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Música

Alfredo Perl: "Ha sido una gran experiencia poder volver a tocar en Chile frente a un público de verdad, después de tantos años"

agosto 21, 2024

El pianista radicado en Alemania interpretará en Rancagua y Valparaíso las tres últimas sonatas de Beethoven y Audite acaba de publicar el primer volumen de su grabación de la obra completa para piano de ese compositor. "En las ultimas obras de Beethoven existen momentos de una soledad absolutamente desgarradora, pero también hay aspectos que son nuevos para mí, por ejemplo, una ternura", dice.

Alfredo Perl: "Ha sido una gran experiencia poder volver a tocar en Chile frente a un público de verdad, después de tantos años"

En 2017, Alfredo Perl volvía al Teatro Municipal de Santiago para dar un recital completamente dedicado a Ludwig van Beethoven, después de cinco años de ausencia de esa sala. Eligió entonces cinco sonatas que no tocaba en Chile hacía mucho tiempo.

Era un reencuentro a medias con ese repertorio. A mediados de los años 90 había grabado las 32 sonatas de Beethoven. A medias, porque este pianista chileno no sólo había madurado como tal en esos años, sino que además se había potenciado con su ejercicio como director, especialmente con los ocho años que llevaba entonces como titular de la Orquesta de Cámara de Detmold. Un trabajo que le valió incluso el premio ECHO Klassik 2015 por su grabación para MDG de La Canción de la Tierra de Mahler.

«Todo ha cambiado, es cierto, pero uno sigue siendo el mismo. Sí hay aspectos que se van sumando y que tienen que ver con que voy teniendo una mayor claridad en las ideas musicales. El trabajar con orquesta me obliga a tener muy claro qué es lo que quiero, y esa disciplina la adquirí sin querer queriendo», declaraba, entre risas, en 2017 (ver entrevista).

«Hoy tengo una mayor claridad frente a la interpretación, y esto se da en forma automática, incluso cuando toco obras nuevas, no solo con el repertorio que conozco mucho, como las Sonatas de Beethoven, por ejemplo», agregó entonces.

En esa misma entrevista confesaba que veía poco probable volver a grabar obras para piano solo, por la crisis que vivía la industria discográfica. «Pero si se presenta la oportunidad, lo haría encantado», sentenció.

El confinamiento del Covid abrió, paradójicamente, una oportunidad. Ante la cancelación de los conciertos y la imposibilidad de actuar en público, el pianista chileno arrendó un estudio y comenzó a grabar. Fue el inicio de su propio homenaje a Ludwig van Beethoven, que inició cuando se conmemoraban los 250 años de su nacimiento y que se extenderá, por cierto, hasta 2027, cuando se cumplan 200 años de su muerte.

Si a mediados de los años 90 había grabado las 32 sonatas de Beethoven, ahora se abocó a la integral de su producción para el piano. Literalmente, el doble de música.

Serán tres volúmenes, editados por el sello Audite. El primero ya está disponible, consiste en cinco cedés e incluye obras creadas entre 1791 y 1800: sus primeras 13 sonatas, 12 trabajos de variaciones y el Capriccio alla ingharese, Op. 129, entre otras. El segundo volumen se publicará en 2025 y el tercero, en 2026.

Por estos días, Alfredo Perl está en Chile. Vino en una gira organizada por Musicaplus, agencia que lidera Cristóbal Giessen, y cuyo foco está en Beethoven. Primero, dirigió el 16 y 17 de agosto a la Orquesta Sinfónica y al Coro Universidad de Concepción en un monográfico, con la Fantasía Coral y la Segunda Sinfonía de Beethoven, además de interpretar él mismo la Sonata Op.109.

Ahora tendrá dos recitales, el jueves 22 de agosto en la Universidad de O’Higgins y el sábado 24 en la Universidad Técnica Federico Santa María. En ambas ocasiones interpretará las tres últimas sonatas de Beethoven: la n°30 Op.109, la n°31 Op.110 y la n°32 Op.111. Después dará una clase-concierto en Panguipulli y ya en septiembre retornará al Teatro del Sodre.

Radio Beethoven conversó al respecto con este virtuoso pianista y director radicado hace décadas en Alemania.

La última vez que lo habíamos visto fue en noviembre de 2023, en Viña Santa Rita, cuando dio un recital junto a la mezzosoprano Gerhild Romberger, con quien en el año 2017 había publicado un disco con lieder de Gustav Mahler. Abordaron selecciones justamente de El cuerno mágico de la juventud, y canciones de Robert Schumann, y Perl sumó la Sonata n°27, de Beethoven.

¿Cómo ha sido el reencuentro con el amplio público chileno? Lo vi el año pasado en la Viña Santa Rita, pero antes de eso había pasado bastante tiempo en que no había tocado en Chile, me parece que desde 2019 e imagino que por la pandemia. Ahora que actuó en Concepción. ¿Cómo fue ese reencuentro?

«Para mí ha sido una gran experiencia poder volver a tocar en Chile frente a un público de verdad, después de tantos años. Ya el año pasado, es cierto, vine a tocar, pero fue un recital con canto y piano. Esta vez toqué como solista y también dirigí la Orquesta Sinfónica Universidad de Concepción, es decir, fue una gran experiencia, fue muy gratificante».

Con respecto a los recitales que dará en Rancagua y Valparaíso, con las tres últimas sonatas de Beethoven, aclara que «ya el programa en sí es para mí un proyecto muy especial. No es la primera vez que lo toco, es una combinación de obras que es bastante común porque las tres últimas sonatas de Beethoven de alguna manera forman un conjunto completo y justamente por eso se les suele tocar juntas en un concierto».

¿Qué representa para usted actuar en la Universidad de O’Higgins, que tiene una temporada muy rica y está logrando generar un nuevo público, muy interesado?

«Tengo que confesar que es primera vez que voy a ir a tocar a Rancagua, he escuchado cosas muy positivas de esa temporada, así es que con mucha curiosidad y con mucha expectativa es que voy para allá».

«Las tres últimas sonatas de Beethoven son muy distintas una de la otra. Lo que sí tienen en común es que rompen el molde clásico de la sonata para piano»

Alfredo Perl

Hablemos de estas tres últimas sonatas de Beethoven, ¿son una unidad porque las tres se caracterizan por algo en común o tiene que ver con que Beethoven las compone en un momento en el cual está llegando muy lejos  en lo que es el desarrollo también del piano?

«No es que tengan tanto en común; de hecho, son muy distintas una de la otra. Lo que sí tienen en común es que rompen el molde clásico de la sonata para piano. Ya Beethoven lo había hecho anteriormente en las obras que marcan el comienzo de lo que se llama el tercer período creativo de él, que está marcado por la Sonata para piano n°28 en La mayor Op.101 y por las dos Sonatas para chelo y piano, Op.102, que son obras justamente que no calzan con el modelo clásico de la forma de las sonatas. En ese sentido, tienen en común esa característica de experimentación que vive Beethoven en esas obras. Después, son como distintos aspectos, pero que en conjunto hacen una imagen sonora bastante típica de lo que es el Beethoven post 1820. Yo diría que no son obras que tengan mucho en común, pero que son complementarias, en cuanto a estilo y contenido. De hecho, dos de ellas abordan la forma de variación, la n°30 y n°32, pero son ciclos de variaciones muy distintos en la manera en la que abarca la forma de variación Beethoven. Así es que te diría que son casi como una gran obra en tres capítulos». 

Usted también las va a tocar en la Universidad Técnica Federico Santa María el sábado 24 de agosto, y en ese lugar sí se ha presentado antes.

«Ahí me he presentado varias veces, sí. Es una sala con gran tradición. Para mí siempre es especial tocar en ese lugar porque es una de las mejores salas en cuanto a acústica que tiene Chile y porque tiene una gran tradición, en el sentido de que han sido grandes músicos los que han ido a tocar ahí».

«En las ultimas obras de Beethoven hay nuevas dimensiones emocionales; existen momentos de una soledad absolutamente desgarradora, pero también hay otros aspectos que son nuevos para mí y que no se manifestaban tanto en Beethoven, por ejemplo, una ternura»

Alfredo Perl

Leí la entrevista de Maureen Lennon que publicó el diario El Mercurio el domingo 18, y me gustó bastante que usted decía que Beethoven fue incluso más progresista y más revolucionario en el desarrollo de la música que otros compositores que son fundamentales también, en el sentido de que él hace un trabajo único que cambia para siempre lo que es una sinfonía, pero también sucede con los cuartetos de cuerdas y, por supuesto, con el trabajo para el piano. ¿Cuan interesante es siempre volver a constatar este poder transformador y totalmente irrefrenable que tiene  Beethoven, volver a constatarlo de una manera distinta, con la madurez que da la experiencia y el paso del tiempo a un artista como usted?

«Claro. Es una experiencia, diría yo, especialmente en las ultimas obras de Beethoven, muy fascinante, porque hay nuevas dimensiones emocionales que justamente son producto de este incursionar en terreno absolutamente desconocido. Por un lado, existen momentos de una soledad absolutamente desgarradora y es muy conmovedor porque uno siente al genio que está ahí donde nadie ha ido antes, entonces hay que verlo también desde ese punto de vista. Es decir, hoy lo vemos porque, claro, ya son 200 años de creación musical y no hay músico para quien Beethoven no sea un referente, por lo menos dentro de lo que es, llamemos, la música occidental. Pero también hay otros aspectos que son nuevos para mí y que no se manifestaban tanto en Beethoven, como por ejemplo una ternura que yo creo que es producto de un desarrollo emocional en la personalidad de Beethoven. Hacia el final él ya no tenía esa actitud tan desafiante. Creo que él mismo sabía a lo que había llegado. No estoy seguro de que él supiera o intuyera que era su última etapa creativa, pero es una etapa que está también marcada por una serenidad interior muy grande. Y eso para mí es fascinante descubrirlo cada vez que me pongo a estudiar esa música».

¿Qué les diría a los auditores de Radio Beethoven como invitación para sus conciertos en Rancagua y Valparaíso?

«Quiero extenderles una muy cordial invitación para disfrutar y para tener la vivencia de escuchar estas tres sonatas, las últimas de Beethoven, que conforman una especie de cosmos trascendental diría yo, absolutamente trascendental de lo que es la creación musical para el piano».

Estas tres últimas sonatas serán parte del segundo volumen de la integral de la música para el piano de Beethoven que usted está publicando con el sello Audite, y cuyo primer volumen ya está disponible. ¿Eso significa que las va a grabar en los próximos meses?

«No, no son para el volumen siguiente, sino para el subsiguiente. De hecho, el segundo volumen está planificado que salga el próximo año y es toda la obra entre 1801 y 1812, donde están las grandes y famosas obras, como la Sonata Appassionata, la Waldstein, las Variaciones Eroica, también la Sonata Quasi una Fantasia, Claro de Luna. Estos grandes clásicos van a salir el próximo año, pero ya están todas las obras grabadas de estos próximos cinco discos compactos. Es decir, yo vuelvo a Alemania y me dedico a la grabación del último volumen, de los últimos seis discos, que la idea es que salgan en marzo de 2026 y que va a marcar el comienzo de la conmemoración de los 200 años de la muerte de Beethoven, que va a ser en marzo de 2027″.

«Siento que mi lenguaje, mi forma de interpretar la música, y la música de Beethoven en particular, ha evolucionado, y darme cuenta de eso también ha sido una experiencia bastante interesante»

Alfredo Perl

¿Cómo fue para usted volver a grabar la obra de Beethoven y no sólo volver a grabar después de haber registrado las 32 sonatas en 1996, sino grabar en mucha mayor extensión esta obra, porque ahora es el doble, no?

«Sí, es el doble. La gran diferencia es que yo internamente las sonatas de Beethoven en su totalidad las pongo en un contexto distinto, porque entre la primera y esta grabación integral de las sonatas he tenido un desempeño y, en el fondo, tengo un conocimiento mucho más profundo de la música de Beethoven que no es para piano solo. Partamos por la música de cámara que la he interpretado en su totalidad, y también las sinfonías, las que he dirigido, entonces eso te otorga una perspectiva mucho más amplia. De hecho, yo también siento que mi lenguaje, mi forma de interpretar la música, y la música de Beethoven en particular, ha evolucionado. Ha cambiado. Y darme cuenta de eso también ha sido una experiencia bastante interesante».

Me imagino. Esperemos que el próximo año sea posible que usted actúe también en Santiago.

«Claro, eso sería maravilloso».

Ahora, después del concierto en Valparaíso usted va al sur para dar un recital educacional.

«Sí, voy a tocar invitado por la Corporación Cultural de Panguipulli, y voy a ir luego a Montevideo a tocar con la Orquesta del Sodre por primera vez después de muchos años, . Yo toqué bastante a menudo en Montevideo en los años 80 y 90, pero hace mucho tiempo que no voy».

Ahí va a interpretar el Quinto Concierto, Emperador, de Beethoven y con el director Nicolas Rauss.

«Sí».

¿Ya no está ejerciendo la dirección de la Orquesta de Cámara de Detmold?

«No, ya entregué la batuta y la entregué muy bien, porque ahora me sucedió un gran músico y violinista, quien fue durante casi 40 años concertino de la Orquesta Filarmónica de Berlín, así que creo que quedó en muy buenas manos».

¿Piensa seguir dirigiendo como invitado?

«He seguido. Acabo de dirigir a la Orquesta Sinfónica de Concepción. La intención es seguir. En el fondo, donde exista el interés (ríe)».

Es impresionante el trabajo que hizo con la Orquesta de Cámara de Detmold, en todos los ámbitos, en el desarrollo del repertorio, el premio que obtuvieron. Una etapa muy bonita.

«Sí. Absolutamente fundamental y constituyente para lo que es mi persona artística, mi identidad artística».

Me acuerdo que usted vino a dirigir a la Orquesta de Cámara de Chile en los años 90, en la época de Fernando Rosas, y después también en la de Juan Pablo Izquierdo.

«Claro, pero eso sí que fue hace tiempo (ríe)».

Foto: Ansgar Klostermann – Rheingau Musik Festival.

Coordenadas
Jueves 22 de agosto, 19 horas, Auditorio Universidad de O’Higgins (O’Higgins 611, Rancagua). Inscripción gratuita aquí. Sonatas n°30, n°31 y n°32 de Beethoven.
Sábado 24 de agosto, 19 horas. Aula Magna Universidad Técnica Federico Santa María (España 1680, Valparaíso). Entradas desde $3.000 a $20.000, aquí. Sonatas n°30, n°31 y n°32 de Beethoven.
Jueves 29 de agosto, 19 horas. Teatro Educativo de Panguipulli (Costanera Roberto Bravo 250, Panguipulli). Entradas por $4.545 aquí.
Sábado 7 de septiembre, 20 horas. Teatro del Sodre en Montevideo. Sinfonía n°4 y Concierto para piano n°5 de Beethoven. Dirección: Nicolas Rauss. Más información.

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