Una propuesta inmersiva que, por medio del enfoque biopsicoemocional del médico canadiense, Gabor Mate, un incisivo humor negro, performance y la creación en Site Specific (Casa Palacio), invita al espectador a ser parte en primera persona del intento desesperado de una madre por rehabilitar a su hijo del consumo de drogas, mediante el aislamiento.

Desde 1990, Suecia enfrenta una misteriosa enfermedad. Detectada sólo en este país, afecta exclusivamente a hijos de quienes buscan asilo, provocándoles un aislamiento completo y desconexión del cerebro consciente, en el que dejan de caminar y hablar o, incluso, abrir los ojos. Eso es el Síndrome de resignación, trastorno en el que Teatro Poiesis se basa para crear su obra homónima, que estrena el 2 de octubre en Casa Palacio.

Escrita por Mara Ibaceta, dirigida por Daniela Araneda y la misma Mara Ibaceta, con las actuaciones de Jacqueline Adrian y Juan Gálvez, Síndrome de resignación es una propuesta inmersiva que, por medio del teatro performático, un incisivo humor negro y la creación en Site Specific, invita al espectador a ser parte de una situación intima de familia, donde se desarrolla el encuentro de una madre con su hijo adicto, en un intento por rehabilitarlo.

Funciones a las 19:30 horas, de miércoles a sábado, hasta el 12 de octubre, en Alameda 2133, con entradas a través del sistema Paga lo que puedes, por $3.000, $6.000 o $9000.

“La dramaturgia busca hacer una analogía de este síndrome con los efectos de una adicción. Está hecha desde una experiencia personal, pasó por una investigación de una comunidad terapéutica y tiene un enfoque biopsicoemocioanal basado en los postulados de Gabor Mate, médico y escritor canadiense que plantea que el origen de toda adicción es un trauma. No tiene una estructura lineal, más bien expone situaciones donde se muestra una realidad desde un punto de vista muy microscópico. No cae en la victimización ni la autocompasión, sino que es cruda, precisamente, por mostrar, desde lo más concreto, cómo es vivir en un entorno que perpetua la adicción”,explica Mara Ibaceta.

Síndrome de resignación se sitúa en una población santiaguina en la que vive Norma, la madre, quien encierra en el sótano de la casa en la que viven a su hijo drogadicto, César. Busca rehabilitarlo del consumo de pasta base mediante el aislamiento, absteniéndolo así de consumir. Para ello, le hace creer que la puerta de salida se encuentra atorada y que, a causa de las dolencias propias de su vejez, no puede abrir, obligándolo a permanecer adentro.

“Partimos la creación con el tema, luego escogemos el lugar y la puesta en escena va hablando de acuerdo a experimentar las capacidades del espacio y a la experiencia que queremos que tenga el espectador en relación a la puesta. En este caso elegimos Casa Palacio. Se hará un pequeño recorrido y vamos a ocupar el sótano. Hay una intención de llegar a los subterráneos para experimentar las posturas de los personajes, cómo la sociedad visibiliza, o no, estas temáticas, y también de bajar a la realidad. La puesta hace al espectador ser parte de la escena. Hay una instancia en la que se invita un vino, hay una celebración, una espera… Se crea una experiencia escénica completa que dialoga con la arquitectura, la instalación, la performatividad y el teatro, que acompaña al público desde la vivencia estética para reflexionar”, concluye.