realizarán en el Centro de Extensión del Instituto Nacional, Ceina, a las 19 horas del jueves 25 de julio y del sábado 27.

Radio Beethoven conversó al respecto con este regisseur, quien adelanta las claves de esta propuesta que le da una vuelta de tuerca a las famosa ópera bufa. También profundiza en la relevancia de abrir nuevos espacios formativos para los jóvenes talentos de la lírica, una misión de Lírica Disidente que ya ha dado frutos, con tres montajes desde 2018 y más de 9 mil asistentes.

Ignacio Ramírez (1994) estudió canto en la Facultad de Artes de la Universidad de Chile, hasta 2019, y a esa formación suma un curso un perfeccionamiento en dirección escénica en el Instituto Superior de Arte del Teatro Colón, en Buenos Aires.

El barbero de Sevilla, indica, es la «guinda de la torta del 2° Encuentro Nacional de Ópera Independiente, que busca ser un espacio formativo para jóvenes cantantes, quienes ellos han podido recibir una cantidad de clases bastante grande. En mayo, por ejemplo, partimos con taller de recitativos dictado por Gonzalo Cuadra, y seguimos con un taller de teatro físico por el actor César Avendaño, análisis de personaje conmigo y preparación musical con Miguel Ángel Castro».

Ese encuentro tiene como columna vertebral una Escuela de Ópera en la cual participaron los cantantes seleccionados a través de una convocatoria latinoamericana que se realizó a inicios de este año y que fue especialmente exitosa, con más de 40 postulantes de 5 países y de 9 regiones de Chile.

«Como Lírica Disidente implementamos el sistema de escuela porque es algo que falta mucho dentro de nuestra paleta de formación a nivel operático. Es muy similar a una opera studio; es una escuela que busca entregar todas las herramientas necesarias, tanto analíticas como musicales y técnicas, para que los cantantes puedan tener roles, que es un elemento que está bastante al debe en la formación musical operática en Chile. Que los cantantes puedan finalmente tener un rol en sus cuerpos es un puntapié súper importante para sus carreras», explica Ignacio Ramírez. 

Es fundamental, y resulta bien valioso que estos talleres los hagan especialistas tan relevantes como Gonzalo Cuadra o usted mismo, que ya ha dirigido varias producciones. ¿Estamos hablando de cantantes que en general han terminado sus estudios hace poco y están en el inicio de su carrera profesional o entre quienes fueron seleccionados algunos son estudiantes todavía?

«Es bastante variado, tanto el nivel como las distintas capacidades y cualidades de cada uno y cada una de los cantantes. Tenemos de todo, desde cantantes que se han titulado hace tiempo hasta cantantes que están recién empezando, y eso yo creo que tiene que ver con la importancia de la oportunidad finalmente de poder presentar una ópera de tal complejidad como El barbero de Sevilla. Si bien es cierto los cantantes tienen esta formación en instituciones o en sus clases particulares, es muy difícil poder llegar finalmente a presentar un rol completo con orquesta por ejemplo, en un teatro con público, con maquillaje, con vestuario, entonces se trata de entregar todos los elementos que la ópera requiere para que ellos puedan finalmente desempeñarse de la mejor forma posible haciendo sus roles».

En El barbero de Sevilla de Lírica Disidente, Pablo Valencia interpretará a Figaro; María José Uribarri a Rosina y Waldo Pozo al Conde de Almaviva. Se suman Diego Álvarez como Bartolo, Kevin Mansilla como Basilio y Francisca Jünemann: como Berta. A la dirección escénica de Ignacio Ramírez se suma la musical de Miguel Ángel Castro. El diseño escénico es de Valentina Maldonado y la iluminación de Ricardo Castro.

Será la cuarta producción de Lírica Disidente. La primera fue El hijo pródigo de Claude Debussy, en el Centro Experimental Perrera Arte, a fines de 2021. Después fue el turno de Revuelta en la Ópera, con selecciones entrelazadas de Falstaff de Verdi y Così fan tutte de Mozart, con funciones en Talca y Rancagua. Y hace un año presentaron Una Ópera Mágica en Chiloé, Bastián y Bastiana, en Rancagua, Valparaíso y Santiago.

El barbero de Sevilla será la primera producción de cuatro que pondrán en escena en esta temporada. En octubre y noviembre, también en Ceina, se presentará El Viaje de Invierno de Franz Schubert, mientras Dido y Eneas y Una Ópera Mágica en Chiloé las presentarán en Concepción. La Temporada 2024 de Lírica Disidente es financiada por el Fondo Nacional de Fomento y Desarrollo de las Artes Escénicas, Convocatoria 2024 del Ministerio de las Culturas, las Artes y el Patrimonio.

Ahora, Lírica Disidente abordan la sátira de Rossini que se centra en el esfuerzo del Conde de Almaviva por conquistar a la joven Rosina, con la ayuda del ingenioso barbero Fígaro.

Se trata de un retorno al Centro Cultural Ceina, donde el año pasado estrenaron su versión de Bastián y Bastiana de Mozart, ambientando la historia en Chiloé y en castellano, con una traducción realizada por Gonzalo Cuadra. Las funciones del jueves 25 y sábado 27 de julio serán abiertas al público, y la del viernes 26 es para escolares. Todas serán a las 19 horas. Entradas general por $5.000 y por $3.000 para estudiantes, tercera edad y personas con discapacidad, aquí.

En términos de producción escénica, ¿qué es lo que va a distinguir este montaje de El barbero de Sevilla? ¿Cómo ha sido su trabajo en la dirección escénica?

«Es mi primer acercamiento a hacer ópera bufa. La verdad es que para mí es un tremendo privilegio poder acercarme a la ópera bufa porque es un género bastante interesante de abordar, muy entretenido, por lo demás, de trabajar y finalmente de presentar. Lo que hice fue tomar el origen de este Barbero de Sevilla que viene de Beaumarchais, quien en 1775 publica El Barbero de Sevilla. Al principio es un fracaso y después empieza a ser amada por los públicos. Y posteriormente Rossini con su libretista italiano Cesare Sterbini, toma la obra de Beaumarchais y Rossini compone El Barbero de Sevilla, que es la obra que estamos nosotros ahora realizando. Rossini es un tremendo compositor y ocupó todos los elementos de la sátira, de lo bufo, de lo divertido que es todo este relato del Conde Almaviva con Rosina y con el doctor Bartolo. La puesta en escena busca ser bastante disruptiva. Busca presentar, en primer lugar, el proceso de la creación de un producto escénico. El público va a poder ver cómo se va armando de a poco esta puesta en escena. Mi idea es mostrar el resultado no terminado, sino en vías de terminar, para que el público entienda cuán dificultoso es armar una ópera. Entonces el tema del error y del resolver va a estar presente toda la obra. La puesta en escena busca también ser disruptiva en el sentido de que Beaumarchais era una persona muy crítica con las instituciones y esta puesta no queda al margen de eso. También se plasmará la crítica hacia los cantantes y hacia los críticos. Estoy mezclando muchos elementos reales de Beaumarchais y elementos que también Rossini plasma con su pluma en la partitura».

¿Qué les diría a los auditores de Radio Beethoven como invitación para asistir a esta nueva producción de Lírica Disidente?

«El Barbero de Sevilla es una de las obras más importantes para reír a carcajadas. Les garantizo a ciencia cierta que van a reír, y también a criticar y comentar lo que verán. Esta ópera está pensada para eso, para sacarnos un rato de nuestra rutina y para poder reírnos de nosotros mismos y del resto».

Por Romina de la Sotta Donoso | 21-07-2024.