María Belén Espinosa: "El butoh es mi herramienta para conectarme con mi abuelo, Jorge Peña Hen"
octubre 18, 2023
La intérprete protagoniza Amor y Justicia, película documental de Kerry Candaele. "Él encontró la similitud con Fidelio de Beethoven, pues Leonor se viste de hombre para inmiscuirse en la cárcel y rescatar del encierro a Florestán. Le hizo mucho sentido con Las últimas horas del maestro, pues también soy una mujer que se viste de hombre para rescatar a su abuelo del olvido", dice.
Belén Espinosa Peña es nieta de una de las personalidades más gravitantes de la escena musical chilena del siglo XX. Es nieta del compositor que fundó la primera orquesta infanto-juvenil de toda Latinoamérica, en 1964 y que logró que cien niños aprendieran a tocar instrumentos en sólo siete meses. Esa orquesta dio 45 conciertos en cuatro años y tuvo dos giras internacionales.
A los 22 años, Jorge Peña Hen fundó la Sociedad Bach de La Serena y en sólo meses pudo montar el Magnificat del genio alemán en esa ciudad, en 1950. Convirtió a esa ciudad en una metrópoli musical: tres años después, ya había 25 conciertos anuales, y 302 en 1965. Y lideró el estreno en Chile de la Pasión según san Mateo de Bach, en 1960 y en La Serena. Sin embargo, más allá de todos los hitos que Peña Hen protagonizó, él nunca dejó de enseñar en un liceo de la Región de Coquimbo. Su vocación pedagógica marcó toda su vida, la cual se extinguió, a los 45 años de edad, en manos de la Caravana de la muerte, en 1973.
Cincuenta años después, se estrena en Chile una película en la cual su nieta, Belén Espinosa Peña, tiene un rol fundamental. El filme es un documental y se titula Love & Justice: In the Footsteps of Beethoven’s Rebel Opera. Lo dirigió el estadounidense Kerry Candaele y su première fue en abril pasado en California. En esta película se desarrolla un paralelismo entre la única ópera de Ludwig van Beethoven y la figura de Jorge Peña Hen, comprendiendo la lucha por la justicia que comparten ambos compositores, pero también los personajes de Fidelio.
María Belén Espinosa es parte de este filme, y lo es también la ya desaparecida Orquesta de Cámara del Parque Cultural de Valparaíso, agrupación que con la dirección de Ignacio Barra y con voces muy destacadas de la escena nacional, como Javier Weibel, Alexis Exequiel Sánchez, Paulina González y Arturo Espinosa, interpretan selecciones de la ópera Fidelio, como comentó a Radio Beethoven el productor Daniel Olmos, de la productora Belcanto, en marzo pasado (ver nota aquí).
Ahora que Amor y Justicia se estrena en Chile, María Belén Espinosa revela cómo fue su experiencia en esa película, en la cual presenta una versión de su obra de butoh Las últimas horas del maestro, que ha puesto en escena con Réquiem, su compañía de danza teatro, en los últimos siete años. Una obra que reconstruye la reclusión de su abuelo en el Regimiento Arica, en 1973.
Entiendo que la trilogía Beethoven | Hero de Kerry Candaele se centra en el legado de Beethoven y que este director decidió que la segunda parte de esa trilogía vinculase la figura de Jorge Peña Hen y la ópera Fidelio de Beethoven. Séque entre el material que grabó Candaele en Chile están un ensayo, en Valparaíso, de Fidelo, y también su obra Las últimas horas del maestro. ¿Cómo fue su encuentro con Candaele?
«Kerry tenía como proyecto de su segundo filme la idea de unir la historia de Fidelio con Jorge Peña Hen, quería hacer un lazo porque en el primer documental que él grabó, que era sobre la Novena Sinfonía de Beethoven, él estuvo grabando en varios países, entre ellos, Chile. Conoció la historia de Jorge Peña Hen y le llamó la atención. Entonces, para este segundo filme él quería trabajar sobre Jorge Peña Hen y empezó a contactarse para obtener información; quería entrevistar a mi mamá, que es la hija del maestro y quería venir a grabar las orquestas de la Región de Coquimbo. Dentro de toda esa investigación que empezó a hacer desde California, encontró unos videos míos en YouTube, unos tráiler cortos de Las últimas horas del maestro, y quedó impresionado porque el no conocía el butoh, y le llamó la atención por lo expresionista y por las imágenes tan potentes del butoh. Se dio cuenta de que yo era la nieta y que además en la obra yo, a través del maquillaje, del vestuario y del peinado, me voy transformando en Jorge Peña para revivir al personaje. Eso a él le hizo mucho sentido, porque encontró la similitud con Fidelio en cuanto a que Leonor se viste de hombre para inmiscuirse en la cárcel y rescatar del encierro a su esposo, Florestán, que también es un preso político, además. Le hizo mucho sentido con Las últimas horas del maestro, pues también soy una mujer que se viste de hombre para rescatar a su abuelo del olvido».
Entonces, cuenta la intérprete, le escribió un mensaje hace algunos años. «Se presentó, me explicó el proyecto y me dijo que le interesaba trabajar con esta obra del butoh. Vino a Chile dos veces y grabamos en Valparaíso. Cuando conoció mi trabajo en el butoh, esto dio un vuelco, empezó a modificar la dramaturgia y terminó convirtiéndose en lo que es ahora, que prácticamente yo soy la protagonista con este trabajo de butoh. Ésa es la historia de cómo llegué a encontrarme con Kerry Candaele», asegura María Belén Espinosa.
Licenciada en artes escénicas de la Universidad Mayor, María Belén Espinosa se formó además en butoh, una expresiva disciplina japonesa que está entre la danza y el teatro, justamente con grandes figuras niponas, como Atsushi Takenouchi, Minako Seki y Makiko Tominaga. Ha integrado las compañías Teatro del Silencio y Mendicantes.
Las Últimas horas del maestro se estrenó el 16 de octubre de 2016, en el Teatro Municipal de La Serena, al cumplirse un nuevo aniversario de la muerte de Jorge Peña Hen. Desde entonces, María Belén Espinosa ha puesto en escena la obra en innumerables oportunidades, dentro y fuera del país. Hace poco la presentó en Valdivia y en las próximas semanas lo hará en Chiloé.
También la interpretó, por cierto, el pasado lunes 16 de octubre, esta vez en la sala de exposiciones de la Universidad de La Serena. «Me siento muy honrada y agradecida por esta oportunidad, es realmente muy emocionante presentarla exactamente cuando se cumplen 50 años de su muerte», comenta.
Viendo algunos videos de Las últimas horas del maestro, tengo la idea de que usted incorpora algunos elementos del mimo. ¿Es así?
«Sí, es así. Por supuesto. Me dedico al butoh hace 17 años más o menos. Un poco antes de estrenar esta obra me empecé a dar cuenta de que el butoh había llegado a mi vida para esto. Hago otras obras de butoh, por supuesto. Por ejemplo, ahora tengo un proyecto acerca del espacio y estoy estudiando astronomía. Pero este tema en particular de mi abuelo es una misión que yo siento que tengo que llevar en mi vida, y lo hago con mucho gusto. El butoh es mi herramienta para eso, indudablemente. Es la forma que tengo para conectarme con él, y funciona muy bien. El butoh es una danza que trata justamente acerca de las energías, de los cuerpos que ya no están, traerlos a este plano para avanzar, para interpretar. Antes de conocer el butoh, yo trabajaba mucho el mimo, como me preguntabas. Trabajaba sobre todo el mimo corporal dramático del método de Étienne Decroux; trabajé mucho con el Teatro del Silencio. Mi forma de abordar el butoh, por lo menos en esta obra, se ha dado con muchos guiños al mimo, tiene el tema de las líneas en el espacio, la desfragmentación de distintas articulaciones, un poco el trabajo del arlecchino en el cuerpo y las diagonales. Es un trabajo muy sensible».
María Belén Espinosa habla del «riesgo en tiempo real», en Las últimas horas del maestro: se maquilla y se amarra el pelo frente al público, y que ese proceso es diferente en cada función. «Eso ayuda a que el personaje esté siempre vivo y da la sensación de que el personaje podría perfectamente salir y caminar entre las butacas», apunta.
Además de la interpretación en vivo de Espinosa Peña, Las últimas horas del maestro cuenta con la proyección de un video en una pantalla que enmarca su actuación. «Fuimos a grabar a cada uno de los distintos lugares que recorrió Jorge Peña. Estuvimos en el patio del regimiento donde a él lo mataron, yo vestida, caracterizada, parada arriba de los muros. Fuimos al río Elqui, donde lanzaron sus restos y me metí al agua con el personaje, y recorrimos entre medio de las butacas del Teatro Jorge Peña Hen».
Retomando Amor y Justicia, la película de Kerry Candaele, entiendo que usted fue al estreno en Estados Unidos. ¿Cómo fue para usted verse interpretando Las últimas horas del maestro como parte de una construcción artística cinematográfica?
«Sí, fui al estreno en California, Santa Barbara, en abril de este año. No hice la obra completa, sino una escena basada en varios momentos, para dar inicio a la película. Hice mi escena sobre el escenario, delante de la pantalla e inmediatamente después de mi presentación comenzó la película, fue como una introducción. Y fue muy hermoso porque me ayudó a sentir que se ha confirmado una idea que yo sentí desde que estrené esta obra, hace años, de que lo que he insertado en distintos espacios a lo largo de los años no es sólo la obra Las últimas horas del maestro, nsino que es el personaje de Jorge Peña Hen butoh. Porque Las últimas horas del maestro es una obra para sala, con una música específica, con una planta de iluminación específica, pero muchas veces la he modificado para presentarla en espacios abiertos. Una vez en Argentina la hicimos en una galería que era un espacio plano y la pantalla no estaba detrás mío, sino al lado. Asimismo hicimos un fotolibro, que es el primer libro de butoh que se ha hecho en Chile, que es basado en esta obra también, y ahora es llevada al cine. Entonces es el propio personaje que encarna en esta obra y esta vez ese personaje, que de alguna manera cobra vida propia, fue a Estados Unidos a encarnar en una avant–premièredel filme donde también está ese personaje».
¿Le hace sentido el doble relato que propone Candaele entre el encierro de Florestán y que representa el gran legado libertario de Beethoven, y el tiempo que estuvo en prisión su abuelo, Jorge Peña Hen, antes de ser fusilado en 1973?
«Sí, claro, me hace mucho sentido. De hecho, con Kerry muchas veces nos sentamos a conversar sobre eso, de la increíble similitud entre estas dos mujeres, Leonora y yo, que nos vestimos de hombre para rescatar a nuestros hombres de distintos contextos, de la cárcel, del encierro, del olvido, de la muerte. Es una poética muy clara y me hace mucho sentido. Y no sólo en ese aspecto, sino que también el momento en el cual Beethoven compone en sordera, y que a mí me hace mucho sentido con el momento del encierro de mi abuelo antes de ser asesinado, en el cual él compuso la melodía con los palos de fósforos quemados, un par de días antes, me imagino que ya sospechaba que iba a morir y por lo mismo hizo eso, como dejando un testimonio, una expresión. Me hace mucho sentido, y creo que no lo hemos hablado con Kerry, pero es una sensación muy interna que tengo. Cuando me tocó interpretar ese momento del fósforo para la película, sentía mucho esta sensación de estar componiendo en el encierro, en el indudable silencio de una cárcel solitaria y oscura. Que de alguna manera es como componer en la sordera de Beethoven, que también es una especie de encierro, es un encierro dentro de su cabeza. Me imagino que la música lo liberaba, porque la música libera la mente, pero él estaba encerrado en su silencio. Entonces ahí también hay una conexión muy especia entre las dos historias».
¿Qué les diría los auditores de Radio Beethoven, como invitación, para que vean Amor y Justicia de Kerry Candaele?
«Quiero invitarlos a todos al estreno de Love and Justice, Amor y justicia, una película documental llena de fuerza, llena de poesía y sobre todo, una película muy necesaria para este año de conmemoración de los 50 años del Golpe de Estado. Es una película que fue estrenada en Estados Unidos, filmada completamente en Chile y ahora se estrena acá, y esperamos que pronto siga con muchas presentaciones por el resto del país y, por qué no, el resto de todo el mundo».
Jorge Peña Hen: de nombre susurrado a figura central de las salas de concierto
La primera y más completa biografía del célebre maestro la publicó, como autoedición, Miguel Castillo Didier. En 2015, LOM la reeditó: Jorge Peña Hen (1928-1973). Músico, maestro y humanista mártir. Es un libro coral que reúne testimonios invaluables de figuras como Alfonso Letelier, Gustavo Becerra y Agustín Cullel, y también se muchos de sus exalumnos. «Era un hombre extremadamente trabajador y un gran músico», declara, por ejemplo, Clarina Ahumada.
Estos testimonios se suman a las propias palabras de Jorge Peña Hen, quien en 1970 dice, enfático a El Mercurio: «Los que llegan a formarse a los conservatorios tradicionales lo hacen seleccionados socioeconómicamente y por talento. Van los que pueden costearse un instrumento y cuyos padres se preocupan. Por el contrario, nosotros queremos incorporar a niños de todos los sectores. Y dentro de un sistema masivo».
Décadas después de su muerte, Fernando Rosas retoma su proyecto y crea la Fundación de Orquestas Juveniles e Infantiles de Chile. «La deuda con él no solo la tiene Chile, sino también países como Venezuela, donde sus ex alumnos formaron las orquestas, y el maestro José Antonio Abreu siempre ha dicho que Jorge Peña Hen tuvo la idea» declaró en 2015 el profesor Castillo Didier, quien resume la herencia que el músico coquimbano dejó como «un inmenso legado espiritual y cívico» (ver nota de 2015 aquí).
Gabriel Canihuante articuló en un relato documental ágil y emocionante en una breve biografía publicada por Editorial Universidad de La Serena en 2019, con valiosos recuerdos íntimos. «Me conmovieron las declaraciones de sus hijos, la intimidad familiar. Su hija, por ejemplo, recuerda que no le gustaba que escuchara a Los Beatles, y ella lo hacía a escondidas, pero un día pilló a su padre tarareando una canción de Los Beatles. Esas cosas revelan el carácter humano de esta persona a quien la gente desgraciadamente conoce porque tuvo una muerte brutal. Pero él es mucho más que una víctima de la Caravana de la Muerte. Fue un ser humano que hizo grandes cosas por este país y su familia», declaró el autor, en 2017 (ver nota aquí).
Hubo, igualmente, documentales dedicados al compositor y gestor, como el de Guillermo Milla de 2004, y el de Benoit Chanal y Claudio Jara, de 2014.
Se sumó, en 2020 Batuta Rebelde (Lumen), de Patricia Politzer, con foco en la correspondencia entre el compositor y su esposa. Una de las hijas de Jorge Peña Hen, recuerda allí que después del Golpe su nombre sólo se susurraba: «Estaba prohibida su música, estaba prohibido su nombre. Mi papá fue como borrado de la faz de la tierra aquí en Chile. Es que había mucho miedo», dice en entrevista con la autora.
Y efectivamente, en esos años el silencio fue absoluto, con la excepción del In Memoriam que le dedicó el musicólogo Luis Merino, a fines de 1973, en la Revista Musical Chilena. «Él fue un genio, un adelantado a su época, un hombre con gran perseverancia. Pero yo no sólo quiero rescatar su condición de padre de las orquestas infantiles y juveniles, sino que darlo a conocer como persona», declaró Patricia Politzer en 2020 (ver nota aquí).
También los intérpretes han retomado sus partituras, de modo que actualmente sus obras se escuchan en abundantes salas de concierto del país. Al cumplirse 45 años de su ejecución, Helmuth Reichel y la Sinfónica Nacional Juvenil tocaron su Tonada para orquesta, el Cuarteto Surkos le dedicó un disco doble y la Agrupación Cultural Mismar le dedicó un festival. El estreno absoluto de su Concierto para piano y orquesta estaba planificado para octubre de 2019, por Paolo Bortolameolli, la solista Svetlana Kotova y la Sinfónica Nacional Juvenil y se pospuso por el estallido y la pandemia, pero se concretó en mayo de 2022, en el debut del director chileno como titular de la agrupación.
El reconocimiento al legado de Jorge Peña Hen vino también por parte de estrellas internacionales, como Gustavo Dudamel, quien hizo un importante punto antes de su concierto de homenaje a José Antonio Abreu, fundador de El Sistema de Venezuela, en Santiago.
«Chile significa mucho para el Sistema y el maestro siempre tuvo un vínculo muy estrecho con Chile. Recuerdo visitar Santiago siendo un niño y conocer al maestro Fernando Rosas, que fue el fundador del movimiento juvenil chileno», rememoró. E indicó que el maestro Abreu «siempre me hablaba mucho del maestro Jorge Peña Hen, ¿sabes?, este pionero que ha sido una chispa para iniciar todo un movimiento. Chile es un centro referencial de lo que es el Sistema. A Venezuela fueron muchos maestros chilenos, recuerdo al gran maestro de oboe Hernán Jerez, que vivía en Carora, una población pequeña del Estado Lara, y que allí murió, después de entregar toda su vida, como tantos otros maestros chilenos».
Se refería, por cierto, a los músicos que trabajaban con Peña Hen, que se refugiaron en Venezuela tras el Golpe y fueron instructores del Sistema que Abreu fundó en 1975. «Este homenaje cobra mucha más importancia al hacerlo en Chile y con los niños de la vida musical chilena», dijo Gustavo Dudamel (ver nota aquí).
Este año, al cumplirse 50 años de su asesinato, además de incrementarse las obras programas en nuestro país del músico coquimbano, innumerables agrupaciones han recuperado la última melodía que Jorge Peña Hen escribió, preso, en el Regimiento Arica de La Serena, con fósforos quemados.
Coordenadas | Amor y Justicia de Kerry Candaele 18 horas, jueves 19 de octubre. Ciclo de cine documental «50 años, historias de duelo y rebeldía». Auditorio del Centro de Estudios Árabes de la Universidad de Chile, en el Campus Juan Gómez Millas (Ignacio Carrera Pinto 1025). Acceso liberado.
Hace 20 años, el bailarín inició con su colega Daniela Marini y con el compositor José Miguel Candela, un trabajo de investigación que dio origen a un montaje coreográfico pionero en el cual la música y el movimiento se retroalimentan en tiempo real. Hoy reponen Tótem, concierto corporal elecroacústico en Espacio Vitrina.
La coreógrafa chilena fue invitada para dirigir el montaje que celebra los 25 años de la emblemática compañía de danza independiente. Su obra, Susurros del viento, se inspira en el libro Manifiesto de Gastón Soublette y se presenta en Matucana 100.