Tomás Cohen: el poeta chileno que está recuperando la tradición del lied en la actual Alemania
diciembre 2, 2024
Radicado en Alemania hace nueve años, es el director artístico del ciclo Vocations de la Casa de la Poesía de Berlín y está consolidando una comunidad de compositores y poetas que conocen la nueva poesía y la música contemporánea de hoy. Su cruzada, además, es multilingüística, pues reúne a creadores de diversos países que habitan hoy ese país. Además, está trabajando en paralelo para potenciar los frutos que producirá la presencia de Chile en la Feria de Frankfurt en 2027.
photo_cameraTomás Cohen. Foto: Heike Blenk.
Hace poco más de un año, informamos en esta plataforma que el compositor chileno Víctor Gutiérrez Cuiza estrenaría su obra Animita, para voz y electrónica en el Heimathafen Neukölln de Berlín, como parte de un proyecto de la Casa de la Poesía de Berlín. Con el propio Gutiérrez en la electrónica, el tenor Francisco Huerta estuvo a cargo del estreno de este ciclo de canciones con textos del poeta chileno Felipe Sáez Riquelme (ver nota).
La colaboración artística de Víctor Gutiérrez y Felipe Sáez no sucedió de forma espontánea. Hubo otro chileno que logró vincular al compositor y al poeta: Tomás Cohen. Lo hizo como parte del ciclo Vocations. Reimagining theLied, que él mismo creó y del cual es director artístico.
Su objetivo es ambicioso: quiere recuperar la tradición del lied, la cual representa un hito idiosincrásico de la cultura alemana. Sabe que para eso hay que recrear las condiciones de antaño: hacer que la nueva poesía y la música contemporánea se reencuentren, que sus creadores se conozcan y conozcan mutuamente sus trabajos.
Consciente, además, de la multiculturalidad que habita Alemania, donde él reside hace nueve años, Tomás Cohen ha revestido su cruzada de una característica única y fundamental: en sus proyectos conviven distintas lenguas y, con ello, acervos culturales diversos.
Este martes 3 de diciembre, en una nueva sesión del ciclo Vocations, habrá dos estrenos que cuentan entre sus autorías a creadores chilenos. La soprano Coco Lau estrenará la pieza de teatro musical Medea Fragments del compositor nacional Maximiliano Soto Mayorga, que cuenta con textos de Barbara Köhler, y la pianista australiana Catherine Milliken, cofundadora del Ensemble Modern, estrenará tres piezas que creó a partir de poemas de Tomás Cohen.
Radio Beethoven conversó con el poeta y curador Tomás Cohen al respecto y también sobre la otra cruzada que está desarrollando en paralelo, con miras a potenciar el impacto que tendrá para nuestro país ser el invitado de honor de la Feria de Frankfurt en algunos años más, esto último a través de su oficio de traductor.
Hace nueve años, inició un máster en filosofía budista y filología en idiomas tradicionales de esa religión, tibetano y sánscrito, en la Universidad de Hamburgo. Poco después, Tomás Cohen fundó con escritores jóvenes de otros países una serie de recitales de literatura, en distintas lenguas, que bautizaron como Hafenlesung, es decir, Lectura del Puerto. «Queríamos darle una plataforma a escritores jóvenes que escribía en lenguas distintas del alemán», recuerda.
Ese momento marcó, además, el punto de partida de su actividad como director artístico y curador de eventos transdisciplinarios de literatura. Como parte del colectivo Found in Translation, Tomás Cohen fue un activo agente de esas sesiones que se realizaron entre 2015 y 2022, con énfasis en lo multilingüe y haciendo convivir obras en cuatro o cinco idiomas diferentes, y siempre con traducción al alemán. Participaron escritores de más de 30 países y 20 idiomas.
En el ciclo Lectura del puerto, hubo también experiencias con música y danza. «Llamamos la atención de un centro cultural grande en Münster, que nos invitó a curar un festival transdisciplinario en el cual participaron también autores chilenos, como el filósofo Andrés Claro y la novelista Alia Trabucco. Como eran tiempos de Covid, ella participó online, pero Andrés Claro vino presencialmente», apunta.
El festival Westopia se realizó en 2021 y se extendió por cinco días, con lecturas, performances, talleres y debates.
En cierto punto, el poeta y traductor chileno decidió mudarse a Berlín. «Como autor extranjero, Berlín ofrecía las únicas becas sustanciosas para trabajar como autor y ser financiado por los senados de cultura acá a pesar de estar escribiendo en un idioma que no sea alemán», explica.
En paralelo a su trabajo como autor, que ha implicado no sólo publicar sus propios libros, sino también en revistas, ha ejercido como director artístico de proyectos multidisciplinarios. Y así es como actualmente está trabajando para dos instituciones culturales clave de Alemania: la Casa de la Poesía, Haus für Poesie, y la Academia de las Artes de Alemania, la Akademie der Künste.
«La Casa de la Poesía es la institución más grande para la poesía en los tres países de habla alemana y que realiza el festival de poesía más grande también de estos tres países cada verano acá en Berlín», destaca Tomás Cohen.
Es por ello que le propuso a Katharina Schultens, directora de esa entidad, un proyecto que tuvo muy buena acogida y que dio justamente origen a Vocations. Reimagining the Lied.
«Le hablé de este sueño que yo tenía de revivir, de alguna manera, haciendo una actualización joven, multilingüe e internacional, en Berlín, de la cultura del salón que fue fundamental para el nacimiento y el desarrollo de la tradición de la canción de arte alemana, que básicamente es una relación entre poesía y música, y que se dio a través de sus agentes porque compartían los mismos espacios los compositores, los poetas, las cantantes y los pianistas», explica.
Así fue que en octubre del año pasado en Vocations se estrenó una obra de dos chilenos que viven en Berlín, a quienes Cohen seleccionó como dupla creativa: el pianista y compositor Víctor Gutiérrez y el poeta Felipe Sáez Riquelme (ver registro audiovisual).
El ciclo ha tenido continuidad, con cuatro eventos al año. Hasta ahora han desarrollados dos formatos. Uno de ellos es el de concierto de estrenos. En 2023, las duplas de escritor y músico fueron definidas por Tomás Cohen, e hicieron una residencia que dio como resultado las piezas que se estrenaron luego en concierto. La selección la hizo según afinidad de idiomas y de temas. «Armé equipos de compositor más poeta, y les dimos de la posibilidad de que tuvieran una residencia intensiva en un castillo de Brandenburgo, en las afueras de Berlín, para conocerse, intercambiar su visión artística y encontrar puntos en común para desarrollar una obra conjunta», detalla.
La otra modalidad es la que están desarrollando a otra: salones en el Clubraum de la Academia de las Artes de Berlín, un edificio icónico de la ciudad, según señala Cohen. «La idea siempre fue un rango muy amplio de experimentos vocales, pero que tuvieran que ver con la intensidad del lenguaje de la poesía, es decir, que estuvieran radicados en la poesía, y haciendo dialogar obras de compositores contemporáneos que han trabajado de manera icónica con la voz, con la improvisación, a veces acercándose a la música folclórica o a la música popular. Y siempre con lecturas breves de poetas de la comunidad internacional de escritores de Berlín, quienes dialogaban a través de su lectura con las obras musicales», detalla Tomás Cohen.
Indica, además, que estos salones fueron animados por la drag queen Audrey Naline, «que lo hacía todo más entretenido y volvía más lúdico este ambiente en un edificio tan oficial y con el apoyo atrás de la Academia de las Artes». Han tenido 150 asistentes promedio por evento. Cada salón, asegura, exhibe muchos contrastes entre géneros musicales y formas de vincular poesía y música: «Desde el mero arreglo musical hasta la improvisación y la recitación con acompañamiento musical».
Tomás Cohen estudió poco más de un año musicología y luego se licenció en arte, ambas en la Universidad Católica, con un año de intercambio en historia del arte en la Universidad de Nueva York.
Aparte de ese año que estudió musicología, ¿tenía usted una relación previa con la música?
«Sí, una pasión desde mi temprana adolescencia por la música clásica en general, y la música moderna y contemporánea en particular, gracias a los conciertos fabulosos del Festival de Música Contemporánea que se hacían en la Casa Central de la Católica, pues desde adolescente iba solo a esos conciertos porque me interesaban. Ahí la música de Bela Bartók me abrió el mundo musical del siglo XX entero. Y eso me llevó también a mi primer viaje a Europa cuando tenía 21, directo a Hungría para visitar la casa museo de Bartók, muy interesado por la etnomusicología y la manera en que Bartók se hermanaba con la labor preciosa de personajes como Violeta Parra. Eso me llevó a estudiar musicología, aunque yo empecé a tocar un instrumento muy tarde en mi vida, empecé con 15, 16 años».
Convencido de que desde la propia escritura puede brotar una dimensión escénica y que toda lectura poética en público requiere de una cierta dramaturgia. Aún en Santiago, ya en 2009, sacó adelante el ciclo de lecturas performativas La fertilidad de algunos muertos, en Espacio Elefante y en él poetas jóvenes le rendían homenaje a colegas ya fallecidos, con música en vivo.
Ahora su foco está en el renacimiento del lied, pero en la Alemania actual.
«Para mí, la manera fundamental de reimaginar esa tradición de la canción de arte es volviendo a hacer que sea posible un tiempo y un espacio para que se dé esa sinergia y se arme de nuevo una comunidad artística realmente transdisciplinaria entre la música nueva y la poesía nueva y que tanto los compositores como los poetas estén mutuamente actualizados de su producción artística, cosa que pasaba naturalmente cuando existía la cultura de salón con el auspicio de familias pudientes. En esa época, se hacían muy seguido y se pasaba de salón en salón», asegura.
«Ahora, con el apoyo del Senado de Cultura de Berlín del Gobierno alemán hemos podido ya en este segundo año, efectivamente, empezar a generar esta comunidad que re-concibe la relación entre los actores de la nueva música y la nueva poesía. Y eso implica reconectarnos también con lo más radical de esta tradición», aclara Tomás Cohen.
Y se explica con un ejemplo: «Si bien fue Beethoven el que empieza con la idea de un ciclo conceptualmente coherente de canciones, no cabe duda que con Schubert se consolida el género, y siempre me pareció muy significativo que Schubert escribió lieder exclusivamente en base a textos de sus contemporáneos, o sea, eran todos poetas que él conoció o que leyó y que estaban escribiendo en paralelo a cuando él componía. Esa relación de estricta contemporaneidad entre el trabajo de un compositor y un poeta se fue difuminando. Hoy en día la práctica usual es que un compositor conoce a un cantante talentoso o talentosa, se da la oportunidad de escribir una obra vocal y no siguen el estado de la poesía contemporánea, incluso no son lectores de poesía, y terminan tomando un texto del siglo XIX, XVIII. Y así se pierde la gran oportunidad de una sinergia con creadores contemporáneos».
Para Tomás Cohen, esta comunidad de artistas es altamente necesaria, para la propia sobrevivencia de ambas disciplinas: «Se produce un refinamiento y se hacen más interesantes ambas artes. Tanto para leer nueva poesía como para escuchar música contemporánea, se requiere una cultura de apreciación, y para tener esa cultura de apreciación se requiere exposición continuada, entrar la los lenguajes de la poesía y la música».
Como creador y curador de Vocations, está a cargo de definir una parte importante de la programación, independiente de la selección vía convocatoria abierta, que puede empinarse al 50%. «Hay muchas otras piezas clave que yo selecciono por mi cuenta, obras ya conocidas, o de compositores ya conocidos para la gente que sigue la música contemporánea, y también algunos fragmentos de una misma obra que son tocados en distintos momentos del evento para dar también una sensación de coherencia y de una suerte de peripecia, con espacios que se abren y que se cierran, con elementos que regresan», explica.
La próxima sesión de Vocations. Reimagining theLied será el martes 3 de diciembre en Silent Green Kulturquartiert, Berlín. El programa cerrará con el estreno absoluto de una obra de Maximiliano Soto, compositor chileno residente en Hamburgo, pero no será el único autor nacional programado.
«Había estado siguiendo el trabajo de Maximiliano Soto hace algún tiempo y hace poco se hizo público un galardón importante para compositores jóvenes en Alemania, el Premio Busoni, que lo da justamente la Academia de las Artes», comenta Tomás Cohen y detalla que los fondos de este premio fueron donados por Aribert Reimann, pianista y compositor con acento en la ópera y obras vocales que falleció en marzo pasado. «Era amigo mío», indica.
La obra de Soto Mayorga se titula Medea Fragments. «Es un monólogo para soprano y basado en Deutsches Roulette de Barbara Köhler, quien es una poeta alemana ya fallecida, cuya poesía le resonó particularmente a Maximiliano y fue también instrumental para su para entender culturalmente lo que significa ser alemán, estar en Alemania», comenta Cohen. La soprano Coco Lau estará a cargo del estreno de esta pieza de teatro musical.
Además, hay una compositora que hace una lectura en el piano con poesía suya. ¿Cómo será eso?
«Catherine Milliken es una reconocida compositora australiana que vive en Berlín hace muchos años y es una de las integrantes fundacionales del Ensemble Modern. Mi primer libro en traducción alemana se publicó en octubre del año pasado y desde entonces ha generado reseñas. Gracias a ProChile y a la Dirac del Ministerio de Relaciones Exteriores, tuvimos presentaciones de ese libro en la Feria del Libro de Frankfurt y ha llegado a oídos de colegas escritores y también de músicos como la insigne Catherine Milliken, quien es pianista, oboísta y compositora y lideró también el área pedagógica de la Filarmónica de Berlín. Ella suele componer obras que que involucran la voz de manera experimental; hizo una selección de algunos poemas míos y se va a estrenar una pieza sobre esos poemas, con ella misma tocando el piano y recitando».
El libro que menciona es Sternwarte im Badezimmer, y es el primero de Tomás Cohen traducido al alemán. Como poeta y traductor, está también trabajando actualmente en función de ese universo creativo, la literatura, específicamente chilena, y con la herramienta clave de la traducción.
«Creo que todo el mundo de la cultura en Chile está consciente del gran traspié que fue que inicialmente se haya cancelado sin más la primera invitación que la Feria de Frankfurt le hizo a Chile para participar como invitado de honor en 2025, y nos alegra mucho a todos los que tenemos que ver con el libro, con la literatura chilena, que gracias al Ministerio de Culturas y de la embajadora de Chile en Alemania se haya logrado que se hiciera de nuevo la invitación, ahora para el 2027. En cuando se confirmó, como escritor chileno que vive acá y que pronto cumplirá diez años de experiencia como curador y como director de eventos culturales, además de que ya trabajo para las instituciones culturales con foco en la literatura más grandes de Alemania, pensé ‘yo quiero ayudar, quiero colaborar’, porque es muy importante que se aproveche al máximo esta oportunidad, de modo que marque un antes y un después increíblemente positivo para la literatura chilena en todo el siglo XXI», explica.
A su juicio, ello implica «diseñar un plan con una serie de nuevas traducciones y nuevas publicaciones de distinta índole, y también con eventos paralelos ese mismo año, para que respalden la relevancia de la cultura chilena y que generen expectativas, y reseñas. Porque si se publican nuevas antologías y nuevas traducciones debe hacerse con algunas de las editoriales más grandes en Alemania en función de la distribución y la generación de reseñas. Además, es crucial que se integren también autores alemanes como colaboradores de estas traducciones y de los eventos promocionales, pues hay que asegurarse de que se genere un diálogo efectivo con la escena local de la literatura alemana».
En ese sentido, Tomás Cohen diseñó un plan, y se lo ha entregado al Ministerio de las Culturas y la Dirac, así como al propio Presidente Boric, cuando estuvo de gira en Alemania. «Quiero colaborar para amplificar la resonancia de la literatura y la cultura chilenas, es algo que ya he hecho a mi pequeña escala como director artístico de eventos en los cuales he involucrando a poetas y compositores chilenos», explica.
Entre sus propuestas hay acciones concretas, por ejemplo, para renovar el impacto de la obra de Gabriela Mistral en Europa, a través de una antología de poesía y de prosa, con una aproximación bien específica: un modelo de traducción. Lo explica Tomás Cohen: «Se hace un laboratorio de traducción en el que participan poetas contemporáneos alemanes». Así, indica, su legado poético e intelectual sería actualizado en una manera que le haría justicia. «Gabriela Mistral tiene todas las características para volver a ser una luminaria cultural como lo fue en su momento, en la primera mitad del siglo XX», concluye Tomás Cohen.
Junto con destacar a invitados internacionales como Juan Gabriel Vásquez, Leila Guerriero y Gabriela Wiener, la fundadora de este convocante festival profundiza en su rol: "Nos hace bien disfrutar de cosas de calidad que tengan un contenido inteligente y, al mismo tiempo, que sean entregadas con cariño y con un lenguaje que sea amigable, que sea cercano pero no banal".
El internacionalmente reconocido artista visual está exhibiendo juguetes que restauró en Museo Taller de Barrio Yungay. Ya en la infancia, él construía juguetes, y ese ejercicio sigue en el centro de su quehacer pues le permite, dice, "ser un adulto que vuelve a ser un niño, para ser el mismo de siempre".
El programa está generando creación artística inserta en la sociedad y cambiando el modo de entender el arte. El director de Creación Artística de la Universidad de Chile nos explica cómo.