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Domingo 24 de septiembre

Dedicamos este capítulo de Chile Clásico a Pablo Neruda, a cincuenta años de su muerte, con obras de compositores chilenos inspiradas o basadas en su poesía.

Comenzamos con Rafael Díaz y sus obras La otra orilla de 2004 y Oda al perro vagabundo de 2001. Mientras la primera es un collage de fragmentos de poesía de Neruda que alude al mar como metáfora de infinito o eternidad, la segunda está estructurada como una especie de cuento musical con citas a Ravel y The Beatles.

“La otra orilla” con Pamela Flores en voz y Nicolás Faunes en flauta, Cristián González en violín, Eloisa Leiva en viola, Ángela Acuña en cello y Fernando Julio en contrabajo. “Oda al perro vagabundo” con Pamela Flores, Débora Millán, Omar Lavadie y Nicolás Oyarzún en voces, Nicolás Faunes en flauta y Diego Castro en guitarra.

Continuamos con Winnipeg, obra de 2010 de Ramón Gorigoitía, compositor que reside en Alemania desde la década de 1980 y ha escrito varias obras basadas o inspiradas en poesía de Neruda. Una de ellas es Winnipeg que recuerda al barco que llegó a Valparaíso en 1939 con 2000 refugiados españoles gracias a la gestión de Neruda.

Usa registros de voces de Neruda y Rafael Alberti recitando, canciones de protesta tocadas por García Lorca, versos de “Explico algunas cosas”, voces que representan al vate chileno, dos mujeres que evocan su vida en Madrid y dos amigos que intentan convencer a Neruda para ser llevados a Chile, así como al final, los nombres de los pasajeros del Winnipeg.

Actúan la soprano Natasha López y la mezzosoprano Carolina Krogius, Gonzalo Simonetti en narración y el Ensemble Iberoamericano que dirige Joan Pagès Valls.

Finalmente tenemos una obra de Fernando García, compositor, investigador y profesor que nació en 1930 y recibió el Premio Nacional de Arte en 2002. Entre sus varias partituras que emplean o se inspiran en los versos de Neruda aparece una peculiar obra concebida para el traslado de los restos de Pablo Neruda a Isla Negra.

Fue compuesta en 1992, se titula «Se unen la tierra el hombre» e incorpora la voz del poeta recitando versos de «Los Conquistadores». La partitura la estrenó el 12 de diciembre de ese año la Sinfónica Juvenil dirigida por Fernando Rosas, mientras se depositaban los féretros con los cuerpos de Neruda y su esposa Matilde en Isla Negra frente al mar.

Fue grabada por la Sinfónica Juvenil conducida por Guillermo Rifo.

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