María Paz Santibáñez reestrena Resistencia Femenina en Parque O'Higgins
noviembre 22, 2022
El concierto "Resistencia Femenina" se construye con piezas que la virtuosa pianista le comisionó a distintos compositores. "Es un programa lindísimo, de búsqueda de nuevos materiales y de nuevos sonidos", adelanta.
Como parte de las actividades “Comunidad UTEM unida por la Igualdad y la No Violencia”, el programa de género y equidad de la Universidad Tecnológica Metropolitana presenta un concierto de la reconocida pianista María Paz Santibáñez.
La artista chilena radicada en Francia reestrenará el jueves 25 de noviembre su proyecto «Resistencia Femenina, para piano y cacerolas”, a las 19:30 horas, en el Teatro La Cúpula del Parque O’Higgins. El ingreso es gratuito, previa inscripción en el correo culturametropolitana@cultura.gob.cl
Colaboran el Ministerio de las Culturas, las Artes y el Patrimonio, el Plan de Reactivación Cultural, la Municipalidad de Santiago, la Corporación para el Desarrollo de Santiago y Teatro La Cúpula.
Recordemos a continuación la entrevista que dio a Radio Beethoven María Paz Santibáñez cuando vino a estrenar el proyecto en Chile, en enero pasado.
María Paz Santibáñez (1968) es una de las pianistas chilenas con mayor reconocimiento internacional. Tiene una brillante carrera como concertista; ha actuado en las mejores salas y colaborado con connotadas orquestas y con talentosos músicos de cámara. «Una virtuosa de alto calibre y una poeta moderna del piano», declaró Hannu-Ilari Lampila, crítico del periódico Helsingin Sanomat, de Finlandia.
En la influyente revista francesa Diapason, el crítico Laurent Marcinik fue enfático: «María Paz Santibáñez hace sobresalir hasta el mínimo detalle de esta música (…) El resultado es impresionante por su transparencia (…). Y ayuda a ver y entender mejor esta música».
Porque esta virtuosa intérprete, que reside hace décadas en París, exhibe un fuerte compromiso con la música que se escribe hoy, y en particular con el repertorio compuesto por chilenos. En 2018, su última visita al país hasta ahora, vino para interpretar con la Sinfónica de Chile el Concierto para piano de Enrique Soro, en el centenario de esa obra.
Asimismo, en tres de sus cuatro discos ha grabado música nacional, entre otros, obras de Andrés Alcalde, Alejandro Guarello, Pablo Aranda, Eduardo Cáceres, Pedro Humberto Allende y Mauricio Arenas-Fuentes. Su primer disco Piano-piano (2003) se lo dedicó a Cirilo Vila, uno de los mayores referentes de la escena musical chilena de la segunda mitad del siglo XX. Los tres siguientes fueron premiados: Estudios de interpretación (2010), con obras de Maurice Ohana; La caja mágica (2013), y Ecos y Resonancias (2016), con obras de Claude Debussy con obras de Miguel Farías.
Todos los proyectos de María Paz Santibáñez, por lo demás, son particularmente originales. Para ella, cada propuesta musical debe tener un nítido hilo conductor. «Yo no creo en esos programas de concierto en que se encadenan obras sin pies ni cabeza», nos dice en esta entrevista que le realizamos con motivo de una nueva visita a Chile y el estreno en nuestro país de su más reciente proyecto: «Resistencia Femenina».
Además de una residencia en Espacio Checoeslovaquia, y una función para los vecinos, este espectáculo se presentará en el Centro Cultural GAM el sábado 29 y domingo 30 de enero, dentro del Festival Santiago Off, y luego tendrá funciones en Recoleta, Valparaíso y Chiloé, para continuar en una itinerancia internacional y retornar en octubre, esta vez a San Javier y Concepción.
«Resistencia Femenina» es espectáculo cuyo corazón es un concierto, pero que cuenta además con dirección de escena y proyecciones. Nació en una actividad que co-organizó con tres artistas chilenos en el Teatro del Châtelet, en París,»Impact Chili», a la que asistieron 1.700 personas, hace casi dos años. María Paz Santibáñez estrenó en esa jornada la primera versión de Impacto, suite para piano y cacerolas.
«Fue el 1° de febrero de 2020 en el Teatro de del Châtelet, fue un momento muy emocionante, en un evento grande que hicimos con un colectivo de artistas que se llamó ‘Impacto Chile’, Por una parte había conciertos; por otra, proyección de videos y artes visuales», recuerda.
Entonces se integraron al proyecto Glyslein Lefever, coreógrafa que trabaja frecuentemente para producciones en la Comédie-Française, en la dirección escénica, y la artista visual y videísta Lorena Zilleruelo, en las proyecciones.
«Hicimos un primer ensayo público en Les Frigos de París, que es un lugar de residencia de artistas. Fue muy bonito, porque fue la primera vez que lo montábamos con Lorena y con Glyslein, y luego nos presentamos en Burdeos en dos oportunidades», apunta la pianista.
¿Cuál fue la motivación de proyecto?
«Este proyecto nació por el despertar chileno, por la revuelta, que fue algo muy conmovedor. Se inició con las piezas para piano y cacerolas. Yo llamé a varios compositores de distintos países, de Argentina, Francia, España, Grecia y México, y fue muy muy bonito porque todos dijeron inmediatamente que sí. Hay algunos que tenían encargos de óperas para 2023 y que estaban trabajando a fondo en eso, sin embargo, se hicieron el tiempo para escribir. Hay otros que están escribiendo todavía, por lo tanto la suite Impacto para piano y cacerolas es una obra abierta. En cada concierto que se va haciendo, que es un concierto con performance y con video, puede haber estrenos. La motivación fue hacer piezas que tengan que ver con el respeto por los derechos de las personas y por su dignidad, evidentemente de la mano de la creación contemporánea, que es algo que yo amo hacer, y que hago hace tanto tiempo».
Es música contemporánea, escrita hoy, y que es comisionada a propósito de la realidad actual.
«Sí. De alguna manera en este proyecto se reúnen dos ejes de mi vida, que son el tema de los derechos humanos y el tema de la creación contemporánea. Esta solidaridad internacional fue una cosa realmente maravillosa. Imagínate, a Esteban Benzecry: Sergio Tiempo le estaba estrenando su Concierto para piano con Gustavo Dudamel con la Filarmónica de Nueva York, y desde las bambalinas Esteban me mandó la pieza para piano y cacerolas Ojos. Después nos juntamos en París, y la trabajamos juntos. Héctor Parra también; es compositor en residencia en la Villa Medici y tenía un montón de encargos. Se puso a estudiar la poesía mapuche, y parió esta obra, Reñma, que es una maravilla. Una obra preciosa, ¡preciosa! en la que tengo que tocar dentro de las cuerdas del pian. Es muy pianística también en cuanto al teclado y las resonancias, A Cristina Villalonga, compositora catalana, lo que más le impactaba era el toque de queda, por lo tanto escribió la pieza Hierve la noche, y en su caso la cacerola está dentro del piano, tocando las cuerdas y por lo tanto en algunos registros uno escucha como el zumbido de la cacerola. Es como un piano preparado, como un piano intervenido. Te hablo de dos o tres de las piezas, pero son catorce compositores los que han dicho ‘sí’, y las obras que llevo en este momento a Chile son cuatro».
¿Después de este primer ensayo público en Les Frigos de París, en febrero de 2020, qué sucedió?
«Yo había hecho estos encargos y había alcanzado a tocar tres de las piezas, cuando llegó la pandemia y el proyecto quedó en suspenso. Yo tenía que ir a tocar a Londres, Noruega, España y Chile. Iba con Impacto, la suite para piano y cacerolas, pero con la pandemia se empezó a ampliar la convocatoria misma de la obra porque se desnudaron muchas cosas a nivel mundial; las desigualdades, por ejemplo, y el foco feminista, con el impacto que hubo con la performance de Las Tesis. Entonces hablé con Valeria Valle y le encargué la pieza Vendajes, el violador es, eres, eras, que está basada en la performance de Las Tesis, de quienes tenemos su apoyo, cosa que agradecemos muchísimo. Entonces hay una parte que del proyecto que se va a ir llenando también con obras de compositoras mujeres, quienes también tienen algo que decir respecto de lo que es resistir. Los artistas somos por naturaleza resistentes, en esta pandemia no hemos hecho más que resistir. Sobrevivir como artista en pandemia, cuando lo nuestro se supone que es lo no esencial, ha sido una real proeza. Por eso, retomar la vida de conciertos, estar cerca del público y poder presentar este trabajo es también un acto de resistencia e incluso de resiliencia».
¿Cómo se articuló el formato del recital de piano con los aportes de Glyslein Lefever y Lorena Zillerueloen este proyecto?
«Todas las obras tienen por aquí o por allí mucha gestualidad y mucho movimiento, entonces Glyslein Lefever, que es coreógrafa de la Comedia Francesa, dirige toda esa parte y hace una pequeña puesta en escena, sin quitarme a mí del rol de pianista, sino que más bien digiriéndonos, en todo lo que es ir dentro del piano, fuera del piano, cómo vamos a mover la cacerola, en fin. Y Lorena Zilleruelo, eh está trabajando como artista visual toda la parte de los videos que Film producciones nos facilitó y algunos otros que son registros de ella. Son proyecciones que van sucediendo entre las piezas y en algunos casos durante las piezas. Estas proyecciones van sugiriendo y evocando. No hay que olvidar que los registros, desde que existen, ayudan mucho para establecer la verdad cuando suceden hechos de violencia contra las personas y contra sus derechos».
Uno tiende a pensar que la individualidad es relevante en el acto creativo de un compositor, pero en este proyecto, al ser una obra abierta, cada pieza o movimiento se puede mover e incluso bajar. Me parece muy interesante que los compositores estén trabajando en función de un colectivo.
«Exactamente. Quedé maravillada de la respuesta afirmativa inmediata de los compositores y de que estuvieran dispuestos a estar en una suite que tiene 14 movimientos de compositores distintos, de estéticas diferentes también. Es muy bonito, ninguno me ha preguntado ‘y bueno, ¿quién es el otro compositor?’. Nada. ¡Nada! Simplemente ponen la obra y están al servicio de esto».
Hablemos de las cacerolas; de cómo son utilizadas como un recurso más para la música contemporánea en estas obras. No vaya a creer alguien que esto es un cacerolazo…
«Exactamente. Por ejemplo, en la obra Ojos, de Esteban Benzecry, la cacerola se pone a la izquierda del piano y hace un cierto tipo de percusión. Nicolás Tzortzis es griego, pero habla castellano y él empezó a buscar información y encontró el testimonio de una víctima en un noticiero de la BBC, y utilizó ese texto como material para su obra, que se llama Reportaje. Es una obra que tiene una rítmica infernal y que hace un contrapunto entre el piano y la cacerola; la cacerola es golpeada mientras también el piano va haciendo rítmicamente un contrapunto, y al final se suma a esto la voz, entonces yo voy recitando en en quintillos, en septillos, en distintas rítmicas, con otra rítmica en el teclado, y con otra rítmica más en la cacerola. En todas las obras la cacerola está integrada como un elemento sonoro, como una percusión, o como un elemento ruidísta. Pero no es una cacerolazo».
En estatus de ya entregadas están las obras Hierve la noche de Cristina Vilallonga, Ojos de Esteban Benzecry, Reportaje de Nicolas Tzortzis, Contodosinopaké de Ramón Gorigoitía, Marrichihueu de Marco Antonio Pérez Ramírez y Reñma (que significa ‘de frente’) de Héctor Parra, sobre poesía de Leonel Lienlaf. Además, están actualmente en proceso de composición las pieza de Gabriela Ortiz, Macarena Rosmanich, Philippe Leroux, Jeremías Iturra, Patricio Wang, Luis Naon, Daniel Osorio, Félix Cárdenas.
Cuando María Paz Santibáñez fue agregada cultural en París, entre 2014 y 2018, gestionó dos muestras muy visitadas; una de 35 años de fotografía chilena en la Maison de l’Amérique Latine, y el Salón Révélations, con artesanos chilenos. Reforzó, también la presencia nacional en la Semana de América Latina y el Caribe de Francia, de manera que en 2015 hubo cuatro autores chilenos en el Festival de Fotografía de Sète, y dos actividades en el Instituto Cervantes: un recital con Cantos del capitán en la voz de Sophie Geoffroy-Dechaume, viuda de Sergio Ortega, y el lanzamiento de traducciones al francés de libros de Raúl Zurita, Rafael Rubio y Andrés Morales.
El cierre de la Semana de América Latina y el Caribe fue musical y en el Conservatorio de París. Un coro y una orquesta estrenaron en Francia nueve composiciones nacionales, la mayoría con poemas de Gabriela Mistral, Pablo Neruda, Vicente Huidobro y Elicura Chihuailaf y escritas por diversas generaciones: desde Pedro Humberto Allende a Patricio Wang, pasando por Sergio Ortega y Hernán Ramírez.
«Trato de poner espejos entre la música del pasado y la del futuro», ha señalado la pianista, quien además se confiesa: «Soy una enamorada del sonido, de cómo se transforma».
¿Nos puede hablar de la residencia artística en Espacio Checoeslovaquia, que realizarán antes de las presentaciones en el GAM? ¿Son nuevas etapas del proyecto «Resistencia Femenina»?
«Yo agradezco infinitamente a Santiago Off y al Espacio Checoeslovaquia por la acogida. Vamos a estar las tres, con Daniel Sandoval, quien trabaja en los registros en video y es un resistente femenino pero masculino. Tenemos la idea de utilizar material local, por ejemplo para los videos y lo performático. Nuestra idea es adaptar a cada espacio la manera en que se presenta el proyecto, el hilo conductor evidentemente es la música, pero en el fondo es absolutamente adaptable a espacios comunitarios, a grandes teatros, y también a pequeños medios. Entonces vamos a ensayar y a la vez es muy probable que incorporemos elementos. Por ejemplo se supone que vamos a construir algunos atriles para colgar las ollas, yo en París he usado unas sillas. Además, con Glyslein tenemos que revisar una obra nueva que nos llegó».
Hablemos de la vida pública que ha tenido «Resistencia Femenina» hasta ahora, desde ese primer ensayo con asistentes en Les Frigos. ¿Cuántas veces lo han presentado, y en qué tipo de escenarios? ¿Cómo ha sido el diálogo con el público?
«Después de Les Frigos de París, nos presentamos en Burdeos en dos oportunidades. Para el público ha sido estremecedor, sobrecogedor y emocionante a la vez. También, esperanzador. Hay unas chicas que se me acercaron en Burdeos, estudiantes de música, que me decían ‘ahora yo entiendo lo que puede ser tener un hilo conductor en un proyecto’. Fue muy emocionante la recepción del público. Evidentemente en un concierto de esta naturaleza, que puede ser muy sorprendente, yo he incorporado repertorio de predilección que tengo, como Bartók y Debussy, porque también hay que permitir que el público respire, y que respire la construcción de esto que estamos haciendo. La verdad es que la relación con el público ha sido increíble y estuvimos a punto de ir a Alemania, pero por Coronavirus se suspendió hasta el mes de abril, en principio, vamos a ver qué dice Don Coronavirus. Es posible que seamos programados en el Teatro de Châtelet, ahora ya con ‘Resistencia Femenina’, no sólo con las piezas para piano y cacerolas. En octubre deberíamos estar en el Teatro de San Javier, y en el Teatro del Biobío, que hablamos y habría mucho interés, pero no hemos concretado. Y una noticia de hoy mismo, es muy probable que ‘Resistencia Femenina’ esté también en febrero en Puerto Montt y en Chiloé».
Me gustaría destacar que por más relevante que sea la defensa de los derechos humanos, que acá funciona como un hilo conductor, este proyecto también tiene un significado propio artístico, que tiene que ver con la sonoridad y la exploración de recursos tímbricos, con la búsqueda propia de la música contemporánea, que acá se hace con cacerolas, ¿no?
«Absolutamente. Es un proyecto artístico, con un hilo conductor. Cada vez que uno hace un programa de conciertos tiene que ter un hilo conductor, puede ser música del romanticismo, un período del repertorio, por ejemplo. Yo no creo en esos programas de concierto en que se encadenan obras sin pies ni cabeza, por algo los compositores escribían sonatas con un movimiento rápido, uno lento, uno rápido, y eventualmente uno intermedio, alguno ni tan rápido ni tan lento. Hay una estructura en general para montar un proyecto. Entonces, según las obras que me han ido llegando, en la suite Impacto para piano y cacerolas yo he ido cambiando el orden porque tiene que tener una solidez respecto de cómo se van tocando las obras y cómo se encadenan entre ellas. Es una libertad que me encanta tomarme, porque una suite de Bach uno la toca de la primera a la última danza, tal como están escritas. En este caso, no. Yo tengo libertad para ordenarlas de acuerdo al momento, al escenario y a los movimientos que van llegando».
¿Nos puede adelantar qué obras de Claude Debussy y de Béla Bártok se incorporan en el programa?
«Por supuesto. Va a estar La terraza de las audiencias al Claro de Luna, de Debussy, porque me parece que para un concierto en la noche hay que introducir conversando con la Luna, en paz y en calma. Me parece que es bonito empezar con una especie de quietud, con un sentido de eternidad. En seguida va la obra Vendajes de Valeria Valle, y entonces vuelto a la noche con la Música nocturna de Bartók y luego está la pieza Persecución o La Caza, de Bartók también. Y después empieza la suite para piano y cacerolas, con Hierve la noche de Cristina Villalonga. Me encanta hacer este guiño entre la Música Nocturna y Hierve la noche, porque entre medio hay una pieza rápida y un poco percusiva, que dice ‘aquí van a pasar cosas’. Esos son los primeros Debussy y Bartók. Después de la suite para piano y cacerolas, toco las Imágenes de Debussy, con los reflejos en el agua que de alguna manera a mí siempre me han evocado a Chile, su mar, su agua, sus lagos, seguidas del Homenaje a Rameau, que es como un homenaje a la memoria, al pasado. Es reconocer que no nacimos ayer. Y termina el concierto con Movimiento, de Debussy, que es una invitación a seguir adelante y a seguir esperando que cada vez seamos mejores personas».
¿Le gustaría invitar a los auditores de Radio Beethoven?
«Por supuesto. Queridos auditores de Radio Beethoven, soy María Paz Santibáñez, pianista y vengo llegando a Chile con mi proyecto Resistencia Femenina. En el repertorio voy a tocar Debussy, Bartók y piezas de compositores de distintos países para piano y cacerolas, además de la obra Vendajes de Valeria Valle, que homenajea a la performance de Las Tesis. Es un programa lindísimo de creación contemporánea, de resiliencia, de llamado al respeto por la dignidad de las personas y, sobre todo, de búsqueda de nuevos materiales y de nuevos sonidos. Hay proyección de video y hay dirección escénica. Así es que vengan».
Por Romina de la Sotta Donoso | Primera edición: 25-01-2022. Segunda edición: 22-11-2022.
El estudiante de piano de la Universidad Austral y su colega Alejandra Veloso grabaron diez obras del compositor alemán en el disco Valdivianische Musik. Algunas son para piano solo y otras para piano a cuatro manos. Lo lanzarán el 21 de noviembre en Valdivia y el 29 en Concepción.
"Ellos superaron los límites de lo que se consideraba posible en el piano", indica Boris Giltburg y añade que en las sonatas que interpretará el 26 de noviembre "hay un cuento que la música quiere transmitir al público". El célebre pianista también entrega detales de sus grandes proyectos: la integral de Beethoven y El clave bien temperado.
El director chileno destaca la flexibilidad de la orquesta penquista, que lo eligió como su titular a sólo mese de su debut con la agrupación. Luis Toro Araya adelanta que planea hacer ópera y que es primordial darle espacio a los compositores nacionales jóvenes. Este mes está en Chile: el 7 y 8 de noviembre, vuelve a dirigir a la Sinfónica Universidad de La Serena, en los Wesendonck Lieder de Wagner, Beethoven y Schubert. Y después conduce a la Sinfónica UdeC.
El director y fundador de esta agrupación que tiene 20 años de existencia, hace un positivo balance de las recientes alianzas que han hecho y los nuevos públicos que están acerándose a una temporada que continúa e 23 de octubre con tres solistas nacionales. "Hemos tenido muchos solistas de muy buen nivel, con el apoyo de varias embajadas", comenta.
La obra fundamental del siglo XX será presentada en la 60a Temporada de Cámara UC el 22 y 23 de octubre, celebrando así los 150 años del natalicio de Arnold Schoenberg. El director chileno residente en Suiza, además, dirige a la Sinfónica Nacional Juvenil en la Séptima de Beethoven.
El director sueco debuta el 20 de octubre en el Ciclo Bach Santiago, con dos cantatas y un motete del genio barroco. Además, dirige en tres conciertos a la Orquesta de Cámara de Chile. ""Estoy tan contento por estar de vuelta y reencontrarme con todos mis amigos en Chile, tanto de la Orquesta de Cámara de Chile como de la Universidad Católica. Siempre han sido colaboraciones artísticas muy buenas", dice.
La excepcional intérprete e investigadora que ha sido premiada con el Diapaon dÓr y dirige el Museo San Colombano en Bologna, dará un recital de clavecín el 3 de octubre en la Temporada de la Fundación Guitarra Viva.
Una de las partituras más espirituales del célebre compositor estadounidense será interpretada junto al Ensamble Vocal Taktus que dirige Javiera Lara Salvador. Será el 4 de octubre en la Catedral de Santiago.
El domingo 29 de septiembre, la intérprete chilena dará un recital en Leipzig como cierre de una beca que le permitió tener en casa un clavicordio que perteneció a Herbert Collum. Abordará repertorio iberoamericano, con obras encontradas en Chile.