Adiós a Juana Subercaseux, pionera de la música antigua en América Latina
junio 5, 2023
Los músicos Carmen Luisa Letelier, Jaime Donoso, Karina Fischer, Octavio Hasbún, Óscar Ohlsen y Mauricio Cortés, y su sobrina, Verónica Griffin, valoran el legado de la fundadora de los emblemáticos Conjunto de Música Antigua UC y Cuarteto Renacentista, y directora del Instituto de Música UC entre 1976 y 1989.
photo_cameraJuana Subercaseaux en 2018. Foto: Karina Fuenzalida.
A los 97 años de edad, falleció Juana Subercaseaux, destacada intérprete musical y gestora que jugó un rol clave en la escena nacional. Fue una de las fundadoras, en 1960, del Departamento de Música de la Universidad Católica, que después se convertiría en el actual Instituto de Música UC, unidad académica que dirigió entre 1976 y 1989.
Asimismo, fue una de las pioneras de la música antigua en Chile y en América Latina. Intérprete de viola da gamba fundó el Conjunto de Música Antigua de la Universidad Católica, el Trío Renacentista y el Cuarteto Renacentista, agrupaciones que integraba y también gestionaba. Con ellos recorrió el mundo. Asimismo, una decisión que tomó dio origen a uno de los conjuntos vocales más estables del país, el Coro de Cámara UC.
Su deceso, pasadas las 7 horas del lunes 5 de junio, marca la partida de una figura clave en el desarrollo de la música en Chile y en la consolidación de la institucionalidad de la disciplina, en la Universidad Católica.
Juana Subercaseaux en 2018. Foto: Karina Fuenzalida.
«Juana Subercaseaux fue una artista incansable, dedicada y única»
Ignacio Sánchez, rector UC
El rector de la Universidad Católica, Ignacio Sánchez, expresó que «sin duda hoy despedimos a una gran mujer. Juana Subercaseaux fue una artista incansable, dedicada y única. Su legado traspasa varios rectorados en nuestra universidad y será recordada sin duda por todo lo que aportó en el ámbito de la cultura, no sólo en Chile sino también en la región».
«Los conjuntos que fundó Juana Subercaseaux fueron pioneros en la música antigua, área que hasta el día de hoy es fundamental para el Instituto de Música UC»
Karina Fischer, directora del Instituto de Música UC
«La figura de Juana Subercaseaux está estrechamente relacionada al nacimiento del Instituto de Música de la Universidad Católica, cuando en 1960 forma parte de la creación del Departamento de Música ubicado en calle Lira. Prontamente asume también el desafío de liderarlo y conjugar allí los lineamientos del desarrollo institucional y la interpretación musical», comenta Karina Fischer, directora del Instituto de Música UC.
Karina Fischer destaca igualmente que a través de las dos agrupaciones que funda, el Conjunto de Música Antigua UC y el Cuarteto Renacentista, «se aboca al desarrollo de la música antigua con gran reconocimiento nacional e internacional, siendo pioneros en un área que hasta el día de hoy es fundamental para nuestro instituto, tanto en la docencia y en la investigación como en la extensión. La generación de agrupaciones musicales dentro del Instituto de Música UC tiene allí su origen y se ha transformado ya en una tradición que continuamos cultivando institucionalmente».
“Es difícil encontrar en la historia musical chilena un personaje como Juana Subercaseaux; los grupos dedicados hoy en día a la música antigua deben reconocer que transitan por la imborrable huella que ella dejó”
Jaime Donoso, director del Instituto de Música UC (1989-1997) y decano de la Facultad de Artes UC (1999-2009)
Jaime Donoso fue quien sucedió a Juana Subercaseux en la dirección del Instituto de Música UC, la que ejerció entre 1989 y 1997. Además, fue el primer decano de la Facultad de Artes UC, entre 1999 y 2009. «Es difícil encontrar en la historia musical chilena un personaje como Juana Subercaseaux. Hija diplomático León Subercaseaux, y de Paz Larrain, desde pequeña se rodeó de eminentes literatos, músicos, artistas visuales y políticos que frecuentaban su hogar. Esto le proporcionó una cultura vastísima que finalmente fue sustento para la creación del Departamento de Música de la Universidad Católica, futuro Instituto de Música, del cual fue directora por 13 años», comenta.
«Su refinada educación, la puso al servicio de la fundación del Cuarteto Renacentista y del Conjunto de Música Antigua de la UC, agrupaciones que sacaron del museo a la música medieval, renacentista y del barroco temprano, transformándola en novedosas propuestas vivas y atractivas. Los grupos dedicados hoy en día a esta llamada ‘música antigua’, deben reconocer que transitan por la imborrable huella que ella dejó», enfatiza Jaime Donoso.
En mayo del año pasado, Juana Subercaseaux tuvo una insuficiencia cardiaca y poco después, tras una caída, se internó en el Hogar San Bruno en el Arrayán. Allí falleció en la mañana del lunes 5 de junio. Su responso se realizará a las 11 horas del martes 6 de junio, en la capilla del Cementerio Católico. Allí se le rendirá un homenaje musical que está organizando Carmen Luisa Letelier, Premio Nacional de Artes Musicales y profesora emérita de la Facultad de Artes de la Universidad de Chile.
Juana Subercaseaux. Foto: Archivo familiar.
La contralto conoció profundamente a Juana Subercaseaux a lo largo de su vida. Son, por un lado, parientes. «El papá de ella, León Subercaseaux era hermano de mi abuela, Blanca Subercaseaux. Así que era primera hermana de mi mamá, de manera que siempre estuvimos muy cerca de ella», cuenta. Por otro lado, trabajaron juntas: la contralto integró el Conjunto de Música Antigua de la Universidad Católica desde el año 1968 hasta su disolución, en 1976. «Se terminó porque Sylvia Soublette se fue a Estados Unidos después del Golpe militar, y después, cuando volvió a Chile ya no volvió a la Católica. La Juani, en cambio, se quedó en la Universidad Católica y fue directora del Instituto de Música por mucho tiempo», detalla.
“Juana Subercaseaux fue una de las pioneras de la música antigua en Chile. Era de un entusiasmo, de una fuerza y de un empeño impresionantes»
Carmen Luisa Letelier, Premio Nacional de Música e integrante del Conjunto de Música Antigua UC
Carmen Luisa Letelier destaca: «Juana Subercaseaux fue una de las pioneras de la música antigua en Chile. Ella vivió en Europa muchos años y cuando llegó aquí venía con esta cosa de la música antigua que aquí en Chile nadie la cultivaba. Y aquí se juntaron con Sylvia Soublette y con Rolf Alexander, que era un bailarín del Ballet Nacional Chileno, un tipo extraordinario que también tocaba viola da gamba y era muy aficionado a la música antigua, muy especializado. Y empezaron a hacer este conjunto que fue único y que fue pionero en América, no sólo en Chile».
La contralto asegura que «la Juani era de un entusiasmo, de una fuerza y de un empeño impresionantes. En una oportunidad, en 1969, íbamos a hacer una gira a Estados Unidos en marzo. En enero a la Juani la atropelló un auto en la Alameda y le quebró la cadera; la Juani pasó toda su convalescencia organizando la gira, porque además de tocar, ella se hacía cargo de toda la parte administrativa. Y partió en marzo a la gira. ¡Hay que tener harto ánimo para eso!».
Juana Subercaseaux fue la menor de los hijos del matrimonio del diplomático León Subercaseaux y Paz Larrain. En esta foto de los años 40, está a la derecha. Foto: Archivo familiar.
Juana Subercaseaux nació en Purén, el 4 de febrero de 1926. Gran parte de su infancia la vivió en Europa, y hablaba fluidamente cuatro idiomas. Inició sus estudios de violín a los 7 años, en Roma, y después estudió en el Royal College of Music de Londres, cuando su padre, diplomático, fue destinado a esa capital. Allí vivieron la Segunda Guerra Mundial, en una casa que comúnmente recibía visitas de personalidades como T.S. Eliot, Leonard Bernstein, Benjamin Britten, Paul Valéry y Oskar Kokoschka (ver entrevista de 2017 en La Tercera aquí y de 2018 en Revista Universitaria, aquí).
En 1960, monseñor Alfredo Silva Santiago, entonces rector a de la Universidad Católica, le encargó que organizara el Departamento de Música, cuyo primer director fue Juan Orrego Salas, quien propuso que el Conjunto de Música Antigua UC que había fundado Juana Subercaseaux se integrase como elenco estable.
«El legado de Juana Subercaseaux está en todo lo que hizo en pro de la música antigua, en pro del Instituto de Música, de consolidar esa unidad académica en la Universidad Católica»
Octavio Hasbún, miembro del Conjunto de Música Antigua UC y del Cuarteto Renacentista
«Juana Subercaseaux formó parte del primer grupo de música antigua que hubo en Chile, el que dio su primer concierto público en 1954. Inicialmente era un conjunto instrumental, pero cuando se incorpora Sylvia Soublette, en 1960, ella integra a un quinteto de cantantes y se hace cargo de la dirección. Juana Subercaseaux era su mano derecha. Eran dos personas extraordinarias, Sylvia y Juanita se hacían cargo de todo el conjunto, de lo artístico y de lo logístico, y nosotros éramos como verdaderos ministriles»,comenta Octavio Hasbún, director del Instituto de Música UC entre 1997 y 2006.
Él, como flautista, integró entre 1966 y 1968 integró el Conjunto de Música Antigua de la Universidad Católica. Y lo recuerda con gran emoción: «Cuando ingresé, tenía 19 años de edad, en 1966 y se hizo una gira extraordinaria desde el punto de vista de todos los países que se visitaron, incluyendo países de la órbita soviética, como la Unión Soviética, Yugoslavia, Rumania, y que fue importante también desde el punto de vista artístico, porque tuvo muy buenas críticas».
Imagen histórica del Conjunto de Música Antigua de la Universidad Católica. Foto: Fondo documental Sylvia Soublette del Instituto de Música, de la Universidad Alberto Hurtado.
En paralelo a su actividad docente y como directora del Instituto de Música UC, Juana Subercaseaux fundó en 1979 el Trío Renacentista; ella en viola da gamba, Óscar Ohlsen en laúd y en voz la soprano Mary Ann Fones. En 1980, se sumó Octavio Hasbún en flauta dulce e instrumentos de lengüeta, y entonces nació el Cuarteto Renacentista. «Hicimos una labor de conciertos muy intensa, con dos giras a Europa, incluyendo una visita a la República Popular China. Tengo muchos recuerdos de Juana Subercaseaux porque conviví mucho con ella, me tocó estar apreciar su cultura y en los últimos años cultivamos una amistad; le regalé mi primer libro, Historias naturales, a ella le gustó mucho y estaba siempre preguntándome por mi escritura y siempre interesada en lo que yo hacía o no hacía», recuerda Hasbún.
«Juana Subercaseaux era una personalidad aristocrática, pero en el sentido intelectual. En su juventud tuvo la oportunidad de codearse con muchas personas del ambiente europeo porque su papá era un diplomático, así que ella tenía una cultura vastísima, podía hablar de todo; de música y de literatura, conoció a grandes literatos. También era una bellísima persona», asegura el flautista, quien mantuvo contacto telefónico con la música hasta hace muy poco. Para él, el mayor legado de Juana Subercaseaux está en «todo lo que hizo en pro de la música antigua, en pro del Instituto de Música, de consolidar esa unidad académica en la Universidad Católica».
«Juana Subercaseaux fue una de las más importantes pioneras de la música antigua en Chile. Era una persona muy generosa, me compartió siempre sus conocimientos, me hizo crecer como persona»
Óscar Ohlsen, miembro del Conjunto de Música Antigua UC y del Cuarteto Renacentista
El guitarrista y laudista Óscar Ohlsen destaca que «Juanita era una persona de carácter fuerte, pero a la vez, de muy bajo perfil. No le gustaba figurar, entonces hay muchas cosas que ella hizo, y creó, pero que la gente no se enteró de que ella las hizo. Era una persona de enorme cultura, pasó gran parte de su vida, la niñez y la adolescencia, en Italia e Inglaterra, como hija de diplomático que era. Junto con Sylvia Soublette, fue una de las más importantes pioneras de la música antigua en Chile. Era una persona muy generosa, me compartió siempre sus conocimientos, me hizo crecer a mí como persona».
Efectivamente, recuerda, gracias a su apoyo tuvo la oportunidad de hacer sus primeros viajes al extranjero como solista, y bajo su dirección del Instituto de Música UC fue contratado como profesor, y ejerció la docencia hasta jubilarse.
El Cuarteto Renacentista: Mary Ann Fones (soprano), Octavio Hasbún (flauta), Óscar Ohlsen (laúd) y Juana Subercaseaux (viola da gamba) rodean a la reina consorte de Italia, María José de Savoya. Foto: Archivo familiar..
Óscar Ohlsen se incorporó en 1968 al Conjunto de Música Antigua de la Universidad Católica y luego trabajaron nuevamente juntos en el Trío Renacentista y en el Cuarteto Renacentista. «Tengo una deuda de gratitud hacia Juana Subercaseaux, y creo que todo el mundo de la música en Chile debería tenerla también porque hizo mucho», asegura.
Destaca igualmente dos obras creativas de Juana Subercaseaux que fueron verdaderos hitos. «Una tarde isabelina», a inicios de los años 70. Participaban el laudista, Mary Ann Fones en voz y Juana Subercaseaux en viola da gamba. «Todo fue todo creado por ella; escogió los textos de poetas isabelinos, y se creó un ambiente de taberna, en el Goethe Institut, con Ramón López y sus brillantes ideas de escenógrafo, y fue una cosa maravillosa, con una actor británico, Douglas Harris», detalla el productor del programa Guitarra en Radio Beethoven.
Imagen histórica del Conjunto de Música Antigua de la Universidad Católica. Foto: Fondo documental Sylvia Soublette del Instituto de Música, de la Universidad Alberto Hurtado. Ver aquí la biografía de Juana Subercaseaux elaborada en esa entidad.
Su gran creación, asegura Óscar Ohlsen, fue «El descubrimiento de América», en 1974. «Fue un concierto-espectáculo como nunca se había hecho antes en Chile, con textos recopilados por ella y con la música recopilada por ella. Fue teatro y música, dirigido por Ramón Núñez la parte teatral, Sylvia Soublette en la dirección musical y Ramón Núñez en la coreografía e iluminación. Con esa obra hicimos un viaje por muchas ciudades de Brasil y después lo llevamos a las tres Américas, fue increíble, un gran éxito», describe Óscar Ohlsen. Este espectáculo se remontó, además, en 1992.
«Juana Subercaseux era una música muy rigurosa y fue idea suya crear el Coro de Cámara UC»
Mauricio Cortés, director del Coro de Cámara UC (2000-2022)
Mauricio Cortés, quien el año pasado dejó la titularidad del Coro de Cámara UC, después de haberlo integrado por 42 años, comenta que Juana Subercaseaux es, en la práctica, la madre de esa agrupación. «Ella fue quien le propuso al maestro Guido Minoletti crear un coro de cámara de la mejor calidad posible, y con formato amateur. Fue idea suya», revela.
«Juanita era una música rigurosa, muy seria. Yo la veía una persona siempre muy seria. pero lo interesante es que con el tiempo, y dejando ella su cargo de director a del instituto, se relajó, por decirlo así, y conocimos a una persona entretenida, divertida y acogedora. Esa fue mi experiencia cuando participé en conciertos que ella organizaba, una vez que ya estaba afuera del instituto», agrega Mauricio Cortés.
Juana Subercaseaux en 2018. Foto: Karina Fuenzalida.
Verónica Griffin, sobrina de Juana Subercaseaux, destaca que su tía era «extraordinaria, inteligentísima, muy cariñosa y muy discreta. Tenía muchas virtudes, era una persona muy estoica y siempre estaba preocupada de enseñar, porque quería llevar la música a la gente pobre. Cuando descubría algún chiquillo talentoso les enseñaba todo y les conseguía becas. Mucho músico que hizo carrera afuera fue gracias al empuje de la Juanita».
«Juana Subercaseaux era extraordinariamente culta. Era de una lucidez y juicio certero impresionante, siempre miraba hacia adelante, lo que estaba por hacerse. Tenía la energía y el entusiasmo de un joven; era un corazón joven, una mente joven»
Verónica Griffin
Indica que su tía estuvo activa hasta hace muy poco. «En Curacaví tenía un piano precioso y hacía conciertos para la gente de allá, tenía más de 90 años y seguía descubriendo gente nueva y apoyándola. Era cariñosa, muy inteligente, trabajadora hasta el último. Extraordinariamente culta, estaba al tanto de todo. Sabía lo que pasaba en todas partes y para todo tenía una opinión certera. Leía mucho y estaba llena de proyectos. Me decía que tenía tanto en mente, pero que el cuerpo no la acompañaba. Era de una lucidez y juicio certero impresionante, siempre miraba hacia adelante, lo que estaba por hacerse. Se entusiasmaba cuando le contaban proyectos; vibraba. Tenía la energía y el entusiasmo de un joven; era un corazón joven, una mente joven. Fuera de serie», señala.
Verónica Grifin destaca que su Juana Subercaseaux «era una mujer de fe». Cuando dejó de hacer clases en el Instituto de Música UC, en 1994, se instaló en una parcela en Curacaví, lo que para ella era «como vivir en un monasterio, un lugar de sencillez que habitó con una belleza enorme, porque era como un retiro». Revela, además, que su tía instaló en un muro una tablita con los siguientes versos de Gerard Manley Hopkins:
Elected Silence, sing to me And beat upon my whorlèd ear, Pipe me to pastures still and be The music that I care to hear.
Igualmente destaca otros dos amores de su tía: los animales y todos los libros de Antoine de Saint-Exupéry. De hecho, dice, «la Juani creó una raza con perros mestizos, que bautizó curabó, y la parcela de Curacaví estaba llena de Curabós». También, que «junto al Evangelio, ayer leía sus Carnets. Era lo que estaba en su velador».
Por Romina de la Sotta Donoso | 05-06-2023 | Originalmente publicado en musica.uc.cl.
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