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Domingo 19 de mayo

En este capítulo de Chile Clásico recordamos a Juan Lémann.

Este pianista, compositor y profesor chileno nació en Francia en 1928, llegó a temprana edad a nuestro país y se formó en el conservatorio con Rosita Renard, Pedro Humberto Allende, Juan Orrego-Salas, René Amengual y Gustavo Becerra. Entre 1948 y 1960 fue un destacado pianista y director coral, fue solista con la Sinfónica de Chile y recibió los premios Orrego Carvallo en 1949 y Rosita Renard en 1951.

A partir de 1960, Lémann se concentró en la creación y la docencia, siendo profesor de piano, coordinador de la carrera de composición y vicedecano en la facultad de artes de la Universidad de Chile. Asimismo, presidió la Asociación Nacional de Compositores y fue miembro de número de la Academia Chilena de Bellas Artes del Instituto de Chile. Falleció en Santiago en 1998.

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Lémann abordó casi todos los formatos vocales e instrumentales, combinando expresión con un amplio rango de técnicas tanto tradicionales como contemporáneas y enfatizando generalmente el impulso rítmico y el colorido instrumental. También demostró un gusto por incorporar el humor y la ironía en su creación, algo que quedó documentado en dos particulares obras de sus inicios.

La más famosa y emblemática fueron las variaciones sobre el tema de “La vaca lechera” que nacieron de improvisaciones del autor mientras estudiaba piano en el conservatorio alrededor de 1947. El éxito de la partitura condujo a su edición y grabación, e incluso se empleó en el ballet “La vaca Cornelia”, estrenado en 1970 por el Ballet de Cámara de la Universidad de Chile con coreografía de Gaby Concha.

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La música para el cine y el teatro ocupó un sitial importante en la creación de Lémann y buen ejemplo de eso son sus partituras para la película “El cuerpo y la sangre” de Rafael Sánchez, las obras teatrales “El Tony chico” de Luis Alberto Heiremanns y “Topografía de un desnudo” de Jorge Díaz, una pieza de mimos de Alejandro Jodorowski y el ballet “Leyenda del Mar”.

La música de este ballet fue iniciada en 1977, premiada en el festival de música chilena en 1979 y estrenada por el Ballet Nacional Chileno un año después con una coreografía de Fernando Beltramí y vestuario, escenografía e iluminación de Ana Soza. La partitura emplea solamente dieciocho músicos, pero con gran cantidad y variedad de percusiones, incluyendo al piano como tal.

El ballet se basa en la leyenda de la Pincoya y en sus tres secciones se describe al mítico ser chilote, su intervención en la fertilidad de la fauna marina a través de una danza frenética y una celebración final por la abundancia de peces y mariscos. Para esta evocación musical hay un énfasis en el color y el timbre instrumentales, casi a la manera del impresionismo francés, pero con sonoridades contemporáneas.

Leyenda del Mar fue grabada en 1980 por los mismos intérpretes que participaron en su estreno, la Sinfónica de Chile dirigida por Víctor Tevah. Las partes se titulan El mar, La playa y La siembra.

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Completamos este programa con una obra de 1990 titulada Eólica. Alude al arpa eólica, un instrumento parecido a la cítara cuyas cuerdas son puestas en movimiento por el viento. A la vez, explora las resonancias de las cuerdas “al aire”, es decir, las cuerdas sin presiones y que vibran en su afinación propia. De hecho, las tonalidades de las cuatro cuerdas del cello tienen un rol esencial en la configuración armónica de esta partitura de tipo rapsódico.

Con energía, rapsodia y maestoso son los movimientos e interpreta Pablo Mahave Veglia.

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