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Música

Encuentro de Música Sacra UC presenta el icónico Cuarteto para el fin de los tiempos, de Messiaen

abril 6, 2025

Después de un muy convocante concierto el año pasado, Oriana Silva, Liza Chung, David Medina y Celso López ofrecerán dos nuevas entregas de esta obra clave del siglo XX, el martes 8 y miércoles 9 de abril. Para ellos, es una de las obras de cámara más importantes del siglo XX y da cuenta de la profunda fe de Olivier Messiaen y de su amor por los pájaros.

Encuentro de Música Sacra UC presenta el icónico Cuarteto para el fin de los tiempos, de Messiaen

Después de que unas 400 personas asistieron a los conciertos monográficos que se dedicaron al compositor estonio Arvo Pärt en su nonagésimo cumpleaños, el 22º Encuentro de Música Sacra se mantiene en sus próximas dos entregas en el Siglo XX, con una obra de cámara capital de esa misma centuria.

El Cuarteto para el fin de los tiempos de Olivier Messiaen (1908-1992), que se estrenó en 1941, retorna a la programación del Instituto de Música UC, y vuelve a cargo de los mismos profesores que la interpretaron hace nueve meses en la 60a Temporada de Cámara UC.

Ellos son Oriana Silva, concertino de la Orquesta Usach, David Medina y Celso López, solistas de clarinete y violonchelo respectivamente, de la Orquesta Sinfónica Nacional de Chile, y Liza Chung, pianista, ofrecerán dos nuevas entregas de esta la obra cumbre del siglo XX.

Este año fue propuesta por el profesor Celso López. «Posiblemente sea la obra más importante del repertorio de música de cámara del Siglo XX», destaca el violonchelista.

«El Cuarteto para el fin de los tiempos fue escrita por el compositor francés Olivier Messiaen mientras era prisionero en un campo de concentración nazi, siendo incluso estrenada en ese mismo lugar, junto a otros prisioneros de guerra. Sin duda, representa una gran experiencia musical y de humanidad», agrega.

Los conciertos serán a las 19:30 horas del martes 8 en el Templo Mayor del Campus Oriente UC (Jaime Guzmán 3.300) y el miércoles 9 de abril en la Parroquia La Anunciación de Providencia (Pedro de Valdivia 1.850). Ambos son con inscripciones gratuitas.

Este programa tuvo una sola función el año pasado, en julio, y estuvieron ocupadas en toda su capacidad las 240 butacas del Auditorio del Centro de Extensión Oriente. Cerró con una ovación extendida y los músicos debieron salir a saludar tres veces al público.

Tras este concierto del año pasado, el público se manifestó impactado y, conmovido, pero también contento de haber asistido. Revisemos dos testimonios.

«Quería conocer esta obra. La había escuchado en disco, pero así no se entiende tan bien como aquí», comentó la profesora de música Alejandra de la Fuente.

«Los textos que acompañaban y las imágenes nos ayudaron a comprender por completo esta obra. Fue muy acertado proponer el concierto de esta manera», detalló.

«Fue una muy buena experiencia, me gustó mucho. El público, sumamente adecuado, muy respetuoso, e incluso los niños se portaron muy bien. Y la interpretación musica fue excelente», y acompañaba mucho la proyección, tanto con las imágenes como los textos, nos ayudaron a entender por completo la obra», agregó Alejandra de la Fuente.

Alejandra de la Fuente y Felipe Rubio, dos asistentes al concierto del año 2024 que compartieron sus testimonios. Fotos: Romina de la Sotta.

Felipe Rubio (1969), flautista y docente que reside en Iquique, fue enfático. «Después de muchos años, escuchar en vivo el Cuarteto para el fin de los tiempos, que es una obra fundamental dentro de mi formación como músico y como auditor de música clásica, fue muy bonito. No hay nada como la música en vivo, esté uno en el escenario o como público», señaló.

«Fue una experiencia absolutamente emotiva; fue muy grande la emoción. Al final, terminó cuando terminó la última nota en agudo del violín, me brotaron las lágrimas. No queda más que agradecer», agregó.

Revise a continuación los segundos finales y la primera ovación del concierto del año 2024

Segundos finales y primera ovación del concierto del 17 de julio de 2024 en la 60a Temporada de Cámara UC. Captura: Romina de la Sotta.

Segundos finales y primera ovación del concierto del 17 de julio de 2024 en la 60a Temporada de Cámara UC. Captura: Romina de la Sotta.

Olivier Messiaen fue capturado en Verdún por los nazis en la llamada «caída de Francia», cuando Alemania invadió y ocupó ese país galo, Bélgica, los Países Bajos y Luxemburgo, en sólo un mes y medio, dentro de la Segunda Guerra Mundial. Era 1940 y el compositor francés tenía 31 años; estaba sirviendo como camillero y lo recluyen en Stalag VIII-A, recinto ubicado cerca de Görlitz, específicamente en la localidad polaca de Zgorzelec.

No era el único músico de los prisioneros de ese recinto, y había algunos instrumentos, no necesariamente en buen estado: un piano, un clarinete, una viola y un violonchelo. Así que compuso para esa inusual conformación una obra que influenciaría ampliamente la creación de los más relevantes compositores, tanto contemporáneos como posteriores.

Con el propio Olivier Messiaen al piano, y junto con el violinista Jean le Boulaire, el clarinetista Henri Akoka y el violonchelista Étienne Pasquier, el 15 de enero de 1941 se estrenó ante unas 500 personas el Cuarteto para el fin de los tiempos.

El año pasado, cuando fue la profesora Oriana Silva quien propuso esta programa, la violinista destacaba que esta insigne creación «combina dos aspectos fundamentales de la vida de Messiaen; su profunda fe católica, lo que le otorga el carácter trascendental y espiritual a la obra. Y por otro lado, su amor por los pájaros, que lo llevó a ser un reconocido ornitólogo, conocedor especialmente de sus cantos».

Explicó, además, que el momento histórico y las circunstancias en las cuales Messiaen crea esta obra son determinantes en lo que la música misma expresa, pero también en la forma de expresarlo: con innovaciones rítmicas que dejaron una profunda huella en la música de tradición escrita.

«Es en ese contexto de guerra, una época de incertidumbre, miseria, devastación y de enorme sufrimiento y desesperanza, cuando aflora la idea del ‘fin de los tiempos’, que es representada a través de la utilización de ritmos complejos y estáticos, lo que le da una sensación atemporal. A la vez, la armonía que utiliza Messiaen está influenciada por otras culturas y esto, sumado al canto de los pájaros, le otorga un singular carácter espiritual a la obra», comentó la concertino de la Orquesta Usach.

Ahora, que volverán a interpretar el icónico cuarteto de Olivier Messiaen, la violinista comparte una nueva reflexión: «Adentrarse en su estudio es una experiencia fundamental para cualquier violinista. Más allá del reto técnico, la obra invita a una profunda conexión con su contexto histórico y espiritual. El violín, especialmente en el último movimiento, tiene la responsabilidad de transmitir una sensación de eternidad y trascendencia, lo que ha deja una duradera huella».

Oriana Silva destaca, igualmente, su gratitud: «Me siento afortunada, además, de repetir nuevamente esta experiencia con mis colegas, con quienes hemos podido seguir profundizando y creciendo juntos con esta maravillosa obra».

Coincide plenamente el profesor David Medina. «Tocar el Cuarteto para el fin de los tiempos siempre es una oportunidad de mucho valor. Al ser una de las obras emblemáticas en el repertorio para música de cámara del Siglo XX, también significa un desafío de alto nivel de ejecución para cada uno de los integrantes del cuarteto, y a esto se suma la profundidad interpretativa que hay que tener como equipo al comprender el contexto y sentido espiritual en los que fue concebida la obra», asegura el clarinetista.

A juicio del profesor Medina, «es bueno hacer el ejercicio de colocarse en el lugar del compositor viviendo ese escenario de cautiverio, de incertidumbre, con necesidades de toda índole y con sentimientos encontrados, viviendo un día a la vez. ¿Cuál sería el pensamiento de un mejor porvenir? Son muchas preguntas que podríamos hacernos en ese contexto».

Aunque hoy nuestro contexto sea distinto, indica, «esas preguntas podríamos todavía hacerlas, pues vivimos en un mundo agitado globalmente y hace poquito estuvimos en confinamiento. Preguntas como ¿que será de la vida? ¿qué hay más allá? Porque pasan los años, pasa el tiempo cada día con su propio afán, como dice el Señor Jesús en Mateo 6:34».

El solista de la Orquesta Sinfónica Nacional de Chile indica que el propio compositor mencionó que con esta obra buscaba «acercar al oyente a un espacio de eternidad o al infinito», y que por ello se inspiró en el capítulo 10 del Apocalipsis de Juan. Y lo cita:

«Y el ángel que vi en pie sobre el mar y sobre la tierra, levantó su mano al cielo, y juró por el que vive por los siglos de los siglos, que creó el cielo y las cosas que están en él, y la tierra y las cosas que están en ella, y el mar y las cosas que están en él, que el tiempo no sería más, sino que, en los días de la voz del séptimo ángel, cuando él comience a tocar la trompeta, el misterio de Dios se consumará”.

Una de las particularidades del Cuarteto para el fin de los tiempos es que en algunos de los ocho movimientos son para un solo instrumento, generando una tensión dramática y, al mismo tiempo, una escucha profunda por parte de la audiencia.

Es el caso del tercer movimiento, Abismo de los pájaros, que protagoniza el clarinete. «Es uno de los movimientos que se incluye en repertorio de recitales y conciertos de título», comenta David Medina. Cita, asimismo, lo que escribió al respecto de este movimiento Messiaen:

“El abismo es el Tiempo con su tristeza, su fatiga. Los pájaros son lo opuesto al Tiempo; ellos son nuestras ganas de luz, de estrellas, de arco iris, y de canciones alegres».

Para el clarinetista venezolano, estas palabras son iluminadoras. «Me inspiro en este enunciado del propio compositor para interpretar este movimiento. Al saber que desde la filosofía griega el tiempo, Cronos, es el tiempo que se mide en días, minutos, horas, años, etcétera, y el tiempo Kairós es el tiempo oportuno, tiempo del alma, tiempo que no se mide, aquél del cual decimos que ‘el tiempo de Dios es perfecto».

David Medina revela, además, una significativa anécdota de su época de estudiante, justo antes de titularse. «Mi profesor de música de cámara, David Ascanio, me enseñó una lección mientras todo estaba en silencio en la zona montañosa en que quedaba la universidad. Se escuchaban sólo los pájaros. Sus palabras fueron: “Así deberíamos tocar, cantando desde lo más natural y primitivo. Los pájaros no piensan en el tiempo, ni cuándo comenzar ni cuándo terminar su canto'», confidencia.

Y reflexiona. «Por ello, mientras estoy tocando pienso en esos cantos de pájaro. Además hay muchas notas largas, las cuales internamente voy contando en un pulso medido o Cronos, pero se trata de, con el sonido, lograr la sensación de Tiempo Kairós; lo que dijo el ángel: ‘El Tiempo no será más!'».

Por Romina de la Sotta Donoso | 04-04-2025 | Publicado originalmente en musica.uc.cl.

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