Julio Doggenweiler: "Trabajar con la Orquesta de Cámara es como volver a casa"
abril 10, 2022
El premiado director chileno residente en Alemania conducirá obras de Bach y Schubert en dos Conciertos de Semana Santa. El programa, dice, invita a vivir "una espiritualidad muy profunda".
photo_cameraJulio Doggenweiler.
Julio Doggenweiler Fernández (1959) es una de las batutas chilenas que más ha aportado a la música internacional en las últimas décadas. Se radicó en 1990 en Alemania, y allá ha desarrollado una impecable carrera. La Filarmónica de Munich lo invita constantemente desde 2010, y también ha actuado en eventos tan relevantes como el Festival Richard Strauss de la ciudad de Garmish-Paterkirchen, así como en la Bienal de Teatro Musical Contemporáneo de Munich.
Uno de sus mayores logros es la Orquesta Juvenil de Munich-ODEON, que el director chileno fundó en 2006. Ganaron el premio a la mejor orquesta de Baviera en 2007, y a la mejor de Alemania en 2008. Rápidamente fueron invitados para actuar en la misma sala en la cual se realiza el famoso concierto de Año Nuevo en Viena y grabaron para la Radio Baviera. «El secreto ha sido el equilibrio entre buscar un alto rendimiento y sentir un gran amor por la música», ha dicho al respecto Julio Doggenweiler.
A estas alturas, la Juvenil de Munich.ODEON ha sido elegida tres veces como la mejor de Baviera; dos veces de Alemania, y otras dos veces de Europa. Además, han itinerado profusamente, incluso por China. El chileno la fundó porque no estaba conforme con la manera en que se estructuraban allá las orquestas juveniles. «Queríamos que tuviera ensayos parciales y docentes de la Filarmónica de Munich», contó en 2012, en esta entrevista, cuando trajo por segunda vez a nuestro país su orquesta juvenil. La primera había sido en 2008.
Porque Julio Doggenweiler nunca ha perdido sus vínculos con la escena chilena. Recién se había radicado en Alemania, cuando en 1992 volvió para actuar con la Orquesta de Cámara de Chile. «La verdad es que apenas empiezo a trabajar acá en Chile es como si me hubiera ido ayer», ha dicho. También ha venido para actuar en el Teatro Municipal de Santiago, con la Sinfónica de Chile y con los profesores del Instituto de Música UC. Pero con la Orquesta de Cámara de Chile su relación es estrecha y muy fructífera: lo invitan año por medio. Es uno de los preferidos de ese conjunto.
Ahora, Julio Doggenweiler está nuevamente en Santiago, pues dirigirá el Concierto de Semana Santa justamente de la Orquesta de Cámara de Chile. Serán dos conciertos, ambos gratuitos: en la Parroquia de la Anunciación de Providencia, el martes 12 de abril, y en la Parroquia Santa Elena de Las Condes, el miércoles 13.
El programa abrirá con Adagio y fuga en Do menor, de Wolfgang Amadeus Mozart, seguirá con la Sinfonía Inconclusa en Si menor de Franz Schubert, y cerrará con la Cantata Ich Habe Genug (Tuve suficiente), de Johann Sebastian Bach, con la actuación solista de Javier Weibel.
Qué representa para usted volver a trabajar con la Orquesta de Cámara de Chile?
«Después de tanto tiempo, el regreso acá ha sido algo muy especial para mí, por volver a estar con mi familia, volver al país, porque con la orquesta hemos tenido siempre una relación muy cercana. Es siempre un agrado estar con ellos, y es siempre como volver a casa. Conozco bien a la gente, ya de tantos años, y podemos trabajar muy bien juntos. Es siempre un agrado».
¿Cómo diseñó el programa que abordarán y que contrasta una cantata de Bach y la Sinfonía Inconclusa, y póstuma, de Schubert?
«Partí por la Cantata de Bach para armar el programa, y después lo junté con la Sinfonía Inconclusa de Schubert. Las dos obras tienen algo especial que las une, que es una una visión personal ante la muerte, es decir, cómo tratar a la muerte. Por un lado la cantata se trata precisamente de eso; no es una cantata netamente para Semana Santa, pero habla de la presentación de Jesús, como niño, en el templo. En la entrada está Simeón esperando ver a Jesús para luego morir. El texto es del Evangelio de Lucas. Y Simeón, luego de ver y tener a Jesús en brazos, ya puede descansar en paz. Es decir, sí puede ser una Pascua para Simeón. Y ahí está la unión con Semana Santa, el paso a la muerte. Y la Sinfonía de Schubert tiene un poco lo mismo. Schubert la escribió a los 25 años, y a los 25 años le diagnosticaron la sífilis, por lo tanto él ya sabía que tenía que morir. Visto esto en abstracto, están los dos polos, la tragedia y la absoluta belleza típica del Romanticismo. Esa contraposición o ese absurdo que él estaba viviendo en ese momento, ésa es un poco la idea que une las dos obras».
Es muy propia de Schubert esa tensión entre la belleza y lo trágico… Sobre todo porque es una belleza que duele de tan bella que es, ¿no?
«Claro, exactamente, es un pasaje sublime en parte y que de repente se quiebra y entra la angustia más grande, y eso es muy del Romanticismo por supuesto, pero en el caso personal de Schubert es patético».
Patético en el sentido más profundo de la palabra, ¿no?
«Claro, de la contraposición de estar en medio de la vida, de la belleza, de la exaltación romántica del amor, de todo eso, y al mismo tiempo estar confrontado con la muerte inminente».
¿Hace cuánto que no venía a Chile?
«La última vez fue precisamente un concierto de Semana Santa que hice con la Orquesta de Cámara en 2019. Es decir, son tres años».
¿Cómo vivió la pandemia? ¿Pudo seguir trabajando con su Orquesta Juvenil de Munich?
Sí, claro, hubo proyectos y todo. Primero no se pudo trabajar, fueron más o menos dos meses completamente cerrados, y después se pudo hacer algunas cosas, hicimos streaming como se hace aquí también, pero ya rápidamente a partir del verano de 2020 ya se pudo empezar a hacer algunas cosas. Y después se volvió a cerrar. Era estar constantemente cambiando los proyectos y pensando en varias líneas según lo que se podía hacer. Pero después del primer cierre fuerte, siempre hubo posibilidades de hacer algo, y de esa manera es cómo uno subsiste como músico. No es tanto lo económico, sino que subsiste en hacer cosas que es lo que a uno lo mueve».
¿Cómo ve los proyectos futuros? ¿Está Chile en el panorama? ¿Podría adelantarnos algunos compromisos?
«Esto ha sido una partida, yo creo, para volver a retomar el trabajo aquí en Chile. Allá en Alemania seguimos con proyectos que nos planteamos para el futuro sin pensar mucho en pandemia. Sigo trabajando con la orquesta juvenil, con la Filarmónica de Munich y diferentes proyectos que tengo ya nuevamente a calendario lleno, esperando que todo se pueda realizar. Ésa es la gran disyuntiva, pero yo tengo la confianza de que las cosas están mejorando y de la pandemia se está pasando ya a una endemia, y que poco a poco ya hay una cierta normalidad. Allá en Alemania hay mucha inquietud porque la cosa se normalice, aunque sea viviendo con el virus».
¿Qué destacaría del programa que ofrecerá con la Orquesta de Cámara de Chile, como invitación a los auditores de Radio Beethoven?
«Es un programa de una gran belleza que nos puede ayudar a frenar la vida diaria y reflexionar un poco ante tanta belleza y tener un momento de espiritualidad muy profunda».
Coordenadas Martes 12 de abril. 19:00 horas, Parroquia de la Anunciación (Pedro de Valdivia 1850, Providencia). Miércoles 13 de abril. 19:30 horas. Parroquia Santa Elena (Polonia 456, Las Condes.
El estudiante de piano de la Universidad Austral y su colega Alejandra Veloso grabaron diez obras del compositor alemán en el disco Valdivianische Musik. Algunas son para piano solo y otras para piano a cuatro manos. Lo lanzarán el 21 de noviembre en Valdivia y el 29 en Concepción.
"Ellos superaron los límites de lo que se consideraba posible en el piano", indica Boris Giltburg y añade que en las sonatas que interpretará el 26 de noviembre "hay un cuento que la música quiere transmitir al público". El célebre pianista también entrega detales de sus grandes proyectos: la integral de Beethoven y El clave bien temperado.
El director chileno destaca la flexibilidad de la orquesta penquista, que lo eligió como su titular a sólo mese de su debut con la agrupación. Luis Toro Araya adelanta que planea hacer ópera y que es primordial darle espacio a los compositores nacionales jóvenes. Este mes está en Chile: el 7 y 8 de noviembre, vuelve a dirigir a la Sinfónica Universidad de La Serena, en los Wesendonck Lieder de Wagner, Beethoven y Schubert. Y después conduce a la Sinfónica UdeC.
El director y fundador de esta agrupación que tiene 20 años de existencia, hace un positivo balance de las recientes alianzas que han hecho y los nuevos públicos que están acerándose a una temporada que continúa e 23 de octubre con tres solistas nacionales. "Hemos tenido muchos solistas de muy buen nivel, con el apoyo de varias embajadas", comenta.
La obra fundamental del siglo XX será presentada en la 60a Temporada de Cámara UC el 22 y 23 de octubre, celebrando así los 150 años del natalicio de Arnold Schoenberg. El director chileno residente en Suiza, además, dirige a la Sinfónica Nacional Juvenil en la Séptima de Beethoven.
El director sueco debuta el 20 de octubre en el Ciclo Bach Santiago, con dos cantatas y un motete del genio barroco. Además, dirige en tres conciertos a la Orquesta de Cámara de Chile. ""Estoy tan contento por estar de vuelta y reencontrarme con todos mis amigos en Chile, tanto de la Orquesta de Cámara de Chile como de la Universidad Católica. Siempre han sido colaboraciones artísticas muy buenas", dice.
La excepcional intérprete e investigadora que ha sido premiada con el Diapaon dÓr y dirige el Museo San Colombano en Bologna, dará un recital de clavecín el 3 de octubre en la Temporada de la Fundación Guitarra Viva.
Una de las partituras más espirituales del célebre compositor estadounidense será interpretada junto al Ensamble Vocal Taktus que dirige Javiera Lara Salvador. Será el 4 de octubre en la Catedral de Santiago.
El domingo 29 de septiembre, la intérprete chilena dará un recital en Leipzig como cierre de una beca que le permitió tener en casa un clavicordio que perteneció a Herbert Collum. Abordará repertorio iberoamericano, con obras encontradas en Chile.